La actitud rusa de los últimos años ha sido la de confrontar a Estados Unidos. Evidentemente para recuperar el espacio perdido con el derrumbe del Bloque Soviético. Su estilo desafiante no ayuda a resolver la problemática mundial y tampoco es fundamental para que Rusia prevalezca como país de primer orden.
La prensa estadounidense, los halcones de siempre y en sentido general lo republicanos, aun los más moderados, acusan a Obama de haber debilitado el rol internacional de Estados Unidos como primera potencia.
Ahora, aprovechando el derrumbe del avión, la prensa estadounidense, con total irresponsabilidad, le echa candela al fuego acusando a Rusia del desastre.
La situación es difícil porque no creo que los elementos racionales de Estados Unidos deseen un regreso a la Guerra Fría y estoy seguro que un gobierno republicano también haría lo posible por evitarla. De igual manera, el Estado ruso, con todo su alarde y alguna que otra bravuconada, no la desea y sabe fehacientemente que Europa rechaza de plano esa probabilidad, lo cual ha quedado demostrado por las repuestas europeas ante la crisis de Crimen y Ucrania.
Ningún gobierno estadounidense en las últimas décadas ha confrontado tantas situaciones difíciles, y ninguno ha navegado con la sabiduría del Presidente Obama y su cuerpo de asesores.
La situación de Irak es crítica para Medio Oriente. El mundo en pleno acusa al gobierno de Bush como responsable y aun cuando los republicanos hacen política sucia señalando a Obama como culpable, todos sabemos que si ellos estuviesen en el Poder no se les ocurriría invadir de nuevo. Mucho menos podríamos pensar que los republicanos hagan la campaña para las próximas elecciones proponiendo una nueva ocupación y prometiendo que volverán a estacionar de nuevo a decenas de miles de soldados en una región que sólo sus pobladores serán capaces de controlar, lo cual harán a su modo y con muchas dificultades luego de los desequilibrios que la guerra sucia de Irak ha creado.
Los ataques sobre Gaza coinciden con la crisis rusa y aunque el Presidente Obama también recibe críticas al respecto lo cierto es que ningún gobierno republicano y tampoco los demócratas, se han atrevido a amenazar a Israel con retirarle los tres mil millones anuales de ayuda si no abandonan definitivamente los asentamientos en Gaza y proceden a la demolición de los existentes. Por consiguiente no es justo exigirle a Obama solucionar una problemática que solamente se resuelve confrontando las veleidades sionistas de Israel, a lo cual ningún gobierno estadounidense se ha atrevido hasta hoy.
Las decisiones del gobierno estadounidense, bajo la presidencia de Obama, han sido las únicas probables.
¿Qué habría sucedido si Estados Unidos hubiese volcado una ayuda masiva en armamentos para reforzar a los rebeldes que buscan derribar al gobierno de Assad?
De haber ocurrido, en estos momentos el “estado islámico” hubiese contado con el arsenal necesario y de seguro ya se habría instalado en Irak. Porque los enemigos de Assad son también los enemigos de Washington. Con esta actitud, Obama evitó repetir las condiciones que dieron lugar al nacimiento de un Bin Landen.
En cuanto a Irán, las tensiones han disminuido, gracias a las políticas flexibles aplicadas al caso. Estoy seguro que el mundo en pleno está más de acuerdo con las concesiones hechas a Irán (que han sido pocas) que a un ataque militar directo de Estados Unidos o a través de un aliado impredecible, esquivo y solapado como el sionismo israelí.
El protagonismo de China comenzó con Nixon, creciendo luego a niveles inusitados con las reformas emprendidas por Deng Xiaoping. Ahora, las tensiones entre Rusia y Washington han facilitado un acercamiento ruso – chino, un retorno a su antiguo “affair” con Cuba y una bienvenida presencia en América del Sur.
Lo anterior es consecuencia en gran medida de las políticas republicanas de “libre comercio”, “grades ganancias”, “privilegios corporativos”, “exportaciones de capital” y cosas por el estilo. China ha aprovechado con mucha inteligencia estas debilidades del “capitalismo” y ahora se ha convertido en el principal prestamista de Estados Unidos.
La situación internacional para Washington no ha sido fácil en este siglo y el único que le ha puesto un detente al deterioro causado por las malas administraciones y las equivocaciones estratégicas de los halcones, ha sido la política calibrada de Obama, que si no ha hecho más, es por las limitaciones impuestas por el Poder real.
En cuanto a inmigración seguiremos igual. Nadie ha cerrado a cal y canto las fronteras, ningún gobierno se ha atrevido a ponerle un candado y no será este Presidente quien lo haga. Tampoco podrá cambiar en esencia las leyes que le conceden a los sin papeles que “brincan la cerca”, derechos que ningún país (que yo conozca) les concede.
En fin… las águilas.
Si este Presidente ha sido un mal dirigente y pésimo administrador, no creo que los anteriores nos puedan explicar los motivos.
Así lo veo y así lo digo.
*Lorenzo Gonzalo, periodista cubano residente en EE.UU., Subdirector de Radio Miami.
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