Lisandra Romeo Matos, Abel Padrón Padilla - Cubadebate.-
Es imposible que la mujer cubana pierda la gracia que la hace sobresalir entre las de otras latitudes. Ella encanta, deslumbra, brilla con luz propia, aunque se le pueda ver con el rostro y el cuerpo cansado, quizás por las carencias que le “impone” la realidad que vive este país cercado y el tener que “inventar”, en varias ocasiones, para llevar el pedazo de pan a la boca de sus hijos.
Sale a “guerrear” el día a día, lo mismo desde una escuela, un hospital, una fábrica, un campo, una pista de entrenamiento, un salón de ballet, una oficina, el Ejército… Ninguna conoce la palabra rendición porque por sus venas corre sangre de las “madres” y heroínas de la Patria.
Merecen contarse las historias de cubanas ilustres y otras que, de manera anónima, han edificado un país a base de puro esfuerzo y constancia. Mujeres que conocen bien lo que significa levantarse aun en los momentos más duros para lograr sus metas. Mujeres que han elegido resistir y ganar.