“Más que imponernos al enemigo, importa y alcanza que el enemigo acate nuestra obra” José Martí

Por Octavio Fraga Guerra* - Cinereverso - Cubainformación.- El gobierno de los Estados Unidos está preso en los predios de su propia ignorancia. No logra aquilatar y tomarle el pulso al pueblo cubano. Más de cincuenta y cinco años de permanente hostilidad, de intentar subvertir el orden constitucional socialista de la isla caribeña son la limpia huella de esa cronología histórica, de su fracasado intento. Más de medio siglo pretendiendo imponer en nuestro país un gobierno a su gusto y conveniencia es la nota discordante de esta verdad. Esta obcecada pretensión revela una emborrachada postura, ajena a toda actitud política, que ha de partir del respeto a la soberanía de la nación cubana.


A manera de humor, no es vano recordar las sonadas notas de prensa del anterior mandatario de la Casa Blanca George W. Bush, harto conocido por sus “pasiones” por el alcohol. Este criminal que debería de ser juzgado por sus actos, desató una guerra fratricida contra el pueblo iraquí.

En aras de la verdad histórica, se impone recordar que este neoconservador estuvo secundado en esta genocida cruzada por dos exmandatarios europeos, Tony Blair de Inglaterra y José María Aznar de España. Estos delincuentes son cómplices y responsables políticos de un crimen de lesa humanidad, en el que han muerto más de un millón de personas.

Hoy tan solo queda una nación desbastada y sumida en nuevos conflictos bélicos. Un país que atesoraba importantes valores culturales e históricos que son patrimonio de la humanidad y que hoy yacen como escombros o han sido robados por los “conquistadores” de esta era guerrerista.

Tampoco podemos olvidar las torturas organizadas y ejecutadas por la CIA, contra supuestos terroristas de Al Qaeda materializadas en la Base Naval de Guantánamo y en la cárceles de Abu Ghraib. Este horror, contó con el apoyo logístico de no pocos gobiernos de la Unión Europea, cuyos hechos y sus responsables tampoco han sido juzgados. El antecesor del “Premio Nobel de la Paz” Barack Obama, no ceso en su intento por destruir a la Revolución cubana.

La incultura es parte de los tragos amargos que siguen lastrando a los personeros la Casa Blanca y a los tecnócratas que le secundan. Esta es una constate en diez administraciones presidenciales, desde glorioso triunfo de la Revolución cubana. En la Oficina de Intereses de los Estados en La Habana no faltan especímenes de esta camada, que ni con logaritmos logran descifrar la fortaleza de la Revolución. Y es que, ni con los más sofisticados equipos de espionaje y subversión podrán mellar la solidez de un proyecto social, político y cultural único en este planeta. Una Madre Tierra que anda herida de dolor por tantas bombas, misiles y coartadas para llevarnos al lunetario de una guerra mayor.

Los cubanoamericanos radicados en el Estado de La Florida, herederos y nostálgicos del dictador Fulgencio Batista que asesino a más de veinte mil compatriotas, han perdido poder y protagonismo en Miami. Conviven con una emigración cubana que no comulga con el historial de prácticas que atentan contra la integridad del pueblo cubano, su Patria. Estos degenerados han sido autores y ejecutores de actos terroristas producidos en una isla hermosa. Más de dos mil compatriotas han muerto y otros tres mil sufren de secuelas para toda su vida por actos execrables de este calibre.

El gobierno de los EE.UU. financia, apoya e instruye a la mal llamada “disidencia” cubana que desconocen los designios socialistas de la nación cubana. Una voluntad legitimada por el pueblo cubano en su Constitución. Pretenden subvertir y cambiar la ruta política de la Revolución, haciendo el trabajo mercenario y lacayo a sus patrocinadores. Están en franca derrota, su prestigio pasa por las corrientes de aguas fecales que apunta siempre hacia ese norte que lo amamanta.

El gran hijo de Cuba José Martí (La Habana, 28 de enero de 1853 – Dos Ríos, 19 de mayo de 1895), en su capital obra alertó sobre los peligros de un imperio que hoy pretende socavar la unidad de todos los pueblos de Nuestra América. La isla caribeña no ha dejado de ser el centro de su mirilla. Con ella estamos, unidos para hacer verdad el sueño de Simón Bolívar, el de una Patria Grande.

La CIA, la USAID y todas las redes de espionaje que apuntan contra Cuba no han podido detener el empuje de una nación humanista que no deja de bailar, de reírse, de soñar, de ser feliz y hacer solidaridad “por los pobres de esta tierra”. A pesar de la permanencia de un Bloqueo que lacera y ralentiza el desarrollo de la economía y la sociedad cubana nuestro país vibra. La estrella solitaria de nuestra bandera nos da la luz para seguir batallando por lo que creemos un principio innegociable. Fue nuestro maestro José Martí quién nos dejó ese legado. “Patria es humanidad”.

Mucho se ha escrito sobre la ignorancia del pueblo norteamericano. Materiales debidamente documentados y acreditados dibujan la fisonomía de un escenario heterogéneo, cuyo entramado social, forma parte de la estrategia sinuosa de los poderes reales de sucesivos gobiernos del país norteño.

Tras bambalinas, estos son movidos por el Complejo Militar Industrial, los grandes bancos y entidades financieras o las multinacionales o consorcios. Todas ellas diseñan y trazan el real escenario de la sociedad norteamericana. Concentran cada vez más poder y mueven sus lobbies de influencias para construir políticas y estrategias a favor de sus intereses, las de unos pocos.

Sin dudas el pueblo norteamericano cuenta con hombres y mujeres ilustres. Dignos de ser respetados por la humanidad a pesar del empeño de los grandes medios de quererlos ubicar en el ostracismos, cuando se trata de aplacar la oportuna denuncia, la sustantiva palabra. Encaran con aplomo y grandeza el precio de ser voces firmes contra la injusticia de su gobierno. Susan Sarandon, Danny Glover, Oliver Stone, Noam Chosmky, Ángela Davis, Alice Walker son algunos de los artistas e intelectuales norteamericanos coherentes y valientes que engrandecen esa nación. Sus voces se arriesgan en tiempos donde el terror invade –incluso-, en los hogares, donde nos cuelan los más sofisticados “sortilegios” del espionaje.

El inaceptable y nocivo juego de esa geopolítica es nítido y mordazmente peligroso. Me refiero al control de los recursos materiales objetivamente agotables de este planeta, al que debemos cuidar y proteger de acciones cada vez más desbastadoras.

En un ensayo publicado por la editorial Anagrama titulado: El planeta americano (1), su autor Vicente Verdú, -nada sospechoso de ser marxista- sobre este vertebrado tema nos describe a esta “América profunda”. Lo hace con un texto de estilo marcadamente literario. “En las clases de high school, a la altura del último curso, no es insólito que algunos estudiantes confundan ante un mapa en blanco la ubicación de Australia con Rusia, localicen el mar Mediterráneo en aguas del Índico, ignoran si Europa se prolonga más abajo del estrecho de Gibraltar y conciban a España como un estado alrededor de Guatemala. No debe tomarse a mal: a veces también titubean sobre el emplazamiento de Estados Unidos”.

Esta realidad sociológica y cultural no se puede desconocer. La nación militar más poderosa del mundo está “liderada” por ignorantes orgánicos. Por graduados de las más “prestigiosas” universidades, que -de cara al mundo-, las promueven como las cunas de los “tanques pensantes” de este mundo globalizado.

El autor de este ensayo, en su libro aporta otros datos y valoraciones –no todas compartidas por mí- pero en algunas de sus partes, dibuja el mapa de una nación “edificada” a golpe de guerras y apropiaciones expansionistas, que tienen su expresión simbólica en la bandera “de las muchas estrellas”.

Vicente Verdú apunta sobre este asunto: “Un 20% de los norteamericanos ignoran cuantas estrellas componen la bandera nacional, pero esto, como la geografía, tampoco es importante a efectos de los sagrado. Los presidentes o los candidatos a cualquier puesto de representación repiten los colores nacionales en sus corbatas y en sus insignias. Hay pantalones, blusas, calzoncillos, microondas, pasteles, condones, cualquier cosa con los colores de América. Hasta un 59% de los hogares cuentan con una bandera para hacerla ondear en sus fachadas, y dos terceras partes de la población se declaran no solo patriotas sino “muy patriotas”.

La cultura norteamericana está expandida e impregnada en buena parte del planeta. Entendamos el término no solo con el arte y la literatura, sino como un todo de influencias que se propaga anulando o subvalorando las otras culturas, las nuestras.

Europa no escapa de esa urgente verdad. El ensayo ya citado desarrolla esta idea con estas agudas palabras. “Europa opone de vez en cuando pequeñas resistencias a la marea americana, pero no se trata de barreras que todos sus países compartan ni parece otra cosa que lamentos en vísperas de una rendición final. Desde la creciente pérdida del Estado de bienestar hasta las políticas de empleo, desde el sentido competitivo hasta el sentido de la familia, el continente europeo parece constituir su futuro más como un reflejo de los Estados Unidos”.

Al autor no le tiembla el pulso a la hora de cartografiar algo tan esencial como lo es la cultura poniendo la mirada en el “viejo continente”. Con palabras lapidarias y certeras, perfila con su escritura una preocupante y asentada realidad. “El mercado cultural europeo es ya un mercado de negocios a la americana; las industrias editoriales y cinematográficas, las emisoras de radio y televisión, asumen los prototipos de espacios americanos, y los jóvenes trabajan o se divierten con patrones transportados desde allá”.

Este mismo escenario de influencias no es diferente en buena parte de América Latina. Es innegable que los países miembros del ALBA han hecho una grandiosa labor para reducir la lacra del analfabetismo que ha caracterizado a la región, resultado de las políticas –o no políticas- de anteriores gobiernos que han ignorado este tema. Más que un dato, es un derecho innegociable cuya responsabilidad ha de ser siempre de los gobernantes mandatados por sus pueblos.

En una nota del año 2012 del diario digital Cubadebate, el titular es clarificador y contundente. “Países de la ALBA han reducido en 98 % el analfabetismo” (2). Pero este innegable logro no es suficiente para superar y contrarrestar las nocivas influencias de la cultura norteamericana. Se impone fortalecer las nuestras para legitimar lo nacional sobre lo universal.

No se trata de negar lo extranjero, de bloquear lo que venga de otras partes del mundo. La propia identidad y cultura cubana se ha edificado con “apropiaciones” de otras culturas de múltiples raíces, principalmente de España y del gigante africano. Se trata de jerarquizar las nuestras, con acento mayor en nuestras vanguardias intelectuales y nuestros valores, que son parte consustancial de la nación. Significa armonizar lo que nos distingue y caracteriza, con los aciertos y virtudes de los que nos son ajenos.

Este logro de América Latina que se ha de cerrar con el 100% de los países libres de analfabetismo, no significa que estemos protegidos de los peligros intervencionista venidos de los Estados Unidos.

La cultura vista como una gran extensión de perniciosas influencias se impregna en todos los ámbitos sociales. El llamado “ocio” que sirve para colar -en sus cuatro palabras- trazos ajenos a la sana instrucción y los más universales valores. La moda como escenario de influjos y conductas que en no pocas ocasiones desata comportamientos, en los que la salud y la sicología deben de intervenir para sanar lo que esta desvirtúa. O la historia a la que debemos de ver y entender con “nuestra pupila en el tiempo arado”. Todas ellas son rutas propicias para desmembrar a nuestras sociedades.

No podemos ignorar a los medios de comunicación reaccionarios o los “mass media” -como se estila nombrar en los espacio académicos y periodísticos-, quienes han tomado el rol de ser hacedores de políticas a favor de los intereses de sus patrocinadores. Ellos marcan los contenidos editoriales de sus moldeables y extendidas estructuras de influencias en nuestra región y en buena parte del mundo.

Vale la pena citar -para aportar horizontes sobre este asunto-, un texto que contribuye a clarificar con acierto la evolución y la historia de estos inaplazables temas en Nuestra América. La Gran Estrategia Estados Unidos VS América Latina (3), de Abel Enrique González.

Sobre este libro se ha comentado: “… es un texto que brinda una visión integral del origen y evolución de la nación norteamericana. Escrito en un lenguaje sencillo y ameno, se encuentra organizado en diferentes apartados que ayudan al lector a comprender la actitud hegemónica que hoy despliega Estados Unidos sobre el resto de los países del mundo, especialmente sobre los pueblos latinoamericanos (4).

América Latina sigue siendo una vasta geografía marcada por profundas carencias económicas, sociales y culturales. Una región que fue históricamente el traspatio de los “lideres” de la Casa Blanca y sus políticas de contracción, generando una clara dependencia con su vecino del norte. Esa misma cruzada ideológica, cultural y sociológica que el autor de El planeta americano describe sobre Europa, subsiste en buena parte de nuestros pueblos y eso no se puede ignorar.

Esa fragilidad es un “buen escenario” para encontrar personas ignorantes y cautivas que se prestan al juego intervencionista de las agencias y estructuras de inteligencia del gobierno de los Estados Unidos contra Cuba.

Se impone decir con absoluta claridad, que el desconocimiento de un tema ante un comportamiento o actitud enjuiciable, no exonera a los autores o ejecutores de estos hechos, de responsabilidad moral, ética y jurídica de cara a la legalidad internacional.

En un artículo titulado: Obama promete mejores relaciones, pero envía a la USAID para un “cambio de régimen (5), se articulan las esencias de otra intentona intervencionista. El texto aporta las claves de esta nueva estratagema desestabilizadora.

Antes de entrar en las esencias de esta nueva escalada, es lícito comentar y subrayar dos conectados antecedentes cuyos hechos forman parte de un “paquete” de acciones subversivas enfilados hacia Cuba.

El primer capítulo es Alan Gross, un “subcontratista” de la USAID. Pero, ¿Quién este “caballero”? La respuesta no las da con atinada claridad el académico francés Salim Lamrani.

“Alan Gross es un ciudadano estadounidense de Potomac, Maryland, de confesión judía, de 61 años, que trabaja para el gobierno de Estados Unidos. Es un empleado de la Development Alternative, Inc (DAI), subcontratista de la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID), la cual a su vez depende del Departamento de Estado. En diciembre de 2009, cuando Gross estaba a punto de salir de Cuba con una simple visa turística –en lo que constituía entonces su quinto viaje del año– los servicios de seguridad lo detuvieron en el aeropuerto internacional de La Habana. Una investigación había permitido establecer vínculos estrechos entre él y la oposición interna al gobierno cubano, a la cual distribuía computadoras portátiles y teléfonos satelitales, en el marco de un programa del Departamento de Estado de “promoción de la democracia en Cuba”.

Experto en tecnología de comunicación de larga distancia, Gross dispone de una gran experiencia en este campo. Ha trabajado en más de cincuenta naciones y ha elaborado sistemas satelitales de comunicación durante las intervenciones militares estadounidenses en Irak y Afganistán para eludir los canales controlados por las autoridades locales.

La posesión de un teléfono satelital está rigurosamente prohibida en Cuba por razones de seguridad nacional. En efecto, además de evadir todo control de las autoridades locales, este aparato electrónico, cuyo precio oscila entre 1.500 € y 5.000 € por unidad, permite también transmitir datos para coordinar un ataque aéreo, en un país víctima de numerosos atentados terroristas –cerca de 6.000 en total, los más recientes en 1997– y bombardeos aéreos desde 1959. Por otra parte, el sector de las telecomunicaciones es un monopolio del Estado en Cuba y está prohibida cualquier competencia” (6).

El departamento Estado de la nación norteña “exigió” al gobierno Cuba la liberación del detenido. Debo apuntar, que el gobierno de los Estados Unidos no aprende que con exigencias, presiones y bloqueos con Cuba no se logra nada.

En una nota de prensa escrita por la Secretaria de Estado, concebida para tontos esgrimieron que: “Gross trabaja para el desarrollo internacional y viajó a Cuba para ayudar a los miembros de la comunidad judía de La Habana a conectarse con otras comunidades judías del mundo”.

El argumento de Washington se desmoronó tras la respuesta dada por la comunidad judía “beneficiaria de los servicios” del “subcontratista” de la USAID.

Adela Dworin, presidenta del Templo Beth Shalom, rechazó las afirmaciones de Washington: “Es lamentable […].Lo más triste es que se haya querido involucrar a la comunidad judía en Cuba, que es totalmente ajena”. Por su parte Mayra Levy, portavoz del Centro Hebraico Sefardí, aseguró que ignoraba quién era Gross y que éste jamás se había presentado a su institución. La Agencia estadounidense Associated Press señala por su parte que los “líderes de la comunidad judía de Cuba negaron que el contratista estadounidense Alan Gross […] hubiera colaborado con ellos”. Del mismo modo, la Agencia Telegráfica Judía precisa que “los principales grupos judíos de Cuba han desmentido cualquier contacto con Alan Gross y cualquier conocimiento de su programa” (7).

El Consejo de Iglesias de Cuba también se pronunció sobre estos hechos. “El reverendo Odén Marichal, secretario del Consejo de Iglesias de Cuba (CIC), que agrupa las instituciones religiosas cristianas así como a la comunidad judía de Cuba, ha ratificado esta posición durante una reunión con Peter Brennan, coordinador de los Asuntos Cubanos en el Departamento de Estado. Con ocasión de la Asamblea general de las Iglesias de Cristo de Estados Unidos en Washington, en noviembre de 2010, el líder religioso refutó las alegaciones de Gross. “Lo que sí dejamos bien claro es que la comunidad hebrea de Cuba, que es miembro del Consejo de Iglesias de Cuba, nos dijeron: ‘Nosotros jamás tuvimos relación con ese señor, jamás nos trajo equipo de ninguna clase. Negaron cualquier relación con Alan Gross” (8).

La comunidad judía cubana dispone de todas las facilidades tecnológicas necesarias para comunicarse con el resto del mundo –así los precisa Salin Lamrani en este artículo-, gracias a la ayuda que proporcionan otras entidades judías internacionales tales como el Benai Brith and the Cuban Jewish Relief Project, el Canadian Jewish Congress (CJC), la World ORT, el Joint Distribution Committee (JDC) o el United Jewish Committee (UJC), con el acuerdo de las autoridades cubanas.

Las acciones preparatorias desarrolladas por Alan Gross en territorio cubano, violan la soberanía y la integridad de la nación. Debería saber el Sr. Gross y todo aquel que pretenda subvertir la constitucionalidad y el orden jurídico de Cuba, que se enfrenta al sistema penal que ampara y protege la tranquilidad del pueblo cubano.

El Artículo 11 de la Ley 88 de la República de Cuba es muy claro ante este capítulo de subversión: “El que, para la realización de los hechos previstos en esta Ley, directamente o mediante tercero, reciba, distribuya o participe en la distribución de medios financieros, materiales o de otra índole, procedentes del Gobierno de Estados Unidos de América, sus agencias, dependencias, representantes, funcionarios o de entidades privadas, incurre en sanción de privación de libertad de tres a ocho años” (9).

No es ocioso citar que las propias leyes norteamericanas, prevén sanciones sobre actos similares. La Ley de Registro de Agentes Extranjeros (Foreign Agents Registration Act) sanciona a todo agente no registrado por las autoridades que “en Estados Unidos solicita, recolecta, proporciona o gasta contribuciones, préstamos, dinero, u otro objeto de valor en su propio interés”, con una pena de cinco años de prisión y una multa de 10.000 dólares” (10).

Para cerrar este primer capítulo del “subcontratista”, subrayo una nota de este “ingenuo caballero”, tomado del blog de Tracey Eaton, publicado por el bloguero cubano Iroel Sánchez con el titular: Los archivos secretos Alan Gross.

A la vez, Gross encabezaba una pequeña compañía llamada JBDC. Él se preocupó por los esfuerzos de contraespionaje del gobierno cubano y estuvo sobre todo preocupado por el destino de sus contactos en la comunidad judía de Cuba.

La nota 2008 subraya la necesidad de mantener el secreto:

“Toda la información en esta página es considerada altamente confidencial y no debe ser divulgada o reproducida para su distribución sin la autorización expresa por escrito de JBDC, LLC. El incumplimiento de esto podría causar un daño irreparable a ciertas partes de la isla” (11).

 Otro capítulo de subversión contra Cuba, fue hecho público por la agencia AP. Bajo el nombre de Zunzuneo se escondía otra trama venida también de la USAID.

“La idea de esta red social –según apunta la propia AP-, era crear una base de suscriptores a través de mensajes inocuos y cuando ya tuviera una buena cantidad de usuarios, incluir mensajes con contenido político que los empujara a la disidencia con el fin de “renegociar el equilibrio de poder entre el estado y la sociedad”.

El New York Times –sobre este asunto- aportó datos sustanciales de lo que constituye una flagrante violación de los tratados internacionales en materia de comunicación. “La Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) ha “otorgado una subvención de tres años a la New America Foundation para hacer esta plataforma disponible en Cuba”, dijo Matt Herrick, un portavoz de la agencia. Aseguró que la USAID dispuso de 4,3 millones para crear este tipo de redes en Cuba. El software, denominado “Commotion”, es un importante rediseño de sistemas de conexión inalámbrica que se han ejecutado durante años por expertos de toda Europa, asegura el diario” (12).

“El gobierno de Estados Unidos desembolsó a través de la Oficina de Transmisiones a Cuba casi 700 mil dólares en los últimos seis años para pagar a colaboradores extranjeros que sigan el guión de la propaganda anticubana. La Oficina de Transmisiones a Cuba y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional son cuestionadas por patrocinar la creación de redes sociales de acceso a internet en Cuba con fines subversivos, como ZunZuneo y Piramideo” (13).

Esta noticia, aparecida en los medios occidentales con una calculada austeridad bajo barnices claramente manipuladores, -entrecomillados incluidos-, tuvo respuesta del Consejo de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) ante la denuncia del gobierno cubano.

En una sesión de esta organización internacional, la Representante Permanente de Cuba ante esta Organización, Embajadora Anayansi Rodríguez Camejo, expuso los propósitos de esta red, que era, “incrementar el número de usuarios para luego introducir contenidos políticos que inspiraran a dichos usuarios a lanzar convocatorias de concentraciones masivas y fomentar con ello la subversión interna, la desestabilización y el estallido de una crisis política en Cuba” (14).

El más reciente capítulo contra la Revolución cubana denunciado también por la Agencia AP, se pinta con otras vestiduras.

El extracto de esta nueva patraña se resume en una nota que está presidida por un titular esclarecedor publicado por Cubainformacion.tv. Obama promete mejores relaciones, pero envía a la USAID para un “cambio de régimen.

El texto evoluciona en estos términos. “Jóvenes latinoamericanos pobres fueron contratados por muy poco dinero para ir a Cuba de modo encubierto y detectar “activistas” cubanos que podrían ser reclutados con objetivos políticos. Esto no sólo pone en peligro a los improvisados agentes latinoamericanos y a quienes ellos reclutaron, sino también hicieron un uso abusivo de los servicios de salud y de otras necesidades legítimas que utilizaron como cobertura” (15).

La publicación Cubadebate aporta nuevas evidencia de este otro plan desestabilizador, cuya fuente consultada fue la agencia AP. El diario digital cubano lo explica con estos sustantivos argumentos y hechos contratados.

“Utilizando como cobertura la supuesta ayuda a programas de salud, en realidad viajaron a la Isla para propiciar un cambio político, en “una operación clandestina que puso a los extranjeros en peligro”, asegura AP.

Iniciado a principios de octubre de 2009, el proyecto a cargo de la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional (USAID) envió a Cuba a jóvenes de Venezuela, Costa Rica y Perú “con la esperanza de incentivar una rebelión”.

Los viajeros trabajaron de manera encubierta, a menudo haciéndose pasar por turistas, y viajaron alrededor de la isla intentando identificar a personas que podrían convertirse en activistas políticos, añade la agencia.

En un caso, los agentes organizaron un taller de prevención del VIH que, de acuerdo con los memos a los que accedió AP, eran “la excusa perfecta” para los objetivos políticos del programa -una táctica que podría socavar los esfuerzos de Estados Unidos para mejorar la salud a nivel mundial, asegura la agencia.

Pero sus esfuerzos estaban plagados de incompetencia y de riesgo, de acuerdo con la investigación de The Associated Press. Estos agentes recibieron un seminario de 30 minutos para “evadir la inteligencia cubana” y no parecía haber ninguna red de seguridad para estos agentes sin experiencia en caso de que fueran capturados, dice la agencia” (16).

La Agencia AP -tras su investigación- puntualiza que fueron utilizados para estos actos ilegales, casi una docena de latinoamericanos utilizados en este programa contra Cuba, por un salario de 5.41 dólares la hora.

Ambos programa, el de “agentes viajeros” como el ZunZuneo, forman parte de un esfuerzo de varios millones de dólares de la USAID para efectuar el cambio en países políticamente incómodos para Washington, y los datos del gobierno así lo demuestran. Así lo puntualiza AP en una extensa información disponible en las notas de este artículo.

Otro dato relevante que aporta Cubadebate es que: “Para evadir a las autoridades cubanas, los viajeros instalaban contenidos de aspecto inocente en sus computadoras portátiles para ocultar la información sensible que llevaban. También utilizaron memorias flash cifradas para ocultar sus archivos y enviar mensajes de correo electrónico cifrados, un sistema que podría haber despertado sospechas”.

En este nuevo accionar contra el pueblo cubano “sale a la luz” el costarricense Fernando Murillo. Este fue el jefe de una organización de derechos humanos en Costa Rica llamada Fundación Operación Gaya Internacional. Estuvo contratado por Creative Associates con la misión de convertir a jóvenes cubanos en actores políticos contra el gobierno de la Revolución cubana.

“Se dirigió a Santa Clara –continua la nota ya citada-, una ciudad ubicada a tres horas de La Habana, donde Murillo se conectó con un grupo cultural que se hacía llamar “Revolución”, una modesta agrupación de artistas que se dedicaban a la música electrónica y la producción de vídeo.

La idea era llevar a cabo una serie de seminarios para reclutar a nuevos “voluntarios”, Murillo necesitaba una temática que fuera atractiva tanto a potenciales miembros y que fuera aprobada por el estado cubano.

Eso era, un taller de prevención del VIH podría servir.

Meses más tarde, en noviembre de 2010, el taller atrajo a 60 jóvenes. El agente Pozo también participó -lo que prueba, dijo Murillo entonces, que la fachada del taller estaba funcionando”.

Estos mismos planes de clara subversión organizados por Murillo, lo hacían en paralelo jóvenes “viajeros” venezolanos y peruanos, cuyos escenarios de sus operaciones fueron las universidades de Cuba. Su misión, -según documentos y entrevistas-, era reclutar a estudiantes con el objetivo a largo plazo de que se volvieran en contra de su gobierno.

Esta escalada tiene también su protagonista. Ramón Silverio, director del proyecto cultural El Mejunje, no los cuenta. Su testimonio sirve para entender la fortaleza cultural y política del pueblo cubano.

El texto escrito por Ángel Freddy Pérez Cabrera, lo ejemplifica con estas coloquiales palabras. “Por muchísimas razones, la mayoría de quienes allí asisten quieren conocer e intercambiar con el creador de la maravillosa idea, unos para felicitarlo y otros con el objetivo de indagar acerca de las características del propósito cultural. En esos contactos, Silverio ha debido aprender a distinguir entre los que van allí para recrearse o pasar un buen rato, y aquellos que vienen imbuidos de malsanos propósitos, como ocurrió con el costarricense Fernando Murillo, quien trató de valerse del director de El Mejunje y los muchachos que integraban el proyecto de música alternativa Revolución, para dañar nuestro sistema social”.

El testimonio de Ramón Silverio sigue con estos parlamentos: “Hay un viejo refrán que dice que más sabe el diablo por viejo que por diablo, recuerda Silverio, quien rememora con extrema nitidez las numerosas propuestas y ofrecimientos que realizó Fernando Murillo a los integrantes del proyecto, aprovechando para ello las carencias que presentaba el grupo en materia de computadoras, cámara de video y otros equipos necesarios para el buen funcionamiento de la agrupación. Aquello me daba mala espina, dice el Premio Nacional de Cultura Comunitaria, quien al ver tantas promesas y tan pocos aportes, comprendió que estaba en presencia de un farsante, ante cuya sospecha convocó a los integrantes del elenco, entre ellos Carlos Fernández y Manuel Barbosa, alertándolos para que se separaran de aquella gente extraña. Y así lo hicieron, refiere Ramón”.

En el texto citado titulado: La USAID en el Mejunje (17), las frustraciones de este farsante quedan en evidencia. Se había creído que sus perversos planes estaban por buenas rutas. “Ramón añade que, antes de marcharse de Cuba, Fer­nando Murillo fue personalmente a su casa para quejarse del comportamiento de los muchachos, a quienes consideraba unos “malagradecidos” por no confiar en quien tanto los había ayudado”.

Cabe recordar que Cuba ha sufrido de una abominable accionar terrorista en tierra patria, cuyos ejecutores fueron ciudadanos centroamericanos. Me refiero a los hechos acontecidos en varios hoteles de la capital en el año 1997. Tras estos abominables hechos, varias personas fueron heridas y sin olvidar de la trágica muerte del joven turista italiano Fabio Di Celmo.

Estos crímenes fueron ejecutados y organizados por los mercenarios Raúl Ernesto Cruz León (18) y Francisco Antonio Chávez Abarca (19), ambos de El Salvador. Y los ciudadanos guatemaltecos María Elena González Meza de Fernández, Nader Kamal Musalam Barakat y Jazid Iván Fernández Mendoza. Fueron juzgados por tribunales apegados a nuestras leyes, que constituyen un claro bastión de la soberanía y la tranquilidad del pueblo cubano.

El principal responsable de estos condenables hechos, -bien conocido por los cubanos-, es Luis Clemente Faustino Posada Carriles (20). Este terrorista internacional cubanoamericano, sigue afincado en Miami y goza de total impunidad, siendo un protegido del gobierno de los Estados Unidos. Para ejecutar estas acciones criminales, recibió 200 000 dólares de la organización de extrema derecha “Fundación Nacional Cubano Americana” (FNCA), asentada en suelo de los Estados Unidos.

Notas

1 http://www.anagrama-ed.es/titulo/A_180

2 http://mesaredonda.cubadebate.cu/noticias/2012/02/22/paises-de-la-alba-han-reducido-en-98-el-analfabetismo/

3 http://www.capitansanluis.cu/Lists/Catalogo/Ampliada_Libros92be.html?ID=80

4 http://razonesdecuba.cubadebate.cu/noticias/resena-del-libro-la-gran-estrategia-ee-uu-vs-america-latina/

5 http://www.cubadebate.cu/noticias/2014/08/06/obama-promete-mejores-relaciones-pero-envia-a-la-usaid-para-un-cambio-de-regimen/#.U-Y2_JXlroY

6 http://www.rebelion.org/noticia.php?id=126521

7 Jewish Telegraphic Agency, «Cuba to Seek 20-Year Prison Term for Alan Gross», 6 de febrero de 2011.

8 Andrea Rodríguez, «EEUU pide iglesias de Cuba interesarse por contratista preso», The Associated Press, 2 de diciembre de 2010.

9 Ley de protección de la independencia nacional y la economía de Cuba (LEY Nº. 88), Artículo 11.

10 U.S. Code, Title 22, Chapter 11, Subchapter II, § 611, iii «Definitions»; § 618, a, 1 « Violations; false statements and willful omissions».

11 http://lapupilainsomne.wordpress.com/2013/03/24/los-archivos-secretos-de-alan-gross/

12 http://www.nytimes.com/2014/04/21/us/us-promotes-network-to-foil-digital-spying.html?_r=3

13 http://www.radiorebelde.cu/noticia/afirman-estados-unidos-pago-colaboradores-extranjeros-por-propaganda-anticubana-20140502/

14 http://www.cubadebate.cu/noticias/2014/05/08/consejo-de-la-uit-apoya-denuncia-cubana-sobre-red-social-zunzuneo/#.U-duIZXlroY

15 http://www.cubainformacion.tv/index.php/politica/57841-obama-promete-mejores-relaciones-pero-envia-a-la-usaid-para-un-cambio-de-regimen

16 http://www.cubadebate.cu/noticias/2014/08/03/ap-eeuu-utilizo-a-jovenes-latinoamericanos-como-agentes-para-la-subversion-en-cuba-documentos/#.U-dwp5XlroZ

17 http://micubaporsiempre.wordpress.com/2014/08/06/la-usaid-en-el-mejunje/

18 http://www.ecured.cu/index.php/Ra%C3%BAl_Ernesto_Cruz_Le%C3%B3n

19 http://www.ecured.cu/index.php/Francisco_Ch%C3%A1vez_Abarca

20 http://www.ecured.cu/index.php/Posada_Carriles

Todos los documentos de este nuevo programa subversivo se puede descargar aquí: http://apne.ws/UxJ05x

* Intelectual cubano residente en Madrid. Editor del blog: www.cinereverso.org

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