Prensa Latina - Video: Canal Caribe / TV Cubana.- El presidente de la UPEC, Ricardo Ronquillo, aseguró que esta campaña se enfoca en determinadas figuras que lideran los estados de opinión junto con el demérito al sistema público.


La Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) rechazó este martes la línea de descrédito y ataques contra el sistema público de la prensa nacional en el actual escenario de guerra mediática.

Durante el VI Pleno del Comité Nacional, celebrado de forma virtual, el presidente de la UPEC, Ricardo Ronquillo, aseguró que esta campaña se enfoca en determinadas figuras que lideran los estados de opinión junto con el demérito al sistema público.

‘Cuando se ataca a esos profesionales se ataca y se intenta debilitar la autoridad que ese sistema público tiene entre la población’, reflexionó en referencia a los recientes intentos de desestabilización contra Cuba.

Ante los actos contrarrevolucionarios de presentar una imagen de país en caos e ingobernabilidad, no son válidos los silencios, ni las explicaciones tardías, enfatizó en ese sentido.

La prensa nacional no puede permitirse adoptar posiciones de defensiva, sino colocarse a la vanguardia, adelantarse a los posibles desenlaces de las situaciones y satisfacer las necesidades informativas de las audiencias, aseguró.

Por su parte, la vicepresidenta primera de la UPEC, Rosa Miriam Elizalde, calificó como desafiante este escenario al tiempo que convocó a promover la creación de un equipo legal que contribuya a defender desde la legalidad a los periodistas, acuerdo pendiente del X Congreso de la organización.

El jefe del Departamento Ideológico del Comité Central del Partido, Víctor Gaute, elogió el trabajo realizado por los medios nacionales durante el 2020, un año de retos y superación, dijo.

Gaute ratificó el acompañamiento del Partido en la responsabilidad de mantener informado al pueblo de Cuba, con narrativas cada vez más innovadoras e inmediatas.

 

Se acabó el pan de piquito

Pedro Jorge Velázquez - Bufa Subversiva

Hay un “dicho popular” que todos conocemos y que me sirve, como anillo al dedo, para iniciar este comentario:

– Tócame Roque, tócame Roque, tócame Roque…

Y cuando Roque toca: –Mamá, Roque me está tocando. 

Algo así, pero con miles de ejemplos para poner sobre esta mesa de fin de año, es el juego que comenzó la prensa presupuestada no estatal hace varios años en Cuba. Dejémonos de falacias y eufemismos: no le digamos más “prensa independiente” porque no lo es y nos mentimos a nosotros mismos. Esa prensa no es independiente. Esa prensa no es alternativa. Esos medios que hoy se articulan alrededor de nuestro suelo forman una prensa dependiente del dinero de una organización (NED, Open Society, etc) o un magnate que desde fuera de nuestro país dice y dicta cómo y para qué se hace, por eso propongo llamarle prensa presupuestada no estatal (más largo, pero se pega). 

Negar que ese magnate o esa organización media en la rutina productiva e impone límites a lo que puede ser dicho es negar, a su vez, una fórmula perogrullada del capitalismo: «El que paga, manda». Nadie paga sin recibir beneficios e imponer condiciones de trabajo. Nadie regala el dinero, ¡tanto dinero!, para que armen proyectos en los cuales no pinta ni da color. ¿O piensan hacernos creer que alguien paga por pura filantropía? 

Esa prensa (me limito a mencionar medios porque ya usted sabe cuáles son) no es alternativa al modelo hegemónico mundial. No busca un cambio de las condiciones materiales del mundo actual. No es, de ninguna forma, revolucionaria, ni en el sentido más literal del término. Cumple y dice exactamente lo mismo que los medios hegemónicos (dueños de la comunicación mundial) sobre el proceso político cubano. Está montada en la misma bicicleta. Esa prensa no es libre, ni lucha por nuestra libertad. 

Desde ayer, cuando la sección de Humberto López en el noticiero desmanteló con declaraciones (incluso de los mismos implicados), datos, documentos y varios analistas la llamada «red independiente de periodismo cubano», ha salido como réplica un argumento bastante vacío: «cobramos dinero como mismo cobra un periodista de la prensa estatal». ¿Perdón? Los periodistas de los medios estatales tienen un salario. Sí, pero ¿saben de dónde sale ese salario? Del pueblo. No sale de los bolsillos de Díaz-Canel como algunos parecen creer. No es de las manos de nadie. No es de una organización extranjera. Es del trabajo del pueblo. El presupuesto estatal lo produce el pueblo, por tanto el pueblo tiene derecho a exigir una mejor prensa, una prensa más cercana a sus problemas y a sus cotidianidades. Pero ¿qué podemos exigirles a una prensa que cobra dinero que no es nuestro y que para colmo viene de otro país? ¿Qué podemos exigirle a unos periodistas que, en muchos casos, alegan abiertamente que cobran dinero de una organización extranjera al servicio del Congreso de los Estados Unidos? 

Ahora. Hay otros detalles que nunca se exponen y que claramente nos llevan a sacar conclusiones a la hora de valorar la transparencia mediática. Primero, ¿por qué los directores editoriales de casi todos estos medios viven fuera de Cuba (principalmente en Estados Unidos) y se regodean de reflejar el día a día de nuestro país? Segundo detalle: cuánto cobran. Un periodista de la prensa estatal cobra (atendiendo a los salarios vigentes), en un buen mes, 1500 pesos. Sin embargo, ayer pudimos escuchar que abiertamente los periodistas de la prensa presupuestada no estatal dicen cobrar 10 mil pesos al mes. ¿No les parece descomunal la diferencia? ¿La mal llamada «independencia» deviene un oficio tan lucrativo? ¿Es tal el «sacrificio» que dicen pasar como «periodistas indepedientes» que «viven de la misma forma las dificultades de cada cubano»? ¿Son una Articulación Plebeya? 

Lo más impactante de todo, amén de que usted desconociese los detalles revelados ayer, es la forma en la que se victimizan estos periodistas que siempre llevaron el cuchillo entre los dientes para con la prensa estatal, pero ahora levantan las falsas banderas de la paz, la ética y la unión. Regreso al cuento de “tócame Roque”. 

La prensa presupuestada no estatal, autodenominada independiente, lleva años criticando y burlándose de las coberturas, enfoques, géneros y hasta de los titulares de la prensa estatal cubana. Prácticamente sus trabajos dependen, en gran medida, de lo que publica la prensa estatal para hacer sus réplicas a página entera o aunque sea en un párrafo. Esperan ansiosos, como aves de rapiña, a cualquier circunstancia de la que puedan sacar lascas y quedar como mejores periodistas frente a los de la prensa estatal. Estoy seguro que usted se ha topado en más de una ocasión con varios trabajos donde se tilda abiertamente a la prensa estatal de propaganda al servicio del gobierno. Entonces ¿cuál es el trauma ahora? 

Calculen este escenario. Ellos sí pueden tildar a los medios estatales de no hacer periodismo sino propaganda al servicio del gobierno, pero el NTV no puede decir que ellos están al servicio de organizaciones extranjeras, porque según ellos es antiprofesional hacerlo, incluso con un material que lo prueba, donde ellos mismos lo confiesan. Bastante desequilibrado ¿verdad? 

Los periodistas presupuestados no estatales, autodenominados alternativos, llevan años pomoviendo el odio, la división y el descrédito hacia los periodistas de los medios estatales. Estoy seguro que usted ha leído varios post en Facebook donde se burlan de los periodistas más mediáticos de la televisión o de la prensa plana. Podríamos hasta incluir el descrédito constante en contra de Iroel Sánchez o los recientes sucesos con Lázaro Manuel Alonso, donde se habló hasta de su vida privada y ninguno de “los éticos” salió a decir «no está bien eso». Entonces ¿cuál es el dolor de cabeza ahora? 

Miren. Hasta conmigo ocurre. Hasta yo que soy un simple estudiante de periodismo, como bien precisó en un post de Facebook para tirarme por tierra el distinguido periodista de OnCuba Michel Hernández (al cual nunca he mencionado) casualmente el día después de que fuera a la Tángana en el parque Trillo, bajo el argumento de que los funcionarios y páginas institucionales no deberían nunca compartir mis publicaciones. ¿Qué es lo que molesta de mí, que yo no me monte en su tiovivo? Hasta a mí que todavía no me paga nadie para decir lo que creo, he tenido que recibir la llamarada de ofensas, descréditos públicos y burlas. Entonces ¿dónde está esa ética que predican? ¿No debemos desacreditar a los desacreditadores? ¿Seguimos jugando el juego con sus reglas? Por supuesto que no, se acabó el pan de piquito. 

La prensa estatal cubana, a partir de la sección del Noticiero Estelar, no ha hecho más que defenderse. No se puede ser todo el tiempo una oveja mirando a los cazadores sonreír. La prensa estatal cubana no ha hecho más que hacer lo que ya llevan años haciendo, agrupados y a quemarropa, los medios presupuestados no estatales. La prensa estatal cubana no tiene que ser neutral. Los neutrales son aquellos que, según Pascual Serrano, «se convierten en operarios despersonalizados y desideologizados» y por debajo de ese manto de neutralidad, te insertan, de modo más sutil, su verdadera ideología. La prensa estatal cubana no tiene que tener pánico a asumir su posición ante los acontecimientos. No tiene, por ninguna circunstancia, que callar. Debe estar ahí, en cada suceso, aportando su visión y debe ser esa vanguardia política para enfrentar, aunque sean muchos, a sus enemigos mediáticos. 

El análisis además debe superar la ruta del dinero. Es un buen comienzo, es una realidad palpable, pero debe ir más allá. Con las ideas hay una batalla diaria y tenemos varios intelectuales de referencia (algunos de los cuales salieron ayer) para ser contundentes en la defensa del poder social. No volvamos a quedar indiferentes, porque los indiferentes ante la justicia y ante la obra revolucionaria son ellos. Y apoyándome en Gramsci pienso haber dicho todo lo que tenía para decir: «Odio a los indiferentes. Creo que vivir quiere decir tomar partido. Quien verdaderamente vive, no debe dejar de ser ciudadano y partisano. La indiferencia y la abulia son parasitismo, son bellaquería, no vida. Por eso odio a los indiferentes».

 

La intención de las embestidas contra la prensa cubana es presentarla como mediocre e incapacitada

Yoandry Ávila - Cubaperiodistas

En este difícil año, la prensa cubana ha demostrado talento y capacidad, sentido de pertenencia a la obra de la Revolución y vocación humanista, aseguró Víctor Gaute, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y jefe de su Departamento Ideológico, en encuentro con los periodistas.

Destacó además “las potencialidades de nuestros medios de prensa, la capacidad de los jóvenes para expresar sus criterios, junto a la experiencia de los que tienen más años. No hay un solo medio que haya dejado de trabajar un solo día, aun en medio de la pandemia”, añadió Gaute al concluir el VI Pleno del Comité Nacional de la Unión de Periodistas de Cuba.

Agregó que, si un solo periodista tuviera una inquietud de cómo hacer mejor su trabajo, tiene que encontrar en la Upec el espacio para ser atendido. “Y eso tiene que funcionar en cada territorio”.

La prensa ante la guerra de cuarta generación que se ensaya contra Cuba fue el eje de los debates del Pleno, celebrado en el teatro del Ministerio de Comunicaciones, a través del sistema de teleconferencias de ese organismo, con enlace a todas las provincias del país.

Tras la proyección de un audiovisual, Ricardo Ronquillo Bello, presidente de la Upec, expresó que el ataque permanente al sistema de prensa público de la Isla persigue el propósito de presentarlo como mediocre e incapacitado para responder a los intereses de la ciudadanía.

También pretende desacreditar a figuras que, como parte de los medios públicos tienen autoridad ante las audiencias”. Merece la pena, exhortó, hacer una reflexión colectiva al respecto. “Ante los intentos contrarrevolucionarios de presentar una imagen de país en caos e ingobernabilidad, no son válidos los silencios ni las explicaciones tardías”.

Superar las deficiencias del sistema de medios públicos que se han detectado y definido a lo largo de los últimos años es hoy más perentorio y la solución puede estar en la consolidación de un nuevo modelo de periodismo para el socialismo, acotó.

Este nuevo modelo –dijo el Presidente de la Upec– debe tener en cuenta como aspectos fundamentales la utilización de novedosos modelos de gestión editorial, con la apropiación de las narrativas y estéticas de los medios digitales, y un nuevo tipo de relación con las instituciones, con mayor autonomía en la toma de decisiones.

Rosa Miriam Elizalde, vicepresidenta primera de la Upec, apuntó que existe un acuerdo del X Congreso de la organización que aún no se ha cumplido y que resulta vital concretar en este escenario de polarización y de guerra digital. Se trata de la “creación de un equipo jurídico que represente a los periodistas ante el acoso, la injuria, la difamación, las agresiones, amenazas y otros crímenes que están tipificados en la ley, y que se han disparado en el entorno de las redes sociales”.

Elizalde refirió que en el cónclave realizado en julio de 2018 hubo consenso acerca de que el Código de Ética de la Upec no bastaba, porque “es solo para el gremio y depende solo de la buena voluntad de los profesionales del sector”.

Desde el 2018 hasta este momento hemos observado la aceleración de una serie de procesos de acoso y criminalización de la práctica profesional de los medios y figuras públicas, mientras avanza una corriente que intenta aplicar en Cuba la judicialización de la política, que siempre tiene un componente mediático, y que han aplicado  contra movimientos sociales y gobiernos de izquierda en otras naciones, para arrinconar a sus principales líderes”.

“Ahora los ideólogos de la derecha alientan la idea de que existe una brecha entre la Constitución del 2019, los derechos que allí se refrendan, y los Decretos Leyes derivados de esa Constitución socialista aprobada por la inmensa mayoría de la población. Llaman a desmontar cada derivado legislativo para impedir que la Ley de Leyes sea efectiva. Y mientras, se intenta dar la legitimidad que no tienen los medios privados, lapidan a los medios públicos y amenazan a nuestros compañeros. Bien, preparémonos para disputar también en el ámbito jurídico nuestros derechos. La Ley es para todos.”

Otros temas del contexto comunicacional actual ocuparon el debate del Pleno, como la relación entre el sistema de medios públicos y el sistema de instituciones públicas y su incidencia en la concreción del nuevo modelo de prensa pública para el socialismo en Cuba.

Respecto al tópico de las alianzas institucionales, Iramis Alonso, directora de la revista Juventud Técnica de la Casa Editora Abril, enfatizó en que las viejas prácticas lastran el desarrollo de un periodismo más ágil. “No se pueden lograr asociaciones proactivas cuando todavía varias instituciones deciden a qué medios invita a sus espacios de diálogo e información”.

“Hasta que no se entienda este asunto de las fuentes, que sigue siendo la columna vertebral de un ejercicio transparente, bien hecho y profundo de nuestro periodismo, no vamos a avanzar en el ámbito de las alianzas. A pesar de todo lo que hemos adelantado, estas malas prácticas se repiten”.

Fredy Moros, presidente del Grupo Asesor de la UPEC, subrayó que los tiempos del periodismo nacional tienen que cambiar, adelantarse a los acontecimientos e imponer narrativas, y nunca permitir que el silencio sea la respuesta a los sucesos que impactan en la vida pública de la nación.

Con este criterio coincidieron Jorge Luis Delgado (presidente de la Upec en Ciego de Ávila), Roberto Carlos Delgado (director del periódico avileño Invasor) y Elsa Ramos (periodista de Radio Sancti Spíritus).

El director del periódico Invasor subrayó que también se han encontrado con decisores que no les dan información, pero han buscado otras alternativas y se ve en los resultados. “Hay temas en los que nos hemos pasado medio año investigando. Otros, hemos tenido que esperar a que lo publique la página de la institución antes de ponerlo en el periódico. Gaviota, por ejemplo, no quiso dar una información sobre la relación entre cultura y turismo. Siguen existiendo problemas a la hora de interpretar  la política de comunicación”.

Félix Témerez, presidente de la Upec en Pinar del Río, reconoció que se ha producido un notable cambio en la gestión de los medios territoriales, aunque es imprescindible fortalecer la retroalimentación con los públicos para el mejoramiento de nuestras agendas. Hay medios locales que están haciendo trabajos muy interesantes sobre problemas de la población, en el que deberían participar sicólogos, sociólogos y otros especialistas. En el periódico Guerrillero tenemos una sicóloga, que nos permite tener una idea más clara de cómo abordar los contenidos, cómo dosificarlos y no repetirnos.

José Alejandro Rodríguez, periodista de Juventud Rebelde, hizo un llamado a llenar espacios arrebatados, a realizar el periodismo que se necesita y a que la profesión sea un contrapeso de la administración pública del país. “La Revolución es mucho más grande que las instituciones, existe per se y debe estar revolucionándose siempre”.

Las ideas se defienden en la complejidad, con la visión personal, dijo Pepe Alejandro, Premio Nacional de Periodismo José Martí. “Hay gente que está dispuesta a desarticular esta sociedad, pero también hay críticas que no debemos ignorar. Estamos abocados a defender la unidad de este país desde la diversidad”.

Comentó además que no está de acuerdo con la clasificación de los medios en Cuba. “Es la regionalización del talento”. Y mencionó a periodistas de medios provinciales como ejemplos de buenas prácticas; entre ellos, los Premios nacionales José Martí Enrique Ojito (de Sancti Spíritus) y José Aurelio Paz, (de Ciego de Ávila), el santiaguero Reinaldo Cedeño y Yasiel Rodríguez, de Radio Cabaniguán, emisora de Jobabo, Las Tunas, que todos los días refleja la vida de su pueblo. “Protagonicemos los temas complejos, los difíciles. Ayudemos a los jóvenes periodistas a realizarse en sus aspiraciones”, y llamó a desterrar la autoflagelación: “Tenemos que estar orgullosos del periodismo que se hace en muchos de nuestros medios públicos, con profesionales que son referentes nacionales”.

Cristina Escobar, del Sistema Informativo de la Televisión Cubana, compartió su preocupación sobre cómo algunos eventos que llaman la atención de la opinión pública son enfrentados solo en las redes sociales, a partir del criterio de que los actores que la promueven están activos allí, como si no tuvieran efecto en la audiencia nacional. “La respuesta a estos asuntos son obviadas en los medios tradicionales, en un país en el que todavía hay un universo de personas desconectadas de Internet, cuando la información llega de todas formas a través de rumores. No tiene ningún sentido separar las plataformas tradicionales y los medios digitales en el entorno de la convergencia”.

La periodista señaló que el mensaje audiovisual no puede basarse en la producción de contenidos para rellenar los programas, mientras “perdemos energías y tiempo no yendo a los matices, cuando hay que ganar, sumar y comprender”.

En cuanto a las alianzas entre las instituciones y la prensa pública señaló que es una idea maravillosa que no siempre se cumple. “Nosotros necesitamos de las instituciones, pero las instituciones también necesitan de los periodistas. Las instituciones deben comprender que los periodistas sí sabemos lo que estamos haciendo y deben respetarnos”.

Escobar también llamó a plantearse cuáles serían las iniciativas a desarrollar para que los jóvenes recién graduados de las facultades de la especialidad en el país se sientan estimulados a participar en la gran aventura que es hacer periodismo desde los medios públicos, y llamó a tener en cuenta a la UPEC en los debates sobre la prensa. “Existe un discurso crítico sobre los medios en los que muchas veces no se tiene en cuenta a la organización”, añadió.

Roger Ricardo, docente de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, opinó al respecto que los medios tienen que apegarse cada vez más a esa agenda pública que a veces se vuelve muy etérea, a partir de ahí enfocar los problemas que tiene el país y cómo esos problemas influyen en la realidad de las personas.

Añadió que “hay que entender la comunicación y el ejercicio del periodismo de abajo a arriba, y luego al revés”.

A lo largo de los años hemos hecho una comunicación muy intuitiva, indicó Ronquillo. “En el mundo moderno se trabaja con herramientas que orientan al consejo de redacción y de información cuáles son las líneas temáticas fundamentales que hay que tratar. No basta con tener un observatorio que semanalmente presenta un análisis a los directores de los medios. No siempre este es útil a escala territorial, porque no siempre coincide con las corrientes de opinión locales. Hay que hacer un esfuerzo entre los medios para tratar de crear equipos que hagan seguimientos a las opiniones y comportamientos de las audiencias”.

Sobre el trabajo de la Upec este año, Rosa Miriam Elizalde resaltó que se ha caracterizado por “el reto de intentar conectarnos con todas las provincias y con el mayor número de redacciones en tiempos de COVID” y que las nuevas tecnologías hicieron posible el Primer Festival Nacional Virtual de la Prensa, con la participación de 42 medios de prensa y más de 90 proyectos de todo el país. “Hemos visto el enorme compromiso y el enorme talento que existe en nuestro sistema público, desde los medios locales hasta las redacciones nacionales, enfocados a la escucha de los públicos e intentando innovar en medio de dificultades económicas muy agudas”.

Enrique Villuendas, funcionario del Departamento Ideológico del Comité Central (CC) del Partido Comunista de Cuba (PCC) destacó el esfuerzo del Gobierno porque la Comunicación sea, de manera efectiva, uno de sus pilares de actuación, y explicó que ello se ha visto reflejado en la socialización de las políticas públicas adoptadas y en la transparencia informativa que ha acompañado el manejo de la COVID- 19 en la Isla.

Al finalizar la reunión, Ricardo Ronquillo, a nombre de la organización, entregó un reconocimiento al periodista Lázaro Manuel Alonso y al conductor Humberto López, por la dignidad con que se han defendido ante los intentos de lapidación que han sufrido en las redes, a partir de los trabajos informativos realizados por ellos para la Televisión Cubana.

 

Pleno de la UPEC ratifica importancia de las alianzas entre instituciones y prensa

Cubadebate

En un escenario de guerra mediática, las alianzas entre el sistema de instituciones públicas y la prensa nacional se perfilan como una necesidad perentoria, así trascendió en el 6to. Pleno del Comité Nacional de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), celebrado este martes desde La Habana con enlace mediante videoconferencia para el resto del país.

Con la presencia de Víctor Gaute, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, y jefe de su Departamento Ideológico, los delegados a la cita se refirieron a los principales desafíos que representa un ejercicio periodístico de calidad y apegado a los intereses de las audiencias en el actual contexto, marcado por constantes agresiones, reportó la Agencia Cubana de Noticias.

Ricardo Ronquillo, presidente nacional de la UPEC, destacó que, ante los intentos contrarrevolucionarios de presentar una imagen de país en caos e ingobernabilidad, no son válidos los silencios ni las explicaciones tardías.

Superar las deficiencias del sistema de medios públicos que se han detectado y definido a lo largo de los últimos años es hoy más perentorio y la solución puede estar en la consolidación de un nuevo modelo de periodismo para el socialismo, acotó.

Iramis Alonso, directora de la revista Juventud Técnica, apuntó que para lograr alianzas es necesario reconfigurar las relaciones con las fuentes, entendiéndolas como la columna vertebral de un periodismo transparente, consciente y eficaz, algo solo posible con un cambio de mentalidad real en directivos y decisores.

El periodista José Alejandro Rodríguez, de Juventud Rebelde, destacó además la necesidad de impulsar la práctica de la investigación profunda, teniendo en cuenta que los ideales se defienden mejor desde la complejidad, el debate y la pluralidad de voces.

Trascendió en el encuentro que, como parte de la guerra mediática financiada desde Estados Unidos contra Cuba, también se ha desplegado una campaña de descrédito hacia los órganos de prensa nacionales a través del ataque a sus más destacadas figuras.

Rosa Miriam Elizalde, vicepresidenta primera de la UPEC, propuso la creación de un grupo jurídico con capacidad para presentar causas legales contra quienes organizan y ejecutan acciones de acoso e intimidación hacia periodistas cubanos.

En el encuentro Víctor Gaute reconoció el trabajo realizado por los medios nacionales durante 2020, y ratificó el acompañamiento del Partido en la responsabilidad de mantener informado al pueblo, con narrativas más innovadoras e inmediatas.

(Con información de ACN)

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