Por Lázaro Fariñas*/Foto Virgilio Ponce -Martianos-Hermes-Cubainformación.- Hay un dicho popular que retrata la realidad de no muy pocos personajes. Actores, poetas, artistas, deportistas, políticos, escritores,  etc., etc., casi nadie se escapa del mismo. El dicho en cuestión se usa constantemente  y no por su constante uso, deja de tener valor real. El mismo dice así:  Si la envida fuera tiña, cuantos tiñosos hubiera. La envidia es uno de los peores sentimientos de los que padecemos los humanos. Basta con que alguien se destaque en cualquier género  de actividad de la vida para que, inmediatamente, aparezcan los envidiosos.  Los políticos que no llegan al poder, los deportistas que se quedan en la mediocridad, los poetas que no se llegan a inmortalizar, los artistas que se tienen que conformar con papeles secundarios, los escritores que, aunque sean buenos, vean que otros son mejores que ellos.


En el último de los casos mencionados se encuentra el gran escritor y muy mal político el peruano arrepentido Mario Vargas Llosa. Es indiscutible que Vargas Llosa es uno de los mejores novelistas latinoamericanos de los últimos tiempos. Aunque algunas de sus obras son bastante mediocres, en general, sus novelas pertenecen al primer plano de la literatura de este continente. Vargas Llosa que, al igual que García Márquez, pasó del periodismo a la literatura, ha escrito novelas inolvidables y de una muy alta calidad literaria, claro que nunca al nivel de las obras de Gabriel García Márquez. Yo no sé si él personalmente lo reconoce. Lo más probable es que no, pero lo reconozca o no, creo que no se deba sentir muy feliz en los últimos días, después de la muerte del gran escritor colombiano, ya que desde todos los rincones de la tierra han surgido comentarios de escritores, periodistas, comentaristas y críticos literarios lamentándose de la pérdida del mejor escritor latinoamericano de todos los tiempos. Hay que imaginarse cómo podrá sentirse el escritor peruano al ver que lo ponen en un segundo plano, cuando alaban públicamente a alguien al que, sin duda, envidiaba. Tanto lo envidiaba que, incluso, antes de que le otorgaran el premio Nobel de literatura al Gabo, este fue víctima de una traicionera agresión física por parte de Vargas Llosa. Tampoco es nada difícil imaginarse cómo se debe de haber sentido este gran escritor peruano al recibir la noticia, en 1982, de a quien le habían otorgado el tan deseado galardón de las letras.

Vargas Llosa que, en su tiempo fue admirador de la Revolución cubana, al pasar el tiempo se pasó de plano a la fila de los enemigos de Cuba. No hay tribuna en la que hable que no lance los epítetos más venenosos contra el sistema político imperante en Cuba. Después del triunfo de Hugo Chávez  y su revolución bolivariana en Venezuela, el  escritor devenido fracasado político ha ido compartiendo los ataques que antes solo le hacía a Cuba.

Tal parece que a Mario Vargas Llosa no le gusta que la voluntad popular se defina en las urnas. En 1990 fue derrotado  por un casi desconocido Alberto Fujimori y aquella derrota le fue tan amarga que terminó en España en donde adoptó la ciudadanía española. Hasta de ignorantes acusó a los peruanos que votaron en contra de él, preguntándose cómo era que ese pueblo ingrato hubiera escogido un japonés para presidente y no lo hubiera escogido a él.

En aquella ocasión, criticó al pueblo peruano por haber votado como votó, pero resulta que el gran escritor peruano ahora critica abiertamente y en medio de Caracas al pueblo venezolano por haberse equivocado tantas veces en las urnas al elegir, en innumerables ocasiones, a Hugo Chávez como su presidente antes y a Nicolás Maduro en el pasado reciente. Sus palabras textuales fueron  "Los pueblos se equivocan, todos se equivocan. Yo creo que los venezolanos se equivocaron en todas las elecciones en las que le dieron ese apoyo masivo al Comandante Hugo Chávez".  Es decir que, el pueblo venezolano al igual que el peruano y  que todos los pueblos del mundo, si no votan por el que yo creo que deben votar, entonces se equivocan. ¿Es este Vargas Llosa el que tanto habla de democracia?

Tal parece que este personaje peruano español que tan bien escribe, está lleno, no solamente de resentimiento contra los pueblos que eligen a candidatos que no le son de su agrado, sino también de envidia contra el escritor que, según la reciente opinión de los críticos, actualmente es el mejor exponente de la literatura latinoamericana. Entonces, si la envidia, como dice el dicho, crea tiña, habría que preguntarse ¿Qué crea el resentimiento? Hay que observar más detenidamente y de cerca al escritor peruano para saber la respuesta.

*Lázaro Fariñas, periodista cubano residente en EE.UU.

Enviado por el autor a: Martianos-Hermes-Cubainformación

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