La 37 edición del Festival Internacional Jazz Plaza tendrá lugar hasta el próximo domingo, día 23 de enero. Foto: Cubavisión Internacional.


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Karla Castillo - Cubadebate.- Las presentaciones del músico cubano Ignacio Nachito Herrera, residente en Estados Unidos, y del maestro Bobby Carcasés, dejaron oficialmente inaugurada en La Habana, la 37 edición del Festival Internacional Jazz Plaza.

El Teatro Nacional acogió en su sala Avellaneda la gala inaugural de esta edición de la popular fiesta del jazz en Cuba, cuyo escenario fue compartido por los mencionados músicos cubanos y sus invitados.

Arrancó la noche con Nachito Herrera, quien comentó sentirse orgulloso y expresó que era un placer para él encontrarse junto a tanta gente del público, y personalidades a las cuáles admira.

Así, agradeció la presencia del músico a quien considera uno de sus ídolos, y al que llamó cariñosamente "mi tío", el maestro César "Pupy" Pedroso; y de alguien que dijo, defiende lo que él ha defendido toda su vida, que la música es una sola, el maestro Frank Fernández.

Para Herrera, nada era mejor que tocar con los músicos que lo acompañaban y así entrar en calor, ya lejos de Minnesota, el frío estado norteamericano donde reside.

Junto a la orquesta Habana Jazz, interpretó temas como Stella By Startlight, un Poupurrit de Cha Cha Chá, Guaguanco Para Chano y West Side Latin Jazz.

Tras su presentación, el pianista cubano le cedió el escenario a quien consideró la estrella de la noche, el maestro Bobby Carcasés, junto a su show: Del Blues a la Timba- De la Timba al Jazz.

Acompañado de la Big Band Afrojazz, el considerado Showman de Cuba, puso a disposición de la audiencia temas de su autoría, así como estándares del jazz.

Zule Guerra, César López y Orlando Valle (Maraca), fueron de los invitados que compartieron durante el espectáculo con Carcasés, fundador del Festival que convocó a todos en la noche.

La 37 edición del Festival Internacional Jazz Plaza tendrá lugar hasta el próximo domingo, día 23 de enero, cuando igualmente en la sala Avellaneda, ocurrirá la gala de clausura del evento.

(Tomado de la ACN)

 

En el Jazz Plaza: pianos de todos los colores

Giusette León García / CubaSí

Se titula «Confluencia de pianos» y desde el propio cartel promocional salta a primera vista la diversidad. Cuando lees los nombres de los invitados del joven pianista y compositor Rodrigo Ameneiros a esta presentación, descubres que se trata de pianistas diversos, brillantes cada uno en su propio estilo y representantes de diferentes generaciones, como si Rodrigo se hubiera propuesto demostrar que la pianística de esta isla se puede conjugar en todos los tiempos, pero especialmente en presente y futuro.

Desde genios demostradísimos como Frank Fernández y José María Vitier, hasta las jovencitas Adriana y Andrea López Gavilán, excelentes estudiantes de nivel elemental en la escuela capitalina Manuel Saumell, encontramos músicos como Manolito Simonet, Roberto Carcassés, Rolando Luna, Aldo López Gavilán, Tony Rodríguez, Alejandro Falcón, Ernesto Oliva, Andy García y Brayan Álvarez.

El concierto forma parte del programa de actividades de la actual edición del Festival Jazz Plaza y, a propósito, conversamos con su anfitrión.

—¿Cómo surgió la idea de organizar este concierto?

—La idea original fue concebida por mí junto con Víctor Rodríguez (Vitico), que es parte importantísima del comité organizador del Festival y, además, director del Centro de Música Popular, y agradezco muchísimo que haya confiado en mí para un proyecto así. Hace ya más de un año y medio, un día estábamos conversando y le dije: Vitico, ¿dónde me podré presentar este año en el Jazz Plaza? Y me dijo: bueno, estamos haciendo homenajes, dedicando conciertos a ciertas cosas, y los filmamos y queda como un producto para la posteridad. Y le respondí: entonces yo lo que quiero hacer es un homenaje al pianismo. Yo soy pianista y compositor y siempre he sentido la necesidad de agradecer el legado que nos han dejado tantas personas que han dedicado la vida a estar componiendo, estudiando piano y haciendo cosas nuevas que han quedado para la historia de la música cubana. Le hice la propuesta y ahí empezó eso a coger fuerza de una manera que yo no podía ni imaginar. En un principio, yo ni pensaba invitar a los pianistas y hacerlo a dos pianos, pero fue agarrando fuerza; invitados a decir que sí, que les gustaba la idea, y bueno... ha quedado lo que ya se conoce que va a pasar en la Covarrubias.

—¿Quedará registrado?

—Este concierto ya se grabó en enero pasado porque esto era realmente para el Festival anterior, y lo grabamos con algunos de los pianistas que van a estar en esta segunda edición y otros que no pueden estar por diversas razones, porque es difícil que coincidan todas estas estrellas estando en el país, más la situación de la COVID, entonces esta vez no están algunos, pero se sumaron otros que son igual de grandes, y para mí es un honor y un orgullo tenerlos. Siempre tengo que aclarar que estas personas que están en el concierto no son todos los pianistas ni mucho menos, es decir, queda un montón de pianistas espectaculares, compositores en Cuba, a los cuales también estoy homenajeando en este concierto, aunque no estén en el escenario conmigo.

—¿Qué tuvieron en cuenta para seleccionar a los pianistas invitados?

—La verdad, la mayoría de los pianistas invitados son personas que, de uno u otro modo, han influido muchísimo en mi carrera, algunos como amigos, como maestros y otros como referencias que siempre he seguido y yo creo que, de algún modo, todas las personas que están en el concierto tienen alguna relación conmigo de amistad y hacia todos siento, por supuesto, un respeto inmenso. Yo creo que no fue una selección tal cual, sino que mientras iban saliendo los pianistas que querían hacerlo, lo hicimos. Yo hubiese querido invitar a muchos más, porque el pianismo cubano es inmenso, pero tenía que ser un formato de concierto y ya estábamos en el borde del tiempo.

—La diversidad es una característica evidente en la selección, en cuanto a generaciones y también en cuanto a ámbitos de la música en que se mueven los invitados. ¿Por qué? ¿Esa diversidad intenta transmitirnos algún mensaje?

—Sí, es un concierto muy diverso y desde su planificación ya pretendía serlo. Yo soy un pianista en formación que he intentado, en estos años que llevo de carrera, llevar a la par la música llamada de concierto y también el jazz y los géneros populares, autóctonos cubanos, por tanto he querido plasmar eso también en el repertorio y los pianistas, así que lo mismo vas a escuchar una balada  de jazz, que una obra de cámara, que un jazz más contemporáneo, un danzón, un nengón guantanamero, va a haber de todo. Ese es uno de los grandes retos para mí, pero es algo de lo que siempre quise un poco tratar de hacer gala y defender el concepto de que la música no tiene que poner barreras entre estilos, todo puede aportar a la formación de cada pianista, saber un poco de todo, entrar en los diferentes géneros.

—He visto en la promoción que «habrá muchas sorpresas». ¿Alguna que se pueda adelantar?

—Las sorpresas tienen que ver, en parte, con el repertorio, hay piezas que son conocidas, que las van a reconocer y también tiene que ver con los invitados que vienen a tocar con los pianistas que participan, entonces, José María Vitier va a tocar con los músicos con los que toca habitualmente, Abel Acosta y Yaroldy Abreu, que son dos excelentes músicos. En el caso de Rolando Luna va a tocar con Gastón Joya en el bajo, y en el drum, con Oliver Valdés, quien también estará con Tony Rodríguez, va a estar mi grupo invitado también, o sea que va a haber mucha variedad de músicas y de músicos, tratando de dar su visión personal y aportándole un poco de colores a un concierto que va a estar repleto de eso, de una gama amplia de colores, estilos y espero que lo disfruten tanto como espero disfrutarlo yo.

 

Cuba honra a músico virtuoso en su 95 aniversario

La Habana, 19 ene (Prensa Latina) El Museo de la Música de Cuba incluye desde hoy entre las joyas de su colección el vestuario que caracterizó al fallecido Músico Guillermo González (Rubalcaba) en sus giras artísticas por todos los continentes.

“Constituye un honor hacer entrega a esta institución cultural a propósito del aniversario 95 del natalicio de Rubalcaba de la chaqueta predilecta del maestro para sus actuaciones, su corbata estampada en forma de teclado, su sombrero y sus zapatos adornados con la imagen de un pentagrama”, afirmó Felicia Maza, viuda del artista.

Maza explicó que este traspaso es solo una acción simbólica pues el Museo recibirá también instrumentos y otros objetos del pianista, violinista, saxofonista y director de una de las más destacadas charangas en la interpretación de ritmos cubanos como el danzón y el chachachá.

Durante la velada el musicógrafo Rafael Lam, la propia Maza y Yasser Rubalcaba, nieto del homenajeado, resaltaron los aportes del integrante de una dinastía fundada por su padre, Jacobo González Rubalcaba, autor del danzón El cadete constitucional y líder de la orquesta que con su nombre fundó en Pinar del Río en 1918 y la cual condujo hasta 1957.

Subrayaron que con elegancia y respeto por la música, Guillermo transmitió la monarquía artística de los Rubalcaba a sus hijos William (contrabajista) y Jesús (pianista fallecido prematuramente al igual que su hermano mayor) y al mundialmente reconocido tecladista Gonzalo.

Guillermo González Nacido en Pinar del Río el 10 de enero de 1927 y fallecido en La Habana el 7 de septiembre de 2015, desde la primera infancia recibió clases de su padre y posteriormente de su hermana mayor, explicaron.

Capaz de ejecutar con virtuosismo el violín y el saxofón, hizo del piano su instrumento predilecto, en el que resaltaba por sus improvisaciones en las cuales transitaba con naturalidad de los pasajes de la música clásica a los tumbaos del son, el chachachá y particularmente del danzón.

Esta característica le permitió transitar desde la adolescencia por diversos formatos como la orquesta de la principal estación radial del país en la década de 1950, la CMQ, en la cual fue violinista, y las bandas Montecarlo y los Churumbeles como saxofonista.

Ya en la década de 1960 como pianista estuvo en la orquesta acompañante del cabaret Tropicana, la del Instituto Cubano de la Televisión y en diversos centros nocturnos de La Habana al frente de su combo.

A partir de 1964 formó parte de la orquesta de Enrique Jorrín, con la cual actuó en varios países africanos, y en la que hasta que el pianista y musicólogo Odilio Urfé le solicitó asumiera ese instrumento en la Charanga Típica de Conciertos.

En 1973 el Consejo Nacional de Cultura le otorgó la dirección de esa agrupación la cual asumió el nombre de Orquesta Típica Rubalcaba.

Guillermo González estuvo entre los fundadores de Afrocuban All Stars, proyecto del que surgió después Buena Vista Social Club y viajó en la última etapa de su vida por todo el mundo como una de las Estrellas del Bar de Buena Vista.

La gala de homenaje en el Museo de la Música concluyó con la actuación de los pianistas Emilio Morales y Lázaro Valdés, quienes junto a otros virtuosos como el guirista Enrique Lazaga honraron el estilo improvisatorio de Rubalcaba.

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