Marilys Suárez Moreno - Revista Mujeres.- Muchos lo consideran un fenómeno poco visible, otros lo juzgan como una tragedia; la mayoría lo ve como una atroz prueba de discriminación y desigualdad contra la mujer. Con frecuencia los delitos quedan impunes y los perpetradores en libertad. Tan antigua como la propia historia de la humanidad, la violencia contra las mujeres y las niñas tiene múltiples caras y se respalda en cifras que llegan a ser inquietantes en el terreno socioeconómico e impactante en términos emocionales

Durante 16 días y hasta el ocho de marzo del 2021, se desarrollará en el país la  campaña nacional por la no violencia de género que impulsa la Federación de Mujeres Cubanas. Juntas, el lema que la preside, involucra en esta lucha a los más diversos actores sociales, organizaciones y entidades comprometidas con visibilizar el fenómeno. La FMC, como mecanismo nacional para el adelanto de las mujeres y el trabajo por la no violencia por motivos de género en todas sus formas, articula la campaña que tiene como asesora a Dalia Acosta y que incluye otras  muchas propuestas y acciones  que se llevan a  cabo en el país con fines similares.

La iniciativa, puesta en marcha el 25 de noviembre último, Día Internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer y el inicio de los tradicionales 16 días de activismo por esa causa, pone en el entramado nacional un tema de alta prioridad para el país. Sí, porque aunque Cuba no está ajena a este tipo de azote  y las estadísticas disponibles no son grandes,  se dan expresiones  de violencia en el ámbito familiar, en la que las niñas, víctimas, por lo general, de agresiones sexuales de allegados o conocidos, no están exentas.

 El fenómeno no es privativo de nuestra sociedad, donde si bien ocurren situaciones demostrativas de las relaciones de subordinación e inferioridad con que todavía algunos hombres valoran a la mujer, se está en mejores condiciones para combatirlo, empezando porque el Gobierno  cubano reconoce, valida y garantiza el pleno ejercicio de los derechos de la mujer y los de sus hijos

La Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW), adoptada en 1979, reconoció la discriminación por razón de sexo como la raíz de la violencia contra las mujeres. Lo cierto es que el enfrentamiento a este asunto de complejas aristas, demanda de mayor impulso y concientización.

Reconocida como problema de salud, en 1992, la violencia de género causa más muertes e incapacidad entre las mujeres que enfermedades como el  cáncer, e incluso las guerras, de ahí que entrara en la clasificación de enfermedades, no porque lo sea, sino porque causa padecimientos y demanda tratamiento físico y mental. Según la ONU, se considera violencia contra las mujeres cualquier acto de este tipo basado en su condición de género, que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o psicológico.

Pero poco se ha avanzado por colocar la igualdad de género en la agenda de las políticas públicas. De ahí que la campaña Juntas que impulsa la FMC aspire a resumir el carácter inclusivo del trabajo por la no violencia en el país, a través de diferentes soportes comunicacionales, entre otras muchas acciones a llevar a cabo.

El asunto demanda de la atención y acción de hombres y mujeres unidos. La campaña de la FMC pretende sensibilizar a la gente sobre la violencia intrafamiliar y otras formas abiertas o enmascaradas de este flagelo del que aun superviven manifestaciones lesivas a la dignidad femenina que precisan de una sensibilización mayor de la sociedad y de la propia familia.

La Campaña Juntas por la no violencia de género que promueve la organización femenina incluye en el identificativo los signos que representan los géneros masculino y femenino y las identidades trans, para diversificar la mirada hacia las  víctimas de este tipo de maltrato, no exclusivo de las mujeres, además de articular otras estrategias de enfrentamiento y proponer una metodología para el diseño de protocolos de prevención y atención institucional de la violencia de genero

 Según Osmayda Hernández Beleño, integrante del Secretariado Nacional de la FMC, Juntas propone una estrategia de capacitación para los operadores y el  personal de servicio de la Línea de ayuda103, los que tendrán las herramientas precisas para brindar apoyo sicológico y emocional a las víctimas y las posibles soluciones. Promoverá, asimismo, mensajes llamando a romper el espiral de la violencia y espacios para el acompañamiento a las víctimas.

Desde la Conferencia de la Mujer celebrada en Beijing ,poco se ha avanzado por colocar la igualdad de género en la agenda de las políticas públicas. La violencia en el seno de la familia, quizás la más común, se refleja en numerosos aspectos de la vida y sus consecuencias van más allá de lo visible. Con demasiada frecuencia los delitos quedan impunes y los perpetradores en libertad. 

La FMC, garante y defensora de los derechos femeninos desde su propia fundación hace 60 años, cuenta con el compromiso político y la voluntad del Gobierno cubano con el tema que nos convoca y que, según la dirigente femenina, mantendrá vínculos especiales con la PNR (Policía Nacional Revolucionaria ) en caso de necesitar de su intervención. En esta labor se cuenta, asimismo, con las Casas de Orientación de la Mujer y la Familia, servicios de orientación sexual y otros a los que las agredidas pueden acudir en busca de ayuda y atención.

Invisible a veces, peligroso por lo justificativo de su uso para resolver problemas, degradantes por cuanto quebrantan la dignidad humana, el flagelo de la violencia de género precisa de una sensibilización mayor de la sociedad en su conjunto  y de la propia familia.