Jean Guy Allard - Granma Internacional.- SI la fecha de nacimiento orientara el destino de las personas, Timothy Evan Langford, el nuevo superespía de Bush para Cuba, estuviera predestinado para esa misión: nació en 1959, año del triunfo de la Revolución, el 26 de marzo, Día de los Organos de Seguridad de la Isla.

Hasta ahí la gracia. Langford no fue escogido sin razón por el Director de Inteligencia Nacional de EE.UU., Mike McConnnell,  el brazo derecho de Bush en materia de espionaje, para "coordinar" la guerra sucia contra Cuba y Venezuela.


 Este funcionario de la maquinaria infernal que usa el imperio cuando "no se debe ver su mano", desde Playa Girón hasta Miraflores, es un técnico de la inteligencia que desde su salida de la Universidad de Texas en Austin, donde se graduó de Estudios Latinoamericanos, considera el continente como su laboratorio.

Con sus manías de bibliotecario, su peinado hirsuto y sus espejuelos fuera de moda, maneja las informaciones, verdaderas o distorsionadas, con la frialdad del perito de criminalística que diseca una muestra de evidencia.

Tanto es así que en 1997, después de 15 años de labor meticulosa en el Directorio de Análisis de la Agencia Central de Inteligencia, fue seleccionado para pasar a Jefe del "Equipo de Análisis de Blancos Duros" de la Compañía.

Según los glosarios del espionaje norteamericano, los términos "blanco duro" o "hard target", en inglés, designan los países y más precisamente a las personalidades políticas que la agencia prioriza y considera de más difícil alcance.

Por supuesto, Cuba aparece desde hace varias décadas en la lista de países "privilegiados" por la atención imperial.

PARA ACERCARSE APROVECHO EL VIAJE PONTIFICAL

Por eso Langford se apareció en Cuba en 1998, aprovechando la visita del Papa Juan Pablo II a la Isla, para acercarse al objetivo.

Varios días antes de la llegada del Sumo Pontífice, el 21 de enero de 1998, Langford ya se encontraba enchufado en el bunker de la Sección de Intereses Norteamericanos (SINA) en La Habana con los binoculares en la mano, los audífonos puestos, descifrando los informes, no siempre límpidos, de los disidentes-informantes a su servicio.

Durante varias semanas, este espía de alto vuelo desarrolló una actividad que de santa no tenía ni la "s" para ampliar sus ya desbordantes archivos sobre las "realidades" cubanas.

Tuvo además tiempo para disfrutar de La Habana, tierra prohibida para sus compatriotas por las criminales leyes del bloqueo, saboreó su ron legendario y fumó sus inimitables tabacos.

 Detalle interesante, Langford, según su pedigree, está casado con María Garnica. No se sabe si de los mismos Garnica vinculados a Jeb Bush por su esposa, Columba. El “Hermanísimo”, nos revelan los archivos, se enamoró en León, Guanajuato, México, de Columba Garnica, se casó en 1974 en… Austin. ¡Qué pequeño es el mundo!

EL JEFE DE "BLANCOS DUROS" SE LAS SABE TODAS

 Langford tiene de América Latina un conocimiento sostenido por varios "viajes de estudio" en los puntos de observación "duros" que mantiene la CIA en el continente.

Sabe mucho, si no todo, de las más bochornosas operaciones realizadas por la CIA.

Y llama la atención que pasa a dirigir el Equipo de Análisis de Blancos Duros de la agencia… en 1997, precisamente cuando la Fundación Nacional Cubano-americana, desde el territorio norteamericano, usando a un agente CIA de larga trayectoria, Luis Posada Carriles, desencadena la campaña de atentados contra instalaciones turísticas en La Habana.

Ese fue el año de las bombas en los hoteles, del Cohíba al Copacabana, de la muerte del joven turista italiano Fabio Di Celmo... pero también del yate La Esperanza, interceptado accidentalmente, en el cual se encontraban cuatro activos colaboradores de su organización que iban a Isla Margarita a asesinar el Presidente de Cuba.

Timothy Langford no podía ignorar en ese año de tantos crímenes contra Cuba, con la red de inteligencia de la cual disponía, cada detalle de las actividades de terrorismo internacional que alentaba el imperio.

Es imposible también que ignore, en toda lógica, cada elemento del complot que la misma FNCA urdió y que terminó en el arresto de Luis Posada Carriles y tres connotados terroristas miamenses en Panamá en noviembre del 2000, cuando preparaba la destrucción de un anfiteatro universitario para matar al Jefe de Estado cubano. 

Pudiera ser que le deba su nuevo puesto, si no es por nepotismo, a la eficiencia con la cual sus servicios hundieron el dossier de Posada después de su regreso intempestivo a la tierra de sus amos.

¿Y qué sabrá el Jefe de "blancos duros" de la operación que llevó al golpe de Estado que, en el 2002, dio el poder a una junta de oligarcas fascistas encabezada por Pedro Carmona Estanga, en Venezuela?

¿Y de los actuales complots que siguen tramando contra Cuba y Venezuela, desde Langley y Miami, los servicios especializados de lo que Fidel Castro, con tanta justeza, denominó la Máquina de matar?

 Son cientos las preguntas que se pudieran hacer acerca de este nuevo "hombre de aparato" que McConnell, con tanta confianza, adjuntó a su cenáculo de cerebros calcinados.

Langford sustituye en el puesto a Norman Bailey, ex asesor de Ronald Reagan, discípulo del muy controvertido Lyndon LaRouche y protegido del sanguinario John "El Embajador" Negroponte.

 El nombramiento de Timothy Langford corresponde, entre otras cosas, a las proyecciones del "Anexo secreto" del Plan Bush para la anexión de Cuba, cuyas características principales son la agresión, el crimen, la ilegalidad, el terrorismo e incluso el asesinato a través de operaciones encubiertas.

 En la versión del Plan Bush difundida el 10 de julio del 2006, se señala textualmente que: "Por razones de seguridad nacional e implementación efectiva, algunas recomendaciones están contenidas en un anexo secreto por separado". Según los expertos, el documento contiene nuevas conspiraciones para intentar asesinar al Presidente de Cuba, nuevos planes de ataques terroristas y de agresión militar.

El último discurso de Bush y sus grotescos llamamientos a la sedición confirman la vigencia de estas orientaciones ahora manejadas por Langford.

En el caso de Venezuela, tal como ha sido denunciado en medios de comunicaciones de ese país, se activaron unidades especiales de la CIA con las cuales conspiran elementos terroristas de la mafia de Miami, y se han desarrollado operaciones de inteligencia con vistas a provocar disturbios, con la participación de sectores opositores subsidiados por el Departamento de Estado.

Contra Cuba
William LeoGrande, decano emérito de la Facultad de Asuntos Públicos de la American University en Washington, D.C. Foto: American University Washington DC....
A continuación, la denuncia de la Asociación Nacional de Amistad Italia-Cuba y de AICEC (Agencia para el Intercambio Cultural y Económico con Cuba)....
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