Indira Ramírez Elejalde - Revista Mujeres.- "La escena más sencilla del mundo puede ser un espaldarazo a la equidad, la igualdad y el reconocimiento de las mujeres como sujetos de derechos o por el contrario..., por eso es tan importante que quienes contamos historias para grandes audiencias también tengamos una sólida formación de género". Expresó Lil Romero, guionista del teleplay "La historia media del muon", durante el desarrollo de una entrevista ofrecida a la Revista Mujeres.


El telefilme narra la historia de una muchacha apasionada por las ciencias que decide adentrarse, desde los estudios, en ese micromundo dominado mayormente por hombres. De pronto su vida se ve condicionada por el machismo, los estereotipos y la desigualdad de género, sin permitir ser derrotada en la conquista de sus sueños.

Acerca de motivaciones, retos y sobre Nani, su personaje principal, Romero explica.

-¿Cómo surge la idea del teleplay?

"La vida media del muon” fue un pedido del Grupo de programas infantiles y juveniles de la Televisión Cubana. Los asesores de televisión Katia Buliés y Omar Fontes me pidieron escribir una historia que tocara el tema de mujer y ciencia y yo accedí gustosa.

Me pusieron en contacto con la Dra. en Ciencias Físicas Gretel Quintero para que me asesorara desde el punto de vista científico. Revisé literatura actualizada sobre el tema de mujeres y ciencia, que incluían desde análisis más profundos sobre las causas de las inequidades, hasta testimonios de mujeres que habían sufrido discriminación.

 También consulté con algunas científicas en mi radio de acción que me ofrecieron sus historias.

-¿Buscó asesoría en cuanto al tema de género para la realización del guión?

Para la realización del guion no busqué asesoría de género porque yo ya me había formado en esos temas antes. Estudié mi maestría en sexualidad en el CENESEX y el tema género estuvo muy presente en mi formación. También había participado en talleres de género realizados por el Centro Félix Varela y en encuentro de mujeres propiciados por el grupo GALFISA del Instituto de Filosofía. Es una temática que me resulta muy cercana. He sido participante en laboratorios de creación de mujeres guionistas y mi trabajo lo enfoco con frecuencia a historias femeninas, pues me interesa visibilizar ese universo desde diversas aristas y mostrar no sólo los conflictos, sino también proponer formas novedosas y liberadoras de resolverlos, desde el punto de vista de mujeres activas que no se conforman con ser víctimas del patriarcado, sino que luchan contra él.

-Sobre las principales motivaciones...

Los testimonios de mujeres científicas no solo en Cuba si no en otras partes del mundo fueron mi principal motivación. Fui estudiante de Física de alto rendimiento en la Vocacional Lenin, me gradué de Biología en la Universidad de La Habana, y aunque nunca ejercí pues el arte del guion pudo más, pero me sentí muy cercana al tema, fue como haber sedimentado mucha información.

Todas las vivencias y experiencias anteriores me permitieron contar una historia que me resultó muy cercana, muy natural de escribir por mi propia biografía.

 A la vez, el relato está lleno de conexiones hacia otras inequidades y discriminaciones, que existen en las sociedades actuales, también la cubana, y además abundan guiños sobre temas diversos. Cada persona que ve el telefilme se conecta con el que le parece más cercano o importante.

-La mujer en la ciencia ha sido poco abordado en ese tipo de realización audiovisual, ¿cómo consiguió construir una historia cercana al público?

Toda persona que se dedica a contar historias sabe que en cualquier tema la cercanía a los públicos se logra si mantienes en todo momento la parte humana. Si entiendes que por muy difícil, lejano o complejo que sea el discurso las personas se conectarán, mientras encuentren una conexión con lo que ven y escuchan.

En ese sentido, sabía que solo podía hablar de discriminación de género en las ciencias desde ese lugar. Después fui incorporando los demás ingredientes que una historia debe tener: conflictos, arcos, giros, obstáculos, personajes que tengan el combustible dramático necesario para luchar, que sean complejos, que sean admirables, pero también vulnerables, que sean imperfectos, que sufran y se duelan.

Cuando arropas un tema socialmente importante como la discriminación de género, con una historia atractiva que pueda sostenerlo, es más probable que las personas lo reciban mejor.

Si a eso se le suma todo el trabajo de dirección de la mano de Mariela López Galano y su equipo creativo que incluye actuación, dirección de arte, fotografía, sonido, vestuario y todos los demás elementos que conforman un relato audiovisual, pues a veces sucede la magia de que sea un relato cercano a los públicos, incluso a los que no saben nada de física, ni de género, ni de muones.

¿Cuál es el objetivo principal del telefilme?

Que se extienda la formación de género en nuestras facultades de ciencia e institutos vocacionales de ciencias exactas. Que se hable de género, que se debata, que se visibilicen inequidades, que las mujeres de ciencia, ya sean estudiantes o reconocidas investigadoras, tengan un espacio no solo en donde hablar de aquellos asuntos que les preocupan u ocupan en su condición de mujeres, sino también donde encuentren soluciones creativas y co-creadas a esos asuntos.

Que haya cátedras o espacios de género en nuestras facultades e institutos en donde toda persona que lo desee y/o necesite pueda aprender a ponerse los espejuelos de género en la ciencia, a visibilizar los machismos y estereotipos de género naturalizados en los entornos de ciencia o de formación.

 Lugares donde fomentemos y encontremos participación real, para crear entre tod@s maneras de hacer ciencia más liberadora, más emancipadora y menos patriarcal.

¿Cuáles fueron los principales retos durante la escritura del guion?

Retos tuve muchos, pero me gustaría referirme a tres en particular. Primero, el reto de hacer apetecible para públicos diversos un tema científico, en este caso un tema de las Ciencias Físicas: las partículas elementales. Hubo algún debate entre el grupo de asesores y asesoras de televisión acerca del título del telefilme.

Desde el primer momento sabía que el término “muon” debía aparecer en el título, porque entendía que sería una especie de cebo o gancho para que las personas se conectaran con la historia. Sabía por experiencias anteriores de comunicación de la ciencia en la televisión que el ser humano es curioso por naturaleza, lo único que hay que saber cómo despertar la curiosidad una vez que llegamos a la edad adulta de la vida, pues en la niñez la tenemos garantizada.

Entonces el primer desafío sobre el cual tenía que trabajar era despertar la curiosidad sobre algo de lo que muchas personas ni tan siquiera habían oído hablar, por tanto, tenía que hacerles el llamado desde el título y también tenía que convertir el muon en algo simbólico, que las personas pudieran entender y que sirviera para el significado de la historia.

Alguien me preguntó: ¿Es el muon el patriarcado, que no se puede ver, pero está? Y yo le respondí como la canción de Osvaldo Farrés: Quizás, quizás, quizás.

Quizás es la búsqueda de alternativas emancipadoras en contra del patriarcado, que tampoco las vemos, pero están, y si nos unimos, debatimos, nos formamos, investigamos, podemos descubrirlas.

El segundo desafío fue tocar el tema género de manera fresca, atractiva, sin didactismos, y ese fue uno de los más difíciles. Por haber sido formada en género desde la escuela, desde las aulas, en CENESEX, es complicado reorganizar la teoría académica que has aprendido y ponerla sencilla, de fácil comprensión, de una conexión más humana y esencial y menos teórica. Para eso creo que me sirvió mucho la recopilación de frases de la vida cotidiana que pudieran encerrar dentro de ellas otras lecturas más complejas.

 La madre que dice: “Porque yo lo parí”, es una frase muy común y que encierra mucho y así otras. En la reunión de mujeres puse frases exactamente como me las dijeron algunas testimoniantes, de manera que el tema género estuviera en el discurso de la manera más natural posible.

Y el tercero fue el desafío de no caer en la trampa de victimizar a mi personaje principal. Sabía que quería una Nani que fuera una sujeta activa, creativa, decidida, que recibiera los puñetazos del patriarcado, sí, cayera, sí, pero que se levantara y peleara hasta el infinito.

Me ha pasado a veces que veo historias acerca de mujeres y se han quedado solamente en la victimización pasiva del personaje principal, sin darle la posibilidad  de revelarse ante la dominación patriarcal de alguna manera, y eso no lo quería para la mía.

Tampoco quería final feliz porque sé, he tenido la experiencia, de que no sucede así en la vida real, el patriarcado te da muchos golpes antes de poder tú tirarle el primero, sufres, te duele, tienes pérdidas de todo tipo, tienes que hacer duelos, pero por lo menos en mi caso y en el caso de muchas mujeres que conozco (mi madre, mi madrastra, las mujeres de mi familia, mis amigas, mis compañeras de trabajo) te levantas y sigues porque no eres víctima, eres sobreviviente, eres una mujer sentipensante capaz de identificar las brechas de desigualdad y de trabajar a diario para acortarlas y cerrarlas más temprano que tarde.

-¿Es la primera vez que se acerca a la temática de género?

No, no es primera vez que me acerco a la temática de género, quizás sí es primera vez que lo hago de manera tan directa. Se sabe que el género es una categoría que atraviesa la mayoría de las historias, incluso las que no hablan de él. En cualquier historia está el género presente, esa manera de ser hombres y de ser mujeres y la relación de poder que se da entre ellos.

La forma en que narres tu historia, patriarcal o no, liberadora o no, de justicia o de injusticia, androcéntrica o no, está presente en todos los relatos, incluso en aquellos que no se propongan hablar de género.

La escena más sencilla del mundo puede ser un espaldarazo a la equidad, la igualdad y el reconocimiento de las mujeres como sujetos de derechos o por el contrario, una loa al patriarcado y la fijación de estereotipos, por eso es tan importante que quienes contamos historias para grandes audiencias también tengamos una sólida formación de género. 

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