Suena peyorativo pero no exagero si afirmo, que por suerte todavía quedan cosas en el mundo que no se pueden resolver a punta de bayonetas.
Pero ahora no quiero referirme al mundial de fútbol, quiero referirme a mis razones por la cual no estoy a favor de los EE.UU. ni en el deporte.
Demás está decir que a nosotros los cubanos nos sobran las razones para no estar, ni en fútbol, a favor del país que en más de 50 años no ha hecho otra cosa que hacernos la vida imposible.
Hace apenas unos días, para citar el ejemplo más actual, el Departamento de Estado decidió multar al banco francés BNP Paribas a pagar una multa de 8.830 millones de dólares por violar supuestamente el bloqueo inhumano que ellos le han impuesto al pueblo de Cuba, como si nosotros los cubanos fuéramos los más criminales del mundo. Un bloqueo que es rechazado por casi la totalidad del mundo y que se ha convertido en la cumbre de la ignominia y la falacia.
El deporte cubano tampoco ha estado exento de las maquinaciones de nuestros enemigos del Norte y aunque no es justo hacer responsable al pueblo norteamericano de los desmanes que comenten sus trogloditas en la Casa Blanca, pienso que cada país se merece al gobierno que eligen y los norteamericanos tienen la “habilidad” de que cada vez que hacen uso del derecho al voto, lo hacen eligiendo a un presidente, que resulta ser después peor que el anterior.
Ya son demasiados los deportistas cubanos que han abandonado a nuestra selecciones nacionales para ir a “probar suerte” en los Estados Unidos gracias a leyes macabras como la Ley de Ajuste Cubano que le permite residencia en los Estados Unidos a cuanto cubano logre pisar territorio norteamericano. Gracias a esta macabra ley han perdido la vida miles de cubanos en el estrecho de la florida, también deportistas. El robo de cerebros y de talentos deportivos es una práctica constante en la política de los Estados Unidos hacia los países más pobres.
El 6 de octubre del 1976 fue volado en pedazos en pleno vuelo, frente a las costas de la isla Barbado un avión de Cubana de Aviación. Este ataque terrorista que costó la vida a 72 personas inocentes es conocido como el peor ataque terrorista de este tipo en el hemisferio occidental. Luis Posada Carriles y Orlando Bosh, engendros de la Agencia Central de Inteligencia CIA fueron los responsables directo de este acto criminal donde perdieron la vida muchos hermanos cubanos entre ellos nuestro equipo de esgrima completo. El terrorista Orlando Bosh por suerte ya se encuentra en el infierno mientras Posada Carriles continua paseándose libremente por las calles de la Florida.
¿Cómo podemos nosotros los cubanos estar de parte del país responsable del asesinato de nuestro equipo de esgrima?
¿Cómo podemos nosotros los cubanos estar a favor del país responsable de que cientos de familias hayan perdido a sus hijos en el estrecho de la Florida?
Pero por desgracia no somos nosotros los cubanos los únicos que estamos sufriendo los efectos y defectos de las políticas descabelladas de los Estados Unidos de América. Desde el 11 de septiembre del 2003 han cambiado muchas cosas en este mundo, para mal de la humanidad y eso debemos agradecérselo a ellos exclusivamente.
En materia de seguridad internacional podemos decir sin temor a equivocarnos, que el mundo hoy en día vive más inseguro que antes del 11 de septiembre del 2003 y que si hoy ni tan siquiera podemos entrar a un avión con un litro de agua en la mano, se lo debemos exclusivamente a esos terroristas inventados por los especialista de Langley con el beneplácito de los guerreros de la Casa Blanca.
Aunque los medios al servicio de occidente actúen como si no lo supieran, es muy importante que se sepa que el “yihadismo”, ese movimiento formado por grupos terroristas como Al-Quaeda, Al-Nusra, Estado Islámico de Iraq y Levante (ISIS, por sus siglas en inglés), fue un engendro de la CIA que formó parte de un tenebroso plan que consistía en armar a los muyahidines hasta los dientes para que lucharan contra los soviéticos en Afganistán.
Podemos decir entonces sin temor a equivocarnos que fueron los Estados Unidos de América los que crearon a esos cuervos que les tumbaron las torres gemelas de New York y ahora les están sacando los ojos en Afganistán, Iraq y Siria. Llama la atención que los medios occidentales no hagan casi alusión a esta macabra realidad.
Los norteamericanos se han convertidos en los ciudadanos más odiados del planeta. En cualquier país del Medio y Lejano Oriente es altamente peligroso pasearse por las calles con pasaporte norteamericano. Si siguen cometiendo desmanes contra la humanidad podemos estar seguros que ese odio aumentará. Por eso no debemos asombrarnos de que en cuatro años, si los Estados Unidos vuelven a clasificar para participar en el mundial de fútbol, sean más los aficionados que estén a favor del equipo contrario.
Resolver este problema esta en las manos de los ciudadanos norteamericanos. A ellos les corresponde elegir entonces a un presidente que valga la pena para que algún día puedan estar verdaderamente orgullosos de su nación y de su presidente. Puede ser que todavía estén a tiempo.
*Justo Cruz, residente cubano en Alemania, Coordinador de Cuba Si.
Enviado por el autor a: Martianos-Hermes-Cubainformación
