Cristina Xalma - Diagonal/Rebelión.- Ultimamente, si la política exterior de Europa manifiesta algún claro punto flaco en su postura frente al respeto a los derechos humanos, ese punto se llama, sin lugar a dudas, Posición Común frente a Cuba. Política nacida en 1996 de la mano del entonces presidente español José María Aznar, y cuajada en el marco de los jugosos acuerdos económicos de éste con su amigo y socio Jorge Mas Canosa (presidente de la Fundación Nacional Cubano Americana de Miami), esta política, ratificada anualmente, lleva casi 15 años condicionando la normal relación económica de Cuba con los países de la UE a “mejoras” en los derechos humanos y a pasos hacia una democracia que responda a los parámetros propios del multi (o incluso mejor, del bi-) partidismo. Mientras tanto y de manera, si se quiere, paradójica, si se prefiere, hipócrita, la Unión Europea firma acuerdos de relación comercial y económica preferente con países responsables de flagrantes violaciones de los derechos humanos y con escasas cuotas de democracia interna como son, por nombrar sólo algunos, Israel (con condenas de Naciones Unidas incluidas), Colombia, Guinea Ecuatorial, México e incluso la Honduras impune y emergente del Golpe de Estado de junio del 2009, donde siguen sucediéndose la represión y los asesinatos selectivos de quienes defendieron al legítimo Gobierno de Manuel Zelaya.

José Varela - Progreso Semanal.- En esta racha de nuevas liberaciones de presos cubanos hacia el extranjero, han salido Los Presos Obesos -- una camada distinta de elemento contestatario -- algunos de los cuales han impresionado a la prensa porque son los disidentes de mayor talla de cintura que han salido de Cuba desde Raúl Rivero, y han llegado a Madrid via La Habana, rechonchos y saludables.

RA.Ortega - Cubainformación.- Por si algún ciudadano de buena fé, y que no es extraño que sucumba al aluvión de propaganda mediatica de la "prensa libre", tenía dudas de quienes son los "disidentes y demócratas", ya no hay resquicio para dudar de su trayectoria de "luchadores por la libertad" y qué objetivos han tenido.

El Gobierno conservador de Panamá ha aprobado una ley que prohíbe la huelga y elimina la necesidad de estudios de impacto ambiental en los proyectos de las transnacionales en el país.

Torge Löding-Voces Nuestras - TerceraInformación.- “No es un movimiento de los partidos de oposición contra una ley sino de la población en resistencia contra la política que hemos sufrido en el último año”, dijo Olmedo Carrasquilla, periodista de Radio Temblor . Panamá vive una sucesión de huelgas y manifestaciones cuyo detonante fue la aprobación el 16 de junio de la llamada Ley 30 por parte del Gobierno conservador de Ricardo Martinelli, de Acción por el Cambio. Esta ley se ha impuesto “en sólo tres días, sin debate, y con la argucia legal de modificar una ley sobre aviación comercial, con la intención de pasar desapercibida ante la opinión pública”, dice Silvestre Díaz, del Frente Nacional por la Defensa de los Derechos Económicos y Sociales de Panamá (Frenadeso).

 

Rosa Rojas (La Jornada) - Rebelión.- El presidente Evo Morales aseguró que el gobierno boliviano soporta un sabotaje permanente en la lucha contra el narcotráfico por Estados Unidos, y subrayó que ese país utiliza la lucha contra el tráfico de drogas y el terrorismo como una forma de control permanente de nuestras naciones desde un punto de vista político, económico y social.

Entrevista con Rosa Miriam Elizalde, (Sancti Spiritu, 1966), periodista cubana, ex redactora jefe de Juventud Rebelde y actual editora de Cubadebate, autora de libros sobre prostitución en Cuba, internet o sobre Venezuela, es sin duda la periodista que más ha investigado sobre la ‘guerra’ cibernética y la manipulación de EE UU en internet. Asegura que más de 1.600.000 cubanos son usuarios de internet y se enfada cuando a su paso por Madrid se topa con amigos españoles, que a pesar de no haber pisado nunca la isla, aseguran que el Gobierno impide el libre acceso de la población a internet.

Roberto Montoya (Diagonal) - Rebelión.- DIAGONAL: Parece verse ahora en algunos medios oficiales y en vuestros congresos un mayor nivel de debate y crítica interna.

ROSA MIRIAM ELIZALDE: Sí. Recomiendo leer la sección de Cartas del diario Granma, y el Acuse de Recibo, de Juventud Rebelde; escuchar el programa Hablando claro, de Radio Rebelde, o el Noticiero de Televisión, que tiene casi a diario un reportaje crítico contra la burocracia y otros problemas muy sensibles de la gente. Y ese debate se da también entre los propios periodistas, en el seno de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC). En la red están muchas de nuestras discusiones, son públicas. Tanto interna como públicamente, discutimos a camisa quitada los problemas de nuestra prensa, que padece de casi todo: empobrecimiento del lenguaje, pérdida del oficio, funcionarios que intentan controlar la información y tratan al periodista como un eterno menor de edad, redacciones que no han evolucionado desde los 70, inercia, aburrimiento, incapacidad para comunicarse con los jóvenes, etc.

Esto coincide con la opinión que tienen los cubanos. En el debate que propició el Partido a raíz de una intervención de Raúl Castro en el Parlamento, millones de personas expresaron todo tipo de quejas y los medios fueron uno de los objetos de crítica de la gente.

Enrique Ubieta Gómez -Cubainformación.- El objetivo de las trasnacionales de prensa y de los políticos metropolitanos no era liberar a los mercenarios, sino impedir –esgrimiendo el chantaje-, que eso ocurriera

Ahora viene el problema. Los ex presos llegan a Madrid. La prensa los acoge por unos días. Si tienen suerte, empezarán a vivir de su trabajo y no de la actividad subversiva, que era bien remunerada. Quizás alguno logre enganchar un puesto en la guerra del ciberespacio. Pero no es fácil, como decimos los cubanos, en medio de la crisis. No sé a cuánto pagarán los comentarios (las diatribas ofensivas o amenazantes que lanzan a los blogs de autores revolucionarios), pero si no las publicamos, no cobran. Poco a poco serán olvidados. Ya no sirven. Es decir, ya no son útiles para los antiguos promotores, para el imperialismo norteamericano.