Enrique Ubieta Gómez - La Jiribilla.- Un golpe de estado en un país latinoamericano es hoy inviable: produciría la muerte instantánea de la OEA, que respira con pulmones artificiales. De haber aceptado Zelaya una renuncia obligada, las cosas quizás hubiesen sido más fáciles para los que en definitiva añoran su derrocamiento.

Carmen Esquivel Sarría - Prensa Latina.- Los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) expresaron hoy en la OEA su firme respaldo al presidente hondureño, Manuel Zelaya, ante los intentos de la oligarquía por quebrantar el orden constitucional.

En una resolución dada a conocer durante una reunión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA, estas naciones manifestaron su disposición de movilizarse junto al pueblo hondureño ante cualquier intento de frustrar las reformas democráticas emprendidas por Zelaya.

"Aquí se trata de una maniobra política desestabilizadora con apoyo de la cúpula militar en contra del gobierno para tratar de frustrar la consulta popular del próximo domingo", denunció el ALBA.

Juventud Rebelde.- «La consulta del domingo no la para nadie», ratificó el presidente de Honduras, Manuel Zelaya, en la arrancada de una caravana popular que, encabezada por él, irrumpió poco después en una base de la Fuerza Aérea para «rescatar» las urnas y papeletas que se usarán en el referendo previsto para el domingo, incautadas por el Ministerio Público.

Según EFE, Zelaya llegó muy emocionado y bajo un aguacero. «No quieren dejar que al pueblo se le consulte, ni que hable, ni que opine, ni que tenga participación, ni que haya democracia en Honduras», enfatizó el mandatario.