Rodolfo Romero Reyes, Daniela Ortega Alberto, Celine Cancel Zamalea, Santiago Jerez Mustelier y Yunier Sarmientos Semanat - Revista Muchacha.- El coro es disperso. Tiene su mayor resonancia en las redes sociales. Videos cortos. ¡Corriente! ¡Agua! Consignas y reclamos que ganan en intensidad… Después de publicar una nota inicial -tras conocer y confirmar lo que ocurría en la universidad agramontina- AM dialoga con algunos de los estudiantes camagüeyanos que presenciaron o protagonizaron los hechos.

Un despertar caluroso

A Adys la despertó el calor a las 6:05 a.m. Según le dijeron sus compañeras de cuarto, el fluido eléctrico se había cortado hacía 10 minutos. Similar situación ocurrió en la jornada anterior.

«Transcurrió todo el día sin corriente y, por tanto, sin agua, pues sin turbinas eléctricas el agua no llega ni al tercero ni al cuarto piso. Mi dormitorio está en la cuarta planta. Llevamos meses con esos problemas. Las inquietudes respecto al tema han sido trasladadas a los diferentes niveles de la Universidad, pero nunca se arreglaban del todo. La corriente llegó a las 7:05 p.m., aproximadamente unas 13 horas. Luego, a las 7:30 p.m. volvieron a cortar la electricidad hasta las 9.00 p.m.».

Adys atropella las palabras como quien no quiere obviar un detalle de la secuencia. Y entre oración y oración, insiste: «No fue organizado». «No hubo un cabecilla». «Salimos de los cuartos, cargados de impotencia». «Comenzamos a desahogarnos». «Pedíamos el agua y la corriente».

A las 7:30 p.m. inició todo, según cuenta, en la beca de las hembras. Cuando comenzó a anochecer llegó el agua a la segunda planta. Las muchachas de los dos pisos superiores cargaron los cubos hasta sus cuartos. «En ese momento escuchamos la conga en la beca de los chicos. Todo el mundo se trasladó hasta allí y nos situamos en el Centro de Gestión Cultural de la Universidad. La conga continuaba pidiendo lo mismo, agua y corriente, entre rimas. Cesó en el momento en que regresó el fluido eléctrico y muchos, como es mi caso, fuimos para nuestros cuartos a esperar la llegada del líquido».

Adys no presenció más nada, lo demás, se lo contaron: «Supe que la FEU llegó. Luego me dijeron que la Policía también. Para ese momento ya yo no estaba presente».

De gotas y copas llenas

Leo, Nelson, Mabel y Alejandro coinciden en que el origen de las protestas fueron los excesivos apagones y la consecuente falta de agua que provoca la inactividad de la turbina.

«Durante el fin de semana la habían quitado como 12 horas y media; ayer se extendieron a 13 horas y algo. Luego la pusieron y la quitaron como tres veces hasta que, de forma definitiva, la volvieron a quitar. Ya esa fue la gota que rebasó la copa, que estaba llena de otros problemas que de una forma u otra nos afectaban», explica Alejandro.

Foto: Página de Facebook de la Universidad de Camagüey.

Mabel agrega un dato a la inconformidad reinante: «El hecho de que, a la 7.30 p.m. hubiera corriente en toda la Universidad, excepto en la parte de las residencias, aumentó el enojo de los estudiantes. De forma espontánea las hembras salimos a los balcones a quejarnos».

Según los muchachos entrevistados, a las 9.00 p.m., cuando por fin pusieron la corriente, un grito general de celebración puso fin a la concentración. «Ahí fue cuando aparecieron las autoridades institucionales y los dirigentes de la FEU, a dar explicaciones. En ese momento se escucharon todas las quejas y disconformidades con el agua, la corriente, y también con la comida», enfatiza Mabel.

«Luego llegó el vicerrector, los decanos, los de la FEU, y dijeron unas palabras. Eso fue todo. No la tergiversación que algunas personas han formado de que si gritaron cosas contra el sistema, que si abajo esto o aquello, no, la protesta fue eso, que la gente quería corriente y que, sin corriente, no tenían agua», aclara Nelson.

Foto: Página de Facebook de la Universidad de Camagüey.

Por su parte, Alejandro se cuestiona las palabras de algunos de los que hablaron allí esa noche: «Jamás se han interesado en dar un recorrido por los albergues para ver si, aunque sea las instalaciones sanitarias están en correcto estado. Hay tazas de baño despegadas del suelo y botando agua, lo cual puede causar enfermedades. Esas supuestas asambleas deben hacerse donde todos podamos opinar. Sabemos que muchos de los representantes de la FEU y la UJC no siempre plantean las situaciones problémicas, por lo que yo creo que es mejor tener espacios para el diálogo directo», dice, refiriéndose al intercambio ocurrido al culminar la protesta.

«El pronunciamiento de los directivos fue que estaban ahí para solucionar las necesidades, que se podían resolver las cosas a través del diálogo, y que resolverían todo lo que estuviera a su alcance, porque el tema de la electricidad es nacional y local», expone Leo.

Alejandro agrega: «No fue algo premeditado, fue improvisado. Nunca hubo consignas contrarrevolucionarias, ni contra los dirigentes. Era un grupo de estudiantes becados en la Universidad de Camagüey, de diferentes partes del país, reclamando sus derechos porque es duro estar pasando trabajo lejos de tu casa, estudiando porque quieres un futuro, cargando con una situación económica dura debido a los precios actuales y, para rematar, que tengas que lidiar con problemas intrainstitucionales».

«Esa noche, como solución para la ausencia de agua, estuvo puesta la turbina hasta la una de la mañana, por lo que el asunto se resolvió. Cabe aclarar que la situación del agua es bastante seria, y no precisamente del martes. Específicamente en mi dormitorio, es bastante raro que llegue agua, y tenemos que ir siempre a los pisos de abajo, si es que queremos mantener nuestra higiene. Esta mañana me despertó, a las 7 00 a.m. el sonido del agua. Entonces, ¿se puede o no se puede?», se pregunta Mabel.

El debate continúa

Paula estuvo esa noche en las protestas y nos cuenta sus impresiones acerca de una reunión que tuvo lugar el miércoles en la mañana.

«El Secretario del Comité Provincial del Partido se reunió temprano con Laura Marian [presidenta de la FEU] y con la que atiende, en el PCC, la esfera de Educación, para determinar que se va a trasladar la Universidad para otro circuito eléctrico, para que no haya sobrecarga como la que hubo el martes y nos tuvo más de 15 horas sin corriente».

Laura Marian, presidenta de la FEU de la Universidad de Camagüey. Foto vía Facebook

Además, nos explicó que se van a empezar los conversatorios o rendiciones de cuentas de becados por las noches a partir del martes que viene, porque lunes y domingos los estudiantes viajan.

«Se va a conversar sobre toda la situación alimentaria, energética, respecto al agua y cualquier planteamiento o inquietud que afecte la comunidad universitaria. Estas son cosas que tenían que haberse resuelto desde hace tiempo. Si saben que el circuito está afectado, ¿para qué entonces está en un lugar donde hay sobrecarga?».

Mabel, en cambio, considera que la reunión de hoy fue bastante completa. «Todos entendimos la situación, pero, mi pregunta es: ¿no se pudo dar esa explicación antes? ¿Había que esperar a que la disconformidad de los estudiantes llegara a ese nivel?».

Alejandro, quien también participó en la reunión, coincide en que ahora comprenden mejor la situación que, por falta de información, no conocían. No obstante, confesó no haber quedado del todo conforme: «Esperamos que internamente mejore algo la cosa, porque resulta triste para muchos de los que tenemos grandes sueños y aspiraciones, perder una de las etapas estudiantiles más bonitas por dichos problemas».

De comunicación y diálogo

Al ser contactado telefónicamente por Alma Mater, el vicerrector de la Universidad agramontina, Julio Madera Quintana explicó que «en la tarde del miércoles se logró que se hiciera una reestructuración del circuito que está relacionado con la residencia de la Universidad».

«Acá tenemos cinco bancos de transformadores; hay dos circuitos, y el que recibe energía de esa parte de la ciudad fue el que se afectó por la avería. Ellos [los trabajadores de la Empresa Eléctrica] lograron reestructurar la carga del mismo para que no existieran afectaciones mayores en las residencias estudiantiles, la de hembras y de varones en la sede Ignacio Agramonte.

Julio Madera Quintana, vicerrector primero de la Universidad de Camagüey. Foto vía Facebook

Madera Quintana hizo alusión a la voluntad por parte de la administración para buscar mayores espacios de comunicación, que en este momento los tienen, según asegura. «Esta es una Universidad que se caracteriza porque todo su Consejo de Dirección, sus profesores intercambian con los estudiantes. Vamos por los pasillos, nos hacen las preguntas y cuentan sus inquietudes, tratamos de darle respuestas… También como parte del sistema de trabajo del Rector mantenemos el diálogo por las redes, fundamentalmente en Telegram».

Sobre el desconocimiento de los estudiantes en relación con los circuitos de la Universidad, el directivo explicó que ciertamente puede que no conozcan los detalles técnicos. «En estos momentos una de las ideas que estamos manejando es que como tenemos la carrera de Ingeniería Eléctrica, que ellos [los estudiantes de esa especialidad], contribuyan a la preparación de sus compañeros con un lenguaje más asequible y cercano».

Lecciones

Veinticuatro horas después de lo sucedido una escueta nota en la página de Facebook del Gobierno Provincial de Camagüey, llega tarde a un relato en el que los medios de comunicación adversos al Estado han tergiversado todo lo que han podido. «Debemos dejar claro que todo ha sido muy manipulado, pero en la Universidad de Camagüey no existe un clima de desatención a la comunidad de la residencia estudiantil», explicaba este jueves la presidenta de la FEU, Laura Marian Bacallao.

«Nosotros podemos crecer mucho más en lo que nos queda por hacer, pero ahora mismo sí tenemos espacios habituales de atención al becado. Igual, hay un grupo de planteamientos anteriores a los que se les ha ido dando soluciones. El clima de desatención en la Universidad no impera y no es real», remarca.

Foto: Página de Facebook de la Universidad de Camagüey.

Entre las lecciones que deja el suceso, Laura Marian destaca al diálogo como ejercicio crucial para el acercamiento de la FEU con los estudiantes, con su base. «Tenemos que estar más presentes en los dormitorios. A veces nos conformamos con hacer una reunión con los presidentes de brigada y de las facultades, cuando podemos aprovechar más el espacio de los cuartos, los comedores, las residencias… porque allí es donde se generan los debates más ricos».

«No nos podemos cansar de escuchar a los estudiantes, para aportar soluciones y ayudar a la erradicación de los problemas. La FEU siempre está abierta», subraya la presidenta.

Diálogo con la institución. Mayor y mejor información. Preocupación sobre sus condiciones de vida. Legítimos reclamos que, además de la falta de agua y de la corriente eléctrica, tienen hoy los jóvenes camagüeyanos. Atenderlos, escucharlos y solucionarlos es ahora la prioridad.

*Con la colaboración de Roberto Estevez Chantada