Creart: Ministerio De Cultura De Cuba.- Concierto del trovador en el Teatro Abelardo Estorino. Es el primer concierto de una serie sobre los 50 años del Movimiento de la Nueva Trova cubana.


Ariel Díaz: Como escribió Silvio… he dicho lo mío a tiempo y sonriendo

Entrevista publicada el 8 julio de 2022

Por: Sandra Marta Paul - La Ventana

Con ocho volúmenes en su discografía y una nominación al premio Cubadisco, el trovador cubano Ariel Díaz es, dentro de su generación, uno de los más constantes exponentes de la canción de autor. En solitario o en pequeños formatos, como el proyecto que le acompaña actualmente, Ariel sigue defendiendo una música comprometida con su público y su tiempo. A propósito de su concierto este viernes 8 de julio, a las 5:00 p.m., en la Casa de las Américas, el cantautor accedió a responder algunas preguntas para La Ventana.

Los que hemos seguido tu trabajo durante varios años te hemos visto trovar lo mismo en solitario que con diferentes formatos musicales.  Ahora mismo te presentas con un cuarteto.  

A mí siempre me gustó tocar con alguien. Tuve sobre todo dúos, muy buenos dúos durante más de veinte años. Primero con Amanda Cepero hicimos dos discos, después con Liliana Héctor hicimos dos más. Hice un dúo con José Víctor Gabilondo, pianista que ahora toca en Síntesis. De un tiempo para acá he comenzado a trabajar con varias jóvenes, excelentes músicos todas. Al proyecto le llamé la Banda Pequeña, por aquello de la banda gigante del Benny.

En realidad, es un cuarteto que tiene percusión, bajo, flauta y alguna vez tuvo un violín. La idea no es que sea Ariel Díaz con un grupo que lo acompaña, si no que la gente vea en los conciertos, como ocurre, una familia tocando en el escenario, más allá de que yo sea el compositor y la voz principal. Incluso, cuando montamos los temas y hacemos los arreglos es como un taller donde todo el mundo participa y comparte sus ideas. Es todo muy democrático y eso, por supuesto, se ve en el resultado final. Eso es, fundamentalmente, lo que estoy haciendo.

Además, aproveché aquel largo y amargo 2020 y grabé un disco acústico, algo que me gusta mucho también. Muchos amigos se me acercaron, gente que siempre me había escuchado trabajar acompañado, para decirme que querían escucharme otra vez en solitario, a guitarra, como es el trovador en su génesis. El disco tiene diez temas, algunos de ellos los compuse durante el confinamiento, cuando los músicos pasamos muy malos tiempos porque no teníamos ese contacto con el público, que es tan importante. Luego apareció todo esto de lo virtual. Hice un montón de conciertos online. Fui a festivales en todas partes del mundo desde mi casa. Fue una etapa que, para quien la supo aprovechar, también rindió frutos.

Entonces, se puede decir que el disco está acabadito de sacar del horno.

El disco en realidad está listo, pero no he hecho nada con él, espero una oportunidad con alguna disquera. Tengo pensado salir del país dentro de poco y quiero moverlo en el área internacional. No he sido muy beneficiado por las disqueras oficiales. Los ocho discos que tengo en mi carrera los he grabado en mi casa. Hay uno que obtuvo una nominación al Cubadisco en 2009. Me he apoderado muy bien de eso, de hacer el disco como a mí me gusta, con los tiempos que necesito. Hasta ahora no ha aparecido una buena opción para hacerlo de una forma más oficial, aunque sabes que en los tiempos que corren a veces eso no es tan necesario. Hay otras maneras de distribución. En ocasiones he llevado una laptop a los conciertos para que las personas puedan llevarse el disco en formato digital, porque es absurdo pensarlo como una manera de hacerte rico. Luego me he encontrado con gente que me ha hablado de determinado disco… y así he visto cómo se multiplica mi música por ahí de una forma mágica.

¿En qué formato podremos disfrutar de tu trabajo en lo adelante, con la Banda Pequeña, en solitario o ambas?

En todos los espacios donde nos presentamos siempre tengo un momento en el que toco solo, porque creo que el trovador debe saber defender su canción en solitario. Lo otro es un complemento no una condición. El proyecto lo he diseñado de forma tal que se puede convertir en un dúo, en un trío, porque todas las muchachas cantan. Lo hemos previsto de forma tal que no es necesario que estemos todos en la banda para que podamos expresarnos, tenemos incluso un repertorio concebido para eso.

Por supuesto, hay canciones que hago con la banda, que no son las que hago solo y viceversa. Soy esencialmente un trovador, así que siempre estará esa manera de expresarme, que consiste en estar sobre el escenario con mi guitarra y mis canciones.  De hecho, cuando me hago acompañar por el piano ocurre algo muy simpático y es que a falta de la guitarra no sé qué hacer con las manos. Tiene que ver con el hecho de que todo parte de ahí, del trovador con su guitarra, porque yo no compongo con los músicos, compongo solo.

Este momento en que podemos volver a disfrutar del arte en vivo coincide con una etapa en el país de polarización política y agresividad contra Cuba, ¿qué rol le toca jugar a un cantautor en este contexto?

Creo que más que un rol, a los trovadores les toca ser honestos. Este tipo de música siempre ha estado al lado de las causas de izquierda, de las causas más justas porque la trova no admite, a diferencia de otros géneros, que tú te montes un personaje para subir al escenario que no tenga nada que ver contigo mismo. El trovador es o debe ser, la misma persona en el escenario y en su casa, con sus amigos. Entonces, creo que no estar del lado de la gente en la calle, del pueblo en general, creo que desvirtúa lo que es un trovador. Para un trovador y para cualquier persona estar como en el aire, sin asumir una posición, me parece que no es bueno. Mirar desde las gradas, sin implicarte, para luego opinar, no me parece consecuente, es oportunista. Si lo ponemos en términos deportivos, usted pierde el derecho a decidir si no es parte del juego.

Los que te han seguido en tu vida artística, creo que también han estado muy pendientes de tu vida en las redes ¿Qué saldo te ha dejado en lo personal, lo profesional, atravesar situaciones turbulentas en estos espacios?

Es difícil, es un deporte de riesgo expresar tu opinión en las redes. Pero hay una frase de Silvio que a mí me toca mucho, una frase de una de sus canciones que dice: «Pero he dicho lo mío a tiempo y sonriendo…». Creo que no decir lo que uno piensa y siente, en el momento en que lo piensa y lo siente, es algo que no debería pasar. Lo que no alcanzo a comprender es por qué resulta tan polémico que una persona exprese sencillamente su opinión. Existe todo un andamiaje, un montaje de agresividad en torno a determinadas opiniones que defienden determinadas ideas. Opinar en ese escenario tiene un precio, aun cuando sea una opinión sincera. Esa sinceridad tiene un precio, como lo tiene hacer una canción que no es comercial o como lo tiene decir cosas en tus canciones que pueden molestar a un bando y a otro, como me ha pasado en ocasiones.

Sin embargo, el otro día me pasó una cosa muy linda que me confirmó hasta qué punto tenemos que seguir insistiendo en educar. Yo vivo en un barrio humilde en Puentes Grandes. Hace poco en la televisión canté «La Bayamesa» y «El colibrí». Luego, en el barrio, se me han acercado personas que nunca en la vida habían escuchado «El colibrí» para decirme que les había gustado mucho y que era una canción muy linda. Creo que eso vale más que llenar estadios, que puedas llegar y transformar algo, por pequeño que sea, en una persona. Cuando logras que alguien sea «tocado» por una canción…, mira que ataquen, tengo esas satisfacciones que son mucho más grandes.

¿Qué va a pasar en este concierto en la Casa de las Américas?

Primero, quiero decirte que la Casa de las Américas es el lugar donde yo empecé. Mi primer concierto, cuando tenía apenas 22 años, lo hice aquí, en la salita pequeña, la Manuel Galich. Recuerdo que tuve que programar a muchos invitados porque tenía apenas nueve canciones. Después trabajé en la Casa durante mucho tiempo, en la dirección de Artes Plásticas. Además, he hecho varios conciertos aquí. Participé en ese encuentro memorable, en los 90, que se llamó «Nuevas voces de la Rosa y de la Espina’, del que salió toda una generación de trovadores. De manera que mi relación con la Casa es muy cercana, de toda la vida.

Hace mucho tiempo que no hacía un concierto como este. Voy a hacer un recorrido por todo lo que he hecho en los últimos tiempos. Haré canciones con José Víctor Gabilondo a piano, cantaré canciones solo y también con mi proyecto la Banda Pequeña. Tengo invitados, además, al percusionista Armando Osuna y al joven trovador Richard Fando, cuyo trabajo me ha impactado mucho. Esa es la idea.

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