En realidad éste fenómeno representa un reto peligroso para todos los países y en ciertas oportunidades constituye una ayuda para hacer avanzar proyectos, fortaleciendo sectores económicos, académicos y profesionales.
En países desarrollados como Estados Unidos de América y muchas naciones europeas, las labores simples requieren de mano de obra que no es fácil contratar en los territorios propios y entonces recurren a personas de escasos recursos y ninguna preparación escolar, que llegan de otras fronteras desfavorecidas por la circunstancias.
Los profesionales, los técnicos de alto nivel y científicos en general, ingresan a las fronteras por la puerta ancha, reclamados por las empresas y centros de investigación y estudio, desesperados en compensar el déficit en estos sectores.
El Presidente Barack Obama, prometió reiteradamente que procedería a implementar regulaciones migratorias por cuenta del Ejecutivo antes de terminar el verano, debido a la inacción de un Congreso secuestrado por los republicanos.
Resulta que al parecer no son sólo los republicanos.
La decisión de Obama de no proceder a emprender una reforma migratoria por su cuenta, haciendo uso de sus prerrogativas como Presidente, indica que el asunto no es una cuestión partidista. Hay algo de congénito en la política migratoria estadounidense.
Siempre es bueno repetir que ambos partidos no son más que un “águila con dos alas”. Recordándolo evitamos el olvido.
No sólo se trata de defender el sistema capitalista, asunto que no es decisión de ningún partido en última instancia y quienes han intentado cambiar el orden económico evolucionado a través de los siglos, conocen la lección. Se trata de dos facciones de Poder, aunque una es más blanda que la otra en términos de sus preocupaciones sociales.
El Partido Republicano, reconvertido en antítesis irrazonable del propio Poder que comparte con el Partido Demócrata, ha hecho las cosas más difíciles, creando obstrucciones artificiales ante cualquier planteamiento que surge como solución al tema.
Salvo los inmigrantes de primera generación y unos pocos de los de segunda, el resto de la población saben que deben ponerse límites a las entradas de nuevas residencias al país.
Por ejemplo, Estados Unidos se ha quedado atrás en muchas cosas respecto a Canadá.
Su sistema de salud es pésimo y su sistema migratorio demasiado relajado. Este último ha creado expectativas que no se advienen a las realidades que dieron lugar a las grandes afluencias de braceros latinoamericanos, especialmente a partir de la década del sesenta, época en que la vida en comunidad de los países de Centro y Sur América, sucumbió al punto de no hacer posible siquiera la subsistencia.
La madurez de la población estadounidense, adquirida gracias al enorme desarrollo de las comunicaciones y la información, es consciente de que no toda inmigración es buena y tiene serias preocupaciones por la limitación en las oportunidades de trabajo que esto puede crear y por el surgimiento de manifestaciones delictivas que se agregan a las ya existentes.
Por tanto, una gran cantidad del voto de la ciudadanía tiene en consideración este tema.
En vísperas de estas elección a “mitad del término” (mid term), como se conocen las elección para las senadurías al Congreso, ese voto es importante. Especialmente porque el Partido Demócrata, tiene minoría en la Cámara de Representantes y corre el riesgo de quedar en minoría en el Senado si en estas próximas elecciones pierde seis Senadores. Al parecer las probabilidades para que esto suceda son reñidas y de ahí la importancia de usar cuanta estrategia esté al alcance del Ejecutivo.
Hay doce estados donde la balanza no está clara hacia donde se inclinarán esos votos y precisamente se trata de estados donde los inmigrantes latinos no tienen necesariamente una simpatía plena, aunque muchos de ellos viven allí. Uno de ellos es South Dakota, que la mayoría de los analistas consideran perdido.
Estas son las razones y el espíritu que hizo que Obama pospusiese una solución Ejecutiva del tema migratorio, saltando así sobre los obstáculos artificiales creados por los republicanos en el Congreso.
Al margen de los deseos de quien ejerza la autoridad máxima de gobierno en Estados Unidos, existen los dos partidos que son solamente una entidad dividida en dos facciones, donde se manejan criterios muy similares, no sólo en lo económico, sino incluso en los sociales más generalizados, como es el caso de la inmigración.
Los deseos y programas personales de gobierno que un Presidente pueda tener en Estados Unidos, pueden resultar transformados en “simples deseos” por la “realidad de Estado” y en esto se ha convertido el pensamiento político y social de Obama.
Su declaración última de bombardear las fuerzas del Estado Islámico en Siria, sin previa coordinación con el gobierno de Assad, vuelve a demostrarlo,
Así lo veo y así lo digo.
- Estados donde la votación por la senaduría es reñida:
Michigan… Demócrata; Georgia… Republicano; Iowa… Demócrata; Colorado… Demócrata; Alaska… Demócrata; Kentucky… Republicano; Arkansas… Demócrata; Carolina del Norte… Demócrata; Louisiana… Demócrata; Montana… Demócrata; West Virginia… Demócrata; South Dakota… Demócrata.
*Lorenzo Gonzalo, periodista cubano residente en EE.UU., Subdirector de Radio Miami.
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