teleSUR.- A través de diferentes exposiciones y encuentros con protagonistas se recordó las seis décadas de la hazaña de Yuri Gagarin en la historia de la cosmonáutica.


Yuri Gagarin en La Habana: recuerdos cubanos del primer cosmonauta en el espacio

Sputnik

Cuba conmemora los 60 años del primer vuelo tripulado al espacio por el cosmonauta soviético Yuri Gagarin con la exposición fotográfica "Nuestro Gagarin", exhibida en el Planetario de La Habana. Sputnik recuerda la visita del héroe soviético a La Habana y el lazo que aún lo une a los cubanos.

La muestra "Nuestro Gagarin" incluye imágenes del cosmonauta durante entrenamientos con paracaídas en 1960, la familiarización con sistemas espaciales, su electrocardiograma registrado el 11 de abril de 1961, los primeros minutos después de aterrizar, el recibimiento en la ciudad de Praga y Moscú, y el abrazo con el líder Fidel Castro, durante su visita a Cuba en julio de ese año.

Entre las fotos seleccionadas están también la presencia de Gagarin en un acto multitudinario acontecido en La Habana, otra en compañía del argentino-cubano Ernesto Che Guevara y las instantáneas con su esposa, Valentina Ivanovna, y sus hijas Lena y Galya.

Marat Karimov, representante de la Agencia Federal Rossotrudnichestvo, significó a Sputnik el vínculo de Gagarin con la nación caribeña desde, sobre todo, su desempeño como el primer presidente de la Asociación de Amistad de la Unión Soviética y Cuba y recordó la visita al país del joven, conocido además como el embajador de la paz.

Por su parte, el astronauta cubano Arnaldo Tamayo Méndez afirmó que la hazaña protagonizada por Gagarin, significativa desde el punto de vista político y científico, aportó al mundo las herramientas para el desarrollo aeroespacial, de ahí que la Organización de Naciones Unidas decretara la fecha como Día Internacional de los Vuelos Espaciales Tripulados.

Gagarin y su visita a La Habana

El 3 de noviembre de 1957, la Unión Soviética puso en órbita la primera nave con un ser vivo como pasajero: la perra Laika, a bordo del Sputnik 2. Dos años después, Yuri Gagarin era uno de los 3.500 candidatos a cosmonauta del programa espacial soviético. Primeramente, seleccionaron a una veintena y luego quedaron solo los seis mejores pilotos.

A bordo de la primera nave espacial tripulada, la Vostok-1, lanzada el 12 de abril de 1961 desde el cosmódromo de Baikonur, iba el joven de 27 años natural de la provincia de Smolensk. Según el despacho de la agencia TASS, antes del despegue Gagarin pronunció la emblemática frase: "¡Vamos!".

Desde la altura cósmica, con el seudónimo poco conocido de Kedr (cedro), diría poco tiempo después: "Veo perfectamente la Tierra. Estoy conmovido. ¡Qué hermosa es!". La proeza registró tres récords espaciales absolutos: la duración del vuelo de 108 minutos, la altitud de 327 kilómetros y la carga de 4.725 kilos.

La prensa soviética recogió el interés de Gagarin por Cuba a su regreso a tierra firme. Fue así como, el 24 de julio de ese año, el protagonista de la hazaña y el líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, se abrazaban bajo un aguacero torrencial, en la pista del aeropuerto internacional José Martí, hoy perteneciente al municipio habanero de Boyeros.

Testimonios de la época revelan como las principales tiendas y calles de la ciudad engalanaron sus vitrinas con fotos de Gagarin y banderas de la Unión Soviética y Cuba. Una vez cumplidos el protocolo con el cuerpo diplomático y los honores militares, ambos abordaron el auto convertible del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos.

Durante el recorrido por las calles de la urbe capitalina y al percibir que la lluvia no amainaba, el dirigente cubano le preguntó si deseaba que subieran la capota del vehículo, a lo cual Yuri respondió en ruso: "No, por favor". Al paso de la caravana los miles de cubanos congregados en la avenida Rancho Boyeros coreaban: "¡Gagarin, Fidel!".

En su visita a la Mayor de las Antillas, el héroe soviético intercambió con estudiantes de la Universidad de La Habana, conoció a los heridos de la invasión por Playa Girón—operación militar organizada por cubanos exiliados, armados, entrenados y transportados por el Gobierno de Estados Unidos, acontecida en abril de 1961—.

Días más tarde, en el acto conmemorativo por el VIII aniversario de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes desde la Plaza de la Revolución en La Habana, el entonces presidente Osvaldo Dorticós (1959-1976) anunció que el cosmonauta soviético recibiría la más alta condecoración cubana existente hasta ese momento: la Orden Playa Girón.

En su alocución, el mandatario argumentó: "(…) Al realizar la histórica hazaña que lo consagra como el primer cosmonauta del mundo, ha contribuido con ejemplar heroísmo al progreso de la humanidad y a la paz".

Tras pronunciar sus palabras de agradecimiento, Yuri Gagarin manifestó su deseo, para muchos premonitorio: "Yo estoy seguro de que no está lejos el tiempo en que al cosmos volarán los cosmonautas cubanos, los hijos gloriosos del pueblo cubano, para en esta rama contribuir al progreso de la humanidad".

Recuerdos del primer cubano en el espacio

En septiembre de 1980, fruto de la cooperación solidaria entre la URSS y la nación caribeña, realizaron un vuelo conjunto el cosmonauta Arnaldo Tamayo Méndez, Héroe de la República de Cuba —fue el cosmonauta número 97 que viajó al cosmos y Cuba, el noveno país en tener una representación— y el piloto soviético Yuri Romanenko, a bordo de la nave Souyz-38.

"Yo era un joven de 18 años en abril de 1961. Me encontraba en Pinar del Río a la espera de mi pasaporte para viajar a la URSS e ingresar a la escuela de aviación y, en ese mes acontece otro hecho internacionalmente conocido: la agresión a Playa Girón. Años después gracias a la colaboración conjunta, me convertí en el primer cubano en el espacio", evoca Tamayo.

El astronauta del archipiélago antillano recordó cómo en 1972, tras la visita de Fidel Castro a la URRS, se firmó el primer acuerdo de colaboración científico-técnica y comenzaron los programas de formación e investigación vinculados con la exploración espacial. Cuatro años más tarde, se afianzaron los vínculos para un futuro viaje al cosmos.

"En julio de 1961, ya estábamos en la Unión Soviética, preparándonos como pilotos de combate. La medalla Playa Girón, otorgada a Gagarin, fue precisamente creada para honrarlo a él porque en aquellos momentos iniciales no teníamos cultura de órdenes y reconocimientos y, hoy el galardón original lo tiene la familia", expresa.

Cuba, la URSS y Gagarin

"Absolutamente todos los cubanos saben quién es Yuri Gagarin", dice Gregory Biniowsky, fundador del restaurante retro-soviético Nazdarovie —cuyo significado es la expresión en castellano ¡A tu salud!—. Precisamente la decoración de ese espacio gastronómico, situado frente al malecón habanero, incluye fotos del cosmonauta soviético.

"Los visitantes foráneos advierten también quién es el protagonista de las imágenes y si no lo conocen los meseros los educan sobre el tema. Él constituye símbolo de la Unión Soviética y sus hazañas y, precisamente, la idea de crear este sitio parte del gran legado y nostalgia que existe sobre la URSS en Cuba", refiere a Sputnik.

Si bien, el lugar permanece cerrado como parte de las restricciones por el COVID-19, constituye desde su creación una alegoría y remembranza de los pueblos de Europa del Este y recuerda cómo, en la época de la Guerra Fría, miles de cubanos estudiaron en las repúblicas socialistas durante al menos seis años.

"Existe una familiaridad y añoranza respecto a la cultura soviética", comenta Gregory Biniowsky. De ahí que, las paredes del restaurante evoquen también herramientas comunicativas y de masas y sus múltiples facetas: romanticismo naïve, vanguardismo abstracto, futurismo o cartelería.

Sumado a la culinaria típica con recetas como pirozhki de col, cotleta a la Kiev, pelmeni, sopa borsh y strogonoff, el proyecto socio-cultural Nazdarovie reproduce en su decorado imágenes de Vladimir Ilich Lenin, el orgullo obrero especialmente visible en la minería y la industria, los símbolos de la hoz y el martillo y pósteres sobre atletas de la época.

Escuela Yuri Gagarin

Una de las instituciones educativas creadas por la Revolución con la idea de Fidel Castro de combinar el estudio y el trabajo agrícola fue la Escuela Secundaria Básica en el Campo Yuri Gagarin, ubicada en el actual municipio Caimito, en la occidental provincia de Artemisa. La institución dedicada a la enseñanza media recibía numerosas delegaciones soviéticas.

"Recuerdo que, en 1980, poco después de su regreso a Cuba, el cosmonauta Arnaldo Tamayo nos visitó. También acudían representantes de los países socialistas y, la generalidad de las veces, dejaban objetos típicos de esos lugares puestos luego, a modo de exposición, en cátedras y oficinas", comenta a Sputnik Roberto G. Saavedra, quien laboró en ese centro de 1976 a 1984.

Actualmente, como Instituto Politécnico con más de diez especialidades, los profesores participan en la denominada zona roja, ejercen como colaboradores voluntarios en el Campamento Internacional Julio Antonio Mella y en el Hospital para Positivos Asintomáticos de la Universidad de Artemisa, e intervienen en labores de pesquisaje.

 

Gagarin

Hoy se cumplen 60 años del primer viaje del hombre al cosmos  

Ernesto Estévez Rams

Granma

Cuando ocurrió, alguien dijo: hoy dormiré mejor, sabiendo que nos cuidan allá afuera.

Desde entonces, sentir el cosmos sobre nuestras cabezas ya no fue la sensación de un vacío inagotable, en todo caso inagotado.

Ya no era un destino inalcanzable, en todo caso alcanzado. Un silencio quebrado por la risa: una risa de silencios conquistados. Ya no era inhabitable, en todo caso habitado.

Desde ese día, el regreso a la infancia ya no es defecto, en todo caso es anhelo. Para los seres de bien, tomar el cielo por asalto no es un sueño, en todo caso es una meta.

Y cuando regresó los que lo vieron, lo oyeron decir: Tanquilo, soy soviético.

 

Gagarin, Cuba, Fidel y el Che

Daily Pérez Guillén

Cubadebate

A propósito de cumplirse las seis décadas del primer vuelo del hombre al espacio, el 12 de abril de 1961, en Cuba se recuerda a su cosmonauta, el soviético Yuri Gagarin, por su solidaridad con la Revolución.

Gagarin arribó a Cuba el 24 de julio de 1961, pocos meses después de realizar el vuelo espacial alrededor de la Tierra a bordo del Vostok 1,  primer satélite artificial tripulado por el hombre que dio inicio a una serie de estudios sobre el espacio cósmico.

En la Plaza de Revolución, en la histórica concentración por el Día de la Rebeldía Nacional que Cuba celebra cada 26 de julio, el entonces presidente Osvaldo Dorticós, impuso por primera vez la Orden Playa Girón a Yuri Gagarin.

Las palabras de Fidel resaltaron la admiración por las hazañas del pueblo soviético.

“… la Unión Soviética se cubría de gloria y de prestigio lanzando el primer hombre al espacio, cuando el gobierno de Estados Unidos lanzaba contra nuestro pueblo su criminal invasión. Tuvimos oportunidad de contrastar aquellos dos hechos: el hecho en favor de la ciencia, en favor del progreso de la humanidad y de la paz; y el hecho cobarde e inescrupuloso de la invasión mercenaria, que inspirada en el propósito de recuperar sus privilegios y sus monopolios, lanzaron los imperialistas contra nuestro país.

“Por eso, porque en nuestro recuerdo están bien presentes aquellos dos hechos, y por cuanto en aquellos mismos días nuestro pueblo, en un acto de gran heroísmo derrotó a los mercenarios invasores, y habiendo el Gobierno Revolucionario creado la Orden Nacional de Playa Girón para premiar a todos aquellos hombres que hayan realizado hechos extraordinarios en favor de la paz, y en favor de la ciencia, y en favor del progreso de la humanidad, o bien en la lucha contra el colonialismo y contra el imperialismo, nada más justo que condecorar con la primera Orden de Playa Girón al primer cosmonauta del mundo, al comandante Yuri Gagarin, para que así vaya siempre unido el recuerdo de esos dos hechos, que ocurrieron casi simultáneamente; para que así vaya siempre unido el recuerdo de esos dos actos heroicos; para que así vaya siempre unido el recuerdo de esas dos grandes victorias por la paz mundial”.

Por su parte, el astronauta agradecía con emoción el reconocimiento de los cubanos y adelantaba: “Llegará la hora en que este pueblo mandará al espacio su propio cosmonauta.”

Durante sus viajes a Cuba, Gagarin se reunió en varias ocasiones con Fidel Castro y Ernesto Che Guevara. Las fotografías muestran una evidente relación de admiración entre los jóvenes.

El 11 de noviembre de 1964 en Moscú, durante una visita oficial de una delegación cubana presidida por el comandante Guevara, el primer cosmonauta del planeta fue elegido presidente de la Sociedad de Amistad Soviético-Cubana y bajo su liderazgo se determinaron sus principios, estructura y meta.

Gagarin lideró la organización solidaria hasta su muerte en un accidente aéreo, el 27 de marzo de 1968.

Hoy la Sociedad Rusa de Amistad con Cuba destaca el recuerdo de su primer presidente.

Una exposición virtual “Primero: Gagarin y Cuba”, iniciativa de la Sociedad Rusa, fue inaugurada este lunes 12 de abril. Exhibe fotografías y videos únicos sobre una parte de la vida del cosmonauta y su relación con Cuba, proporcionadas por la agencia de noticias TASS y activistas de la Sociedad Rusa de Amistad con Cuba, reporta Prensa Latina.

La muestra, que puede visualizarse en ruso, español e inglés, se hizo pública justo en el momento del despegue de la nave espacial Vostok-1 con Yuri Gagarin a bordo sesenta años atrás.

(Tomado de Che Guevara Libros)

 

A 60 años del primer viaje del hombre al cosmos: ¡Poyéjali, Gagarin!

Andy Jorge Blanco

Cubadebate

Yuri Gagarin supo que quería ser piloto cuando, en plena Segunda Guerra Mundial, vio cómo los nazis derribaban un avión soviético. Quizás la escena hubiera sido la excusa perfecta para no soñar jamás con tripular una aeronave.

Junto a un amigo del pueblo, por la lejana Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), Yuri escondió al aviador del enemigo y le salvó la vida. Quiero ser piloto, le habría dicho a su padre, un humilde carpintero de Klúshino, al oeste de Moscú, donde nació Yuri. Era un niño entonces y los niños sueñan con lo que serán de adultos, tal vez porque siempre se les pregunta lo mismo. Bomberos, médicos, policías, pilotos… No está permitido arrebatarles la utopía.

A los 27 años, después de cursar la Escuela Militar de Pilotos de Oremburgo en 1955 y con algunas horas de vuelo, se convirtió en la primera persona en viajar al espacio exterior. Lo habían seleccionado solo a él entre los 3 500 jóvenes que se presentaron en 1960 al programa de la Unión Soviética para enviar un ser humano al cosmos. La URSS ya había puesto el primer satélite en órbita, el Sputnik, en 1957, y la perra Laika acaparó titulares cuando abandonó el globo terrestre. Cuatro años después, los soviéticos seguían en la delantera de la carrera espacial.

Era miércoles, un miércoles de Guerra Fría. 12 de abril de 1961. La nave Vostok 1 había sido alistada en el cosmódromo de Baikonur, en la actual Kasajstán. Gagarin subió a la cápsula que lo llevaría al espacio, a ver con sus propios ojos la inmensidad y la beldad de la Tierra y, sobre todo, a orbitar para siempre en la historia de los personajes legendarios.

A las 9:07 de la mañana de aquel abril –histórico desde que los relojes marcaron esa hora– el cohete despegó.

–Válvulas cerradas. Listo para ignición –comunicó Gagarin.

–Kedr, soy Zaria 1. ¡Ignición!

–Comprendido, ignición.

–Le deseamos un feliz vuelo.

–¡Vámonos! (Poyéjali, en ruso).

Pocos minutos después, el piloto soviético se adentraba en la oscuridad del espacio. Atrás quedaban las pruebas físicas y psicológicas como entrenamiento, y en la Tierra lo esperaba su esposa. Nadie sabía si aquel inédito viaje terminaría en final feliz, o lo que es lo mismo: no existía la certeza de que Gagarin regresara a la Tierra.

“¡Ojalá vuele y regrese vivo!”, dijo el ingeniero general Sergei Korolev, uno de los protagonistas de esta hazaña.

Si moría en la misión, Gagarin le había escrito a su esposa, Valentina Gagarina, una carta de despedida cual epitafio: “Si algo sale mal, les pido, sobre todo a ti, Valiusha, que no mueras de dolor”.

Mientras el astronauta le daba la vuelta al globo terrestre, la agencia de noticias soviética TASS, informaba:

“La primera nave-satélite ‘Vostok’ del mundo con un humano a bordo fue puesta en órbita alrededor de la Tierra desde la Unión Soviética. El piloto-cosmonauta de la nave-satélite espacial ‘Vostok’ es un ciudadano de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, Mayor de Aviación, Yuri Alekseyevich Gagarin”.

El cosmonauta orbitó a más de 300 kilómetros de la Tierra durante 108 minutos que le bastaron para darle la vuelta al planeta. Vio, en menos de dos horas de ingravidez, la oscuridad de la noche y la luz solar sobre el globo terrestre. Zonas del planeta que duermen y zonas que despiertan.

“La vista más hermosa fue el horizonte: una banda pintada que separaba la Tierra del cielo negro bajo la luz de los rayos del Sol”, confesó el joven piloto de la Fuerza Aérea de la URSS.

La Vostok 1 fue operada desde Tierra. Gagarin solo podía tomar los controles de la nave en caso de emergencia. Así que durante el viaje solo habló por radio, comió y no dejó de asombrarse con la belleza del planeta en el que había nacido 27 años antes.

Durante el descenso, salió despedido de la cápsula a unos 7 000 metros de altitud y tocó tierra en una zona lejana a la prevista, debido a una alteración de la órbita. Llegó en paracaídas a las cercanías del río Volga, justo en un campo de cultivos. Allí –es fácil suponer– cualquiera que lo viese pudiera pensar que se trataba de un mal chiste. Una campesina y su nieta integraron la fortuita comisión de recibimiento del cosmonauta, lejos de “hurras” y aplausos.

Desde entonces, el hombre de la sonrisa “luminosa”, como lo describió Sergei Korolev, se convirtió en un símbolo de una república que ya no existe y en el primer culpable de que un viaje a las estrellas siga siendo la utopía indeleble de muchos, 60 años después. ¡Poyéjali, Gagarin!

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