Jean Guy Allard - Granma.- Al liberar bajo fianza a "Raymond Molina", un cómplice de Luis Posada Carriles identificado por la policía como un ex agente de la CIA, después que agredió a un ex gobernador de Puerto Rico, la jueza Isabel Llompart, de la Sala de Investigaciones de San Juan, ignoraba sin dudas que este connotado estafador ahora "banquero" que usa dos fechas de nacimiento, huyó a Panamá en 1998 para escapar a la justicia norteamericana.


Ese mismo año, Molina fue objeto de un reportaje revelador del Miami New Times que lo ubicó, meses después del delito, en Panamá.

 El semanario explica cómo, el año anterior, este personaje anunció repentinamente a sus amigos del Versailles que iba a hacerse elegir nada menos que alcalde de Miami. No lo pudo hacer porque ni siquiera cumplía con los requisitos de residencia.

"Asesoró" entonces al candidato Xavier Suárez, quien fue elegido pero luego perdió el cargo por fraude en medio de un enorme escándalo. Molina le había organizado una compra de votos, a 10 dólares cada uno, inspirada de la dictadura de Batista en Cuba.

Molina pretendió hacer creer entonces ante la justicia que había pagado 150 dólares para "colocar letreros" y "comprar comida" a un tal Jeffrey Hoskins, arrestado por comprar votos.

 El abogado de Hoskins y Joe Centorino, el Fiscal anticorrupción encargado de esta causa, buscaron entonces a Molina para exigir explicaciones pero el cliente del restaurant Versailles, cueva de la fauna terrorista local, ya había desaparecido.

A la reportera Rosa Townsend, que lo ubicó finalmente en Panamá, Molina contestó a su manera: "No me importa un… el Fiscal"…

 Cuando Townsend le preguntó de qué vivía en el país istmeño, el socio de Posada le dice: "Eso no es su negocio". Uno de sus amigos, Pepe Ondarza, afirmará luego que el hombre vende pintura para barcos.

Liberado de la cárcel, Hopkins explicó al New Times que ni siquiera Molina le había pagado el dinero que le había prometido. Al abandonar Miami corriendo, el mafioso había dejado por detrás varias otras víctimas, según el reportaje.

Huyó sin pagar la mensualidad  de 700 dólares que debía para el alquiler de un local en 3383 NW Seventh St., afirmó el gerente del lugar, Armando Rodríguez. Tampoco pago 3 000 dólares de publicidad a Eladio Jose Armesto, editor de un semanario local.

 En un informe fechado el 8 de julio de 1997, Molina admite una situación financiera crítica pero pretende poseer propiedades en Nicaragua y Panamá. Dice estar en espera de un pago millonario de parte de un misterioso socio en relación con un supuesto negocio inmobiliario que fracasó años antes, con perdidas de seis millones de dólares.

La verdad es que el "ex agente de la CIA" Molina vinculado a Luis Posada Carriles, incorporó trece empresas en 20 años, según los registros estatales. Todas, salvo una, se habían volatilizado en el momento de la investigación de la reportera Townsend.

La única sobreviviente, llamada Voters Constitutional Rights Defense Association, Inc., según Placido Debesa, el socio de Molina que aparece en la corporación, tenía como objetivo "proteger los derechos de los electores".

Este mismo "Raymond Molina", incapaz de pagar 150 dólares por un lado y 700 por el otro pero que pretende realizar negocios millonarios y se inventa trece corporaciones, incorporó en Puerto Rico, en el 2004, una "sociedad financiera", la Golden Mortgage, que se dedica a prestar dinero para la construcción inmobiliaria.

No se sabe con precisión de dónde le apareció su nueva fortuna.

Sin embargo, se sabe muy bien que es socio de Reinol Rodríguez, ex jefe de la CORU terrorista en Puerto Rico, hoy radicado en Miami, y que en su estancia en Panamá aseguró el abastecimiento de Posada Carriles y sus cómplices, acusados por terrorismo, y encarcelados en la prisión de El Renacer.

Colaboró en la compra del indulto otorgado por la presidenta mafiosa Mireya Moscoso, en el 2004, y de los servicios de varios funcionarios. Y como muchas de sus amistades, se vincula al mundo del narcotráfico.

Molina es ahora acusado de agresión grave contra el ex gobernador Carlos Romero Barceló. Su inculpación fue determinada por los fiscales César Mercado Santaella y Phoebe Isales, luego de recibir los testimonios escritos de tres testigos oculares, así como de revisar el video de seguridad del restaurante que captó la secuencia de hechos.

La jueza Llompart le impuso una modesta fianza de mil dólares al "banquero" y convocó la vista preliminar del caso para el 21 de este mes.

Los hechos ocurrieron en un conocido restaurante del barrio El Condado, en San Juan, donde surgió una discusión entre el ex gobernador Romero Barceló y Molina cuando el primero, de 75 años, expresó críticas severas contra la guerra en Irak y el presidente George Bush.

Interrogado por EL DIARIO/LA PRENSA, el jefe de la Policía nacional, Pedro Toledo, dijo que conoce personalmente al acusado, y relató que es de origen cubano, veterano de la invasión de Bahía de Cochinos y que trabajó para la CIA.

Romero sufrió una fractura de la nariz, desprendimiento de la retina y se le incrustaron pedazos del cristal de sus espejuelos en el ojo izquierdo, el cual está lacerado, cerrado y morado tras el golpe que le propinó Molina, confirmó Toledo al periódico.

Molina vive en un condominio de Kings Court Playa, también en el Condado. Se dice amigo del precandidato republicano John McCain. Afirmó a sus amistades que ha recibido "varios reconocimientos" de los presidentes Gerald Ford, George Bush, padre y George W. Bush, por haber colaborado "con las administraciones de dichos presidentes de forma efectiva", reporta un diario local.

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