Marilys Suárez Moreno - Revista Mujeres.- Con 60 años a cuesta, resultan gratificantes los logros de una organización que ha tenido siempre como divisa escudriñar en la realidad cotidiana, en los problemas, no solo de la organización propiamente sino en las insuficiencias y deficiencias que lastran la sociedad mejor en que queremos vivir y que unidos podemos erradicar; de cuánto se ha logrado y también de lo que falta aún por alcanzar, están muy conscientes las federadas.
El apoyo de cada mujer, su comprensión y ayuda resultan vitales en estos tiempos de pandemia, porque para la Federación de Mujeres Cubanas no hay aislamiento, sino mucho que socializar, trabajar y dar, para que las cosas funcionen con la energía y vitalidad con que se ha hecho durante estos siete meses de lucha contra la Covid-19.
Hace pocas semanas, muchas provincias y municipios fueron merecedoras de distinciones en la Emulación por el 60 Aniversario de la FMC .Como Vanguardia Nacional quedo Santiago de Cuba con todos sus municipios destacados y un trabajo de excelencia en todos los objetivos propuestos, aunque todas en general consagraron esfuerzos y motivaciones a los arrestos conjuntos de su organización, la FMC. Porfía difícil pues todas trabajaron ardua e intensamente en momentos muy duros de la pandemia, como lo valoró la secretaria general de la FMC, Teresa Amarelle Boué. .
Muchas historias de dedicación y amor hemos escuchado desde entonces y desde diferentes rostros y universos femeninos. No hace falta nombres cuando entre tantas y tantas mujeres corajudas y talentosas, se conoce de sus anécdotas, vicisitudes y hasta miedos, por qué no, al encontrarse en las llamadas zona roja o bien lejos de la patria, integrando alguna brigada médica por tierras del mundo, alejadas de la familia y los amores dejados atrás..
Muchos nombres de mujeres también se han hecho públicos y concitado la admiración de sus propios compañeros de labor y del pueblo todo por la labor grande desplegada en campos bien complejos de la ciencia, como la incesante lucha las especialistas en virología y microbiología que realizan pruebas de PCR en los laboratorios de biología molecular o, cumplen disímiles tareas en las afamadas instituciones científicas del país, gran parte de ellos, mujeres.
Investigadoras de primera línea que prueban anticuerpos monoclonales y nuevos fármacos que nos hagan más resistentes a la Covid-19 y a otras enfermedades, mientras nuestra vacuna, Soberana 01, la primera de la región, pasa por los protocolos previstos. Reconforta, pues, contar en los centros de investigaciones cubanos con científicas tan consagradas como las que hoy honran la nómina de esas instituciones de investigaciones.
Pero ellas no ponen límites a su quehacer, lo que puede comprobarse in situ en todo el país, donde con compañeros de otras organizaciones, organismos, ministerios y establecimientos despliegan una intensa labor en hospitales, consultorios, centros de aislamiento y en las pesquisas casa por casa, tanto enfermeras, médicas o estudiantes de medicina o estomatología, como en cualquier ayudantía o tomando las providencias previstas.
La necesidad de alcanzar la soberanía alimentaria también ocupa y preocupa a las mujeres que aúnan fuerzas para lograr la ansiada autosostenibilidad De hecho, la producción de alimentos tiene su sello particular en cada federada, protagonizando o secundando tareas agrícolas en los campos cubanos y para lo cual cualquier espacio, patio o parcela de tierra que permita el cultivo de alguna hortaliza o vianda de ciclo corto, sirve. También hacen causa común en el ahorro energético y del agua, desde sus propias casas, conscientes de las necesidades que hoy tiene el país de recuperarse económicamente por sí mismo.
En el contexto epidemiológico que vivimos hoy con los rebrotes de la covid-19, complejizando la vida de provincias como Ciego de Ávila, La Habana, Sancti Spíritus y otros territorios, obligándonos a ser más precavidos y responsables con los nuestros, los demás y con nosotros mismos, la familia y la escuela con el curso apenas reiniciado, cobran relevancia particular a la hora de cortar la trasmisión y evitar nuevos contagios.
Tras siete meses de obligado enclaustramiento, los desvelos del país por el reinicio de las clases han estado entre sus prioridades. De ahí que tanto las madres como los hijos e hijas en edad de estudio, estén más precisadas también a priorizar la responsabilidad propia y la de los niños, niñas y adolescentes para que cada día en el aula del colegio pase por la cordura y la preparación de cada quien para asumir las indicaciones prescritas por el MINED para el resguardo y salud de los colegiales y los docentes.
Imprescindibles en la comunidad, donde delegaciones y bloques se suman a la atención de los ancianos vulnerables, llevándoles medicamentos y comida para que continúen en aislamiento, y a la lucha contra los coleros y las ilegalidades, así como en muchas otras tareas vitales para la continuidad de la vida en tiempos de la Covid-19, sin descuidar ninguno de los detalles que deciden el enfrentamiento a la pandemia y ofreciendo lecciones de amor y solidaridad, como siempre hizo Vilma.
De hecho, las mujeres cubanas no se han aislado de la Federación. Aun entre obstáculos, problemas contrariedades y hasta prejuicios, ellas continúan conquistando nuevos espacios, protagonismo y utilidad, porque la FMC es también el país que somos.