Noel Manzanares Blanco - Cubainformación.- Apenas dos meses atrás, en Andanzas vs. Rusia: un Peligro para la existencia humana apunté que las noticias procedentes de las capitales de Ucrania, Estados Unidos de América, la Unión Europea (UE) y Rusia no dejan de ser alarmante, a partir de la voladura del Boeing 777 de Malaysia Airlines que el pasado 17 de Julio efectuaba vuelo procedente de Ámsterdam con destino a Kuala-Lumpur, con 298 personas abordo, cuyos retos cayeron al este del primero de los países mencionados.
También, que el eje Kiev-Washington-Bruselas pretende que la opinión pública internacional incrimine a Moscú por el derribo del avión de Malasia, aunque los portavoces de ese trío no se hayan dado por enterado de las 10 preguntas que Rusia lanzó a Ucrania sobre el vuelo siniestrado MH17 y, en contrapartida, azuzan la posibilidad de un conflicto cuyas dimensiones son impredecibles. Asimismo, en aquella ocasión compartí datos tangibles que evidenciaban que no se trataba de meras palabras.
En este minuto, traigo a colación el asunto porque la trama se presenta “gris con pespuntes negros” —y no creo que le esté exagerando a mis lectores/as. Fíjese usted en lo que continúa.
Por estos días, trascendió que la Casa Blanca participará en unas maniobras militares conjuntas de la OTAN con Ucrania que se desarrollarán entre el 15 y 26 de este Septiembre; que para sus respectivos ejercicios, el Pentágono enviará 200 soldados a suelo ucraniano; y que, obviamente, tal práctica bélica podría incendiar aún más la crisis con Rusia en un escenario en el cual fuerzas militares otanistas cercan a esa nación.
Como si fuera poca la exacerbación que acusa la situación de marras, ahora circula un reporte de EL PAÍS dando cuenta de que la Unión Europea aplicará finalmente a partir de este viernes nuevas sanciones contra Rusia que llevaba días postergando —complemento de las primeras que ya recibieron contundente respuesta de las autoridades rusas. A ello se llegó, después de numerosos debates entre los representantes de los Veintiocho en Bruselas, y se considera que tales medidas clasifican como las más duras aprobadas hasta la fecha, incluyendo por primera vez castigos al sector petrolero que es vital para el sancionado.
La misma fuente dice que se trata de una decisión ambigua, pues formalmente la Unión Europea sigue apostando por el proceso de paz, pero cree necesario dar un paso adelante con las sanciones. La fórmula acordada para preservar ese delicado equilibrio consiste en revisar las medidas a fin de mes —con posibilidad de derogarlas si se considera conveniente— en función de cómo evolucionen los acontecimientos.
Con anterioridad, había sido anunciada una reacción por parte de Rusia de cara a una embestida de la UE. La Cancillería de ese Gobierno había emitido un documento certificando que amenazando a su país con nuevas sanciones, “la Unión Europea ha demostrado que sus líderes todavía están perdidos en un ‘laberinto político de espejos torcidos’ y en realidad envía una señal de apoyo directo al ‘partido de guerra’ en Kiev, el partido que no está satisfecho con los resultados de la reunión en Minsk [encuentro para disminuir las tensiones de las partes involucradas en el conflicto]”, de acuerdo con un despacho de Russia Today.
Por su parte, el Primer Ministro Dimitri Medvédev manifestó su preocupación con la introducción de nuevas sanciones occidentales contra Rusia, según otros reportes mediáticos. Concretamente, puntualizó:
“Está claro que primero vienen las sanciones económicas, y después, en respuesta, vienen las políticas, y los asuntos políticos siempre son asimétricos. Esto es más amenazador que la limitación de las importaciones, ya que hace posible la violación de la seguridad en el mundo. Espero que nuestros socios occidentales no lo quieran, y que entre los que toman decisiones no haya locos”.
Además, Medvédev dijo:
“Como regla, no conducen a nada bueno” pues “las sanciones son una arma de doble filo”. “China logró movilizar recursos nacionales, pero no se aisló del mundo exterior [tras recibir sanciones similares]”; e inmediatamente, afirmó que “la introducción de nuevas sanciones contra Rusisa en el sector energético y el sector financiero obligará a Moscú a responder de forma asimétrica” —por ejemplo, la prohibición de vuelos sobre el territorio ruso.
En este convulso panorama, un cable de Reuters acredita que el Presidente Vladimir Putin ha ordenado una revisión inmediata de la disposición combativa de su Ejército en el lejano este del país. Por consiguiente, cabe preguntar: ¿Acaso necesitaremos más elementos de juicio para percatarnos de la presencia de un escenario que acerca el clímax de las tensiones?
En correspondencia, si usted y yo apreciamos que los adversarios del Kremlin proyectan maniobras militares con Ucrania; que bases de la OTAN rodean a Moscú; que han sido aprobadas nuevas sanciones de la Unión Europea contra su contendiente vecino; que la respuesta rusa pudiera desencadenar una conflagración de resultados incalculables; entonces, coincidiremos en la interrelación del tema Rusia, amenazas de Occidente y riesgos de la Humanidad.
Por tanto, podemos/debemos preguntarnos: ¿A dónde iremos a parar?, y apenas exclamar/esperar: ¡Ojalá que la sangre no llegue al río! —con apoyo de un refrán. Roguemos/proclamemos, pues, ¡Que así sea!
