Momento en que el periodista cubano, radicado en Miami, Edmundo García, es prácticamente linchado por las hordas de Vigilia Mambisa en las afueras del estadio PallBark de Palm Beaches, en Florida.


M. H. Lagarde - CubaSí

Además de ver el excelente juego de béisbol entre los equipos de Cuba y Venezuela, celebrado ayer en el estadio PallBark de Palm Beaches, toda Cuba tuvo la oportunidad de apreciar, en vivo y en directo, a través de la pantalla de sus televisores, la catadura moral de la calaña anticubana que pretende, vociferando "valientemente" a 90 millas de distancia, derrocar a la Revolución Cubana.

Tal y como se había denunciado con antelación, a través de las redes sociales, las hordas fascistoides de esa ciudad acudieron en masa para sabotear un evento preolímpico.

Una buena cantidad de ellos no pudo entrar al estadio por restricciones establecidas por la instalación y permaneció fuera, para, entre gritos de libertad -vaya contradicción- realizar actos de repudios contra cualquiera que no compartiese sus ideas, como sucedió contra la persona del periodista cubano Edmundo García, quien prácticamente fue salvado del linchamiento gracias a la intervención policial.

Otros, más “afortunados”, disfrutaron de la visibilidad de los palcos detrás del home, para dar muestra de la profunda obscenidad política que sustenta su causa por la libertad de Cuba o dejar al descubierto el carácter falso y circense de la protesta. En más de una ocasión, los allí presentes para repudiar a los peloteros cubanos, no pudieron ocultar su emoción y entusiasmo ante los jonrones de Erisbel Arruebarruena y de Lisbán Correa.

Los actos de odio, y el que una persona irrumpiera en el terreno sin que las autoridades respondieran con la agilidad necesaria, no solo atentan contra el espíritu deportivo de un evento internacional de carácter olímpico, sino que además dejan al descubierto la complicidad en los hechos de las autoridades de la Florida.

Para nadie es un secreto "quiénes" están detrás de estos “luchadores” de pancarta que, en el fondo de su alma, deseaban que ganara Cuba.

Vale recordar el papel jugado por los senadores anticubanos Marco Rubio y María Elvira Salázar en impedir que se les entregara la visa a los jugadores cubanos para participar en el encuentro.

Con total cinismo, la oficina de prensa del senador cubanoamericano, Marco Rubio, el Miembro de Más Alto Rango del Subcomité del Hemisferio Occidental, protestó el pasado 28 de mayo en su cuenta de Twitter, sobre la "rápida" admisión de los peloteros cubanos que participarían en el preolímpico de Florida:

“Todos los días, la oficina del senador Rubio escucha a los cubanos que tienen que esperar largos períodos de tiempo para obtener una visa para visitar a sus familias o para recibir tratamiento médico. Sin embargo, la Administración Biden, conociendo los ataques del régimen cubano a nuestros diplomáticos en La Habana, aceleró la admisión al equipo de béisbol cubano”.

Por su parte la congresista cubanoamericana, María Elvira Salazar, quien recientemente propuso la descabellada idea de convertir la ilegal Base de Guantánamo en un consulado, aseguró en Twitter:

“Es OFENSIVO que la administración Biden le haya concedido visas al equipo de béisbol Castrista mientras que los cubanos de a pie se mueren esperando una visa humanitaria! #SOSCuba”.

Para nadie es un secreto tampoco que Marco Rubio, -reconocido públicamente por Trump como el arquitecto principal de la política de su administración contra Cuba-, es una de las manos que mueve a la marioneta de Youtube que responde al nombre de Alexander Oataola Casal, desde cuya plataforma se promovió y alentó la realización de las provocaciones contra cualquiera de los miembros de la delegación cubana.

Después de esta muestra de odio e intolerancia, cabe preguntarse, a tono con la nota de la Federación Cubana de Béisbol, si el Gobierno de los Estados Unidos, en su condición de país anfitrión, y el Comité Organizador, cumplirá con el deber de velar por la seguridad de todos los asistentes a este certamen o simplemente se mantendrá de brazos cruzados ante las presiones de la mafia anticubana de Miami.

Igualmente se impone otra pregunta: ¿Hará cumplir el gobernador de la Florida la Ley antidisturbios, recientemente firmada por él, que penaliza, entre otras cosas, a aquellos que intenten imponerle, a través de la protesta, sus ideas a otros, o dicho decreto solo se ejerce contra los negros y los demócratas?

 

¿A algún cubano que no esté con el gobierno se le ha impedido entrar a un estadio?

Pedro Jorge Velázquez - Radio Miami TV

Analizar lo ocurrido hoy impone mirar para todos los puntos cardinales (los antes y los después) y lo hago mientras frío los plátanos maduros de la comida, ¡vaya!

Los múltiples avisos que se hicieron en la prensa y en las redes sociales para frenar conductas que, a la postre, lastran el espectáculo beisbolero, no impidieron que ocurriera lo esperado. Comencemos pensando bien en qué ciudad se desarrolla todo esto; pero no acusemos a todos los habitantes de esa ciudad como promotores del odio porque no seríamos justos.

Hoy, antes de comenzar el juego, ya había quien se enorgullecía (como si eso fuera motivo de orgullo) de portar indumentarias y carteles con mensajes políticos que incitan al odio. Antes de poder entrar al estadio, el periodista y analista político, Edmundo García, que fue a disfrutar de un juego de béisbol donde participaba la selección de su país, tuvo que ser protegido y conducido por la policía pues le impidieron entrar al estadio con gritos y amenazas de golpes.

¿A algún cubano que no esté con el gobierno se le ha impedido entrar a un estadio para disfrutar un juego de pelota en Cuba? ¿Usted ha visto que al entrar al estadio de su provincia a alguien le preguntan en qué ideología cree?

Los carteles. Los cartelitos. Los cartelones. Algunas personas querían que dejáramos de atender al juego de pelota, para atender al show de la grada. Seguramente también querían, además, producir algo en nosotros, y lo hicieron: vergüenza. No hay otra palabra para describir cómo un grupito intenta desentenderse de lo que está ocurriendo en el campo para mostrar su intolerancia a los cuatro vientos. Parece que aún no lo comprenden: nuestro orgullo estaba en esos hombres que portaban el uniforme de las 4 letras y se batían por ellas en el terreno.

Vuelvo con las preguntas: ¿Ustedes han visto en los juegos de la Serie Nacional a personas levantando carteles a favor de la Revolución? ¿El escenario político en Cuba obliga a alguien a hacer eso? ¿Y en Miami? ¿Por qué en Miami sí? ¿Cuál es el clima que motiva a conductas de ese tipo? ¿Quiénes generan ese clima? ¿Por qué en Miami es imperativo –para algunos– olvidar el lugar, las circunstancias y el equipo de su patria para arremeter contra el desarrollo de un juego, al punto de que haya que retirar a una manifestante dentro del mismo cuadro o que la policía llame la atención en repetidas ocasiones al grupito de atrás del Home? ¿Por qué mejor no disfrutar junto a la familia o los amigos el juego de pelota, como hago yo en Cuba cuando asisto al estadio?

Es incluso más curioso leer cómo algunos periodistas como Yoani Sánchez y Yusnaby Pérez hicieron notar en sus perfiles de Facebook, con ligera picardía, «que por la televisión pública cubana se podía ver un cartel que ofendía al presidente cubano» (el cual todos vimos, justo antes de que Arruebarruena la sacara del parque). Pero pensemos justamente en eso. En eso y nada más. Quizás en «una dictadura» como la cubana se debería haber dejado la pantalla en negro, hasta que el cartel desapareciera. Quizás en la Cuba con la que Yoani Sánchez y Yusnaby Pérez fantasean debería haberse paralizado la trasmisión e impedir a los televidentes ver esa provocación.

Pero no, no ocurrió así, parece que en «la dictadura» no se viola el derecho a ver un juego de pelota ni porque salga un cartel infame en contra del presidente, mientras que en el «país de la libertad», un ciudadano norteamericano como Edmundo García no pudo ver jugar, ni por un segundo, a su equipo de pelota.

 

Federación Cubana de Beisbol denuncia irregularidades

JIT

La Federación Cubana de Beisbol (FCB) denunció hoy irregularidades que consideró inaceptables en el contexto del torneo preolímpico de las Américas, acogido por esta ciudad.

A continuación la nota íntegra, enviada a las autoridades de la Confederación Mundial de Béisbol y Softbol (WBSC, por sus siglas en inglés).

PRONUNCIAMIENTO DE LA FCB

West Palm Beach, 31 de mayo del 2021

A: Confederación Mundial de Béisbol y Softbol

De: Federación Cubana de Beisbol

Estimados Señores:

La Federación Cubana de Beisbol considera inaceptable que personajes contrarios al espíritu propio de un evento deportivo atenten contra la concentración del equipo que nos representa en el torneo preolímpico con sede en Florida, Estados Unidos.

Lo sucedido hoy, cuando una persona irrumpió en el terreno durante el encuentro entre Cuba y Venezuela, sin que las autoridades respondieran con la agilidad necesaria, constituye un claro ejemplo de lo que no debe suceder si las autoridades locales actúan como establecen los protocolos de seguridad que merecen los protagonistas de esta cita.

Advertimos además que la portación de carteles y las ofensas verbales, particularmente orquestadas en las zonas de palcos detrás de home y sobre el banco ocupado por nuestro equipo, resultan otras acciones inadmisibles con las que no estamos dispuestos a lidiar, y recordamos que estos elementos fueron advertidos oportunamente, lo que nos coloca en la necesidad de reiterarlos y hacerlos público.

No frenar esa situación resultaría tributar a la generación de un clima desestabilizador para atletas, entrenadores y demás miembros de nuestra delegación, que reitera su compromiso con la misión de entregarse a fondo en cada presentación y contribuir al espectáculo desde el respeto a la ética y al juego limpio.

Insistimos en que el Gobierno de los Estados Unidos, en su condición de país anfitrión, y el Comité Organizador, tienen el deber de velar por la seguridad de todos los asistentes a este certamen.

Les saluda

Atentamente,

Luis Daniel Del Risco

Federación Cubana de Beisbol

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