La larga historia política del PNV se cubre de nuevo con una enorme nube de fétido aroma a PP. La nueva maniobra parida con fórceps para defender a los llamados disidentes políticos en Cuba, en comandita con las huestes de la Famiglia de Aznar y Rajoy, adobada con la salsa catalana de CiU, no deja lugar a dudas en cuanto a la voluntad actual del partido que fundara Sabino Arana, para situarse el mar hediondo de los hijos de la falange y el fascismo, ratificando de esa forma no sólo su cobardía politica en asuntos de primer orden social (el proceso de paz y ETA), sino su despiste absoluto y su hipocresía más farisaica (el Gobierno vasco acaba de firmar varios acuerdos comerciales ý culturales con el legítimo gobierno de Cuba), acerca de quienes son esos opositores.
La democracia cubana es, a partir del 1 de Enero de 1959, y a pesar del bloqueo asesino al que le someten los sucesivos gobiernos de los EEUU de Norteamérica desde hace casi medio siglo, mucho más real que la existe en la propia patria de los vascos, en la que, por ejemplo, se han ilegalizado a decenas de miles de personas que, en verdad, sí representan a un importante sector de la sociedad de esa nación. Da pánico contemplar a los actuales rectores del PNV lavándose las manos, los pies y la boca, ante la tortura, la cárcel, el exterminio y la dispersión de cientos de disidentes euskaldunes. Para ellos no existe ningún comité en Ajuriaenea.
Desde La Habana, donde trabajo, resido y disfruto de ese verdadero ejercicio de poder democrático (o sea, poder del pueblo y no de las diversas Familias a lo Corleone que se sientan en las Cortes madrileñas), les envío cariñosamente mi repulsa ante esas torpes maniobras, que únicamente sirven para ampliar aún más el ridículo y patético escenario en el que actúan sin otro guión que el de la improvisación.
Espero con cierto anhelo, que Euskadi sepa liberarse del actual gobierno central, para que sus ciudadanos, aunque presionados por cadenas teledirigidas por la oligarquía vasca del PNV, por la radio y tv, diarios gubernamentales y amenazas de despido, puedan votar en el futuro con la misma tranquilidad y seguridad con que ejercen su derecho los cubanos. No caerá esa breva, sabiendo además que personajes como Iñaki Anasagasti, pura sangre PNV, hace lo posible, al lado de su gran Famiglia en Venezuela (donde maneja industrias varias y cuentas corrientes saneadas) por instigar, colaborar y apoyar cualquier intento de un futuro golpe de estado contra el presidente Chávez.
Esa, y no otra, es la peculiar forma de defender la democracia en el seno del actual Partido Nacionalista Vasco, inscrito, cómo no, entre los llamados democristianos europeos, para no cumplir ni como europeos ni como cristianos, o bueno, tal vez sí, como esos amantes de Cristo Rey, amigos del palo, el golpe y la prisión, armas únicas con las que funciona esa policía vasca, tan democrática como la catalana, cuyos mozos blanden contra la población objetos contundentes y punzantes que hubieran hecho feliz a Hitler. Si los militantes del PNV de hace cincuenta años levantaran la cabeza, tendrían que avergonzarse públicamente de ustedes, como ocurriría igualmente con socialistas y comunistas. De tanto abandonar principios, han llegado al final. A un lugar donde no hay otra cosa que intereses oligárquicos, mentiras, manipulaciones, intrigas y traición a su propio pueblo, golpeado, insultado, apaleado y en ocasiones, incluso tiroteado.
En Cuba, por fortuna, los ciudadanos que llevan uniforme de policía ni golpean a los transeuntes ni les masacran a golpes de porra, porque esos funcionarios han sido educados en el respeto al pueblo, para protegerle de demócratas amantes de la violencia como los que hoy dirigen el PNV, cuyos únicos intereses reales no pasan hoy por defender a la sociedad vasca, sino a otras sociedades bien diferentes, sean anónimas o limitadas.
Mirense al ombligo, demócratas del PNV, chuleados por el PP en forma tal, que no existen ya demasiadas diferencias entre Ibarretxe y Rajoy, Miren la iniquidad, la hipocresía y la violencia gubernamental (y estatal) que presiden su casa, su Ajuriaenea, y dejen en paz a Cuba, Limpien su palacio, aseen su caserío, antes de querer dar lecciones de urbanidad y de organización democrática a un país con la dignidad y la salud, mental y física de Cuba.
Con mi desprecio más cariñoso y mi admiración por su pasado remoto, les saluda.
Carlos Tena
Periodista
La Habana, 19 de Junio de 2007
