Por Lorenzo Gonzalo*/Foto Virgilio Ponce -Martianos-Hermes-Cubainformación.- Si no fuese por lo dramático, yo no hablaría de la problemática cubana desde la perspectiva y los sucesos que tienen lugar en Miami y dentro de reducidos círculos de personas en Cuba, que han hallado un modo de vida en ese dramatismo ocasionado por las inmorales políticas aplicadas por Washington en contra de la Isla.


Hemos hablado en varias ocasiones de las grandes trifulcas por razones de dinero, que ocurren entre un pequeñísimo puñado de personas que viven en Cuba. Estos dineros provienen del presupuesto del Departamento de Estado, oficialmente establecido para esos menesteres, pero no son entregados directamente a esos cubanos a quienes ocasionalmente les dan cobertura de prensa, sino a través de organismos registrados en Miami, Washington y otros lugares, perfectamente controlados para que nada se haga sin pasar el tamiz de la política exterior estadounidense.

La Fundación Nacional Cubano Americana tiene asignada una buena mascada de ese presupuesto y entre las personas que se benefician está Guillermo Fariñas, quien parece que le agrada que le llamen “Coco”.

El “Coco” acaba de aparecer en la prensa haciendo declaraciones a favor de Joe García, de quien ya hablamos hace unos días. García es actualmente Representante Federal y dijimos que es un hombre decente, defensor del Bloqueo contra Cuba, pero que acepta estimular las visitas familiares entre los cubanos de la Isla y los emigrados, así como favorecer los contactos entre estadounidenses y cubanos. Ninguno de esos planteamientos son hechos por respeto a la soberanía del país o las decisiones que por derecho propio hagan sus ciudadanos o sea aquellos que viven en la Isla, sino para “debilitar al gobierno cubano” y eventualmente derrocarlo.

Dejando a un lado ese aspecto político del planteamiento, la propuesta del Representante García ayuda a los cubanos que viven en el exterior, permitiéndoles sostener vínculos con familiares y amigos, ayudarlos económicamente e incluso favorecer que los dineros enviados sirvan para promover pequeños negocios, con lo cual terceras personas también resultan beneficiadas.

Las contiendas políticas de Miami enarbolan siempre como bandera la oposición al gobierno cubano y desde hace un tiempo a la fecha, aunque en menor escala, también destacan críticas negativas en contra del gobierno venezolano.

Pero en medio de ese panorama, en los últimos años algunos políticos de Miami, intentan acentuar su interés en resolver los problemas graves que aquejan a las ciudades, condados y distritos. Dentro de esas problemáticas, es imposible evadir el tema de las injustas penalidades impuestas a los cubanos que viven en Estados Unidos, quienes representan más del cincuenta por ciento de los habitantes de Miami.

A los políticos de la generación más cercana a la dictadura de Batista, causante de la insurrección revolucionaria que llevó al poder al gobierno revolucionario cubano y que desencadenó todos los conflictos que confronta Cuba hace más de cincuenta años, no les interesa el bienestar de esos emigrados cubanos y mucho menos el de los ciudadanos que viven en Cuba.

Otros, como Joe García, defienden una política similar pero más compasiva.

No discrepo del “Coco” Fariñas respecto a su apoyo al candidato y actual Representante Federal Joe García, pero no puedo dejar de destacar que tanto Fariñas, como Berta Soler y otros, se benefician de los fondos que la Fundación Nacional Cubano Americana les provee, especialmente financiándoles viajes al exterior para que hablen mal del gobierno cubano. También es sabido que Joe García fue por un tiempo presidente de esa organización, dedicada al derrocamiento del gobierno cubano y recibe apoyo político de la misma.

Tanto Fariñas, como Berta Soler quienes lo apoyan en su disonante campaña a favor de Joe García, manifiestan su simpatía por un candidato político que no representa a Cuba, país donde ellos realizan labores políticas, dudosamente amparadas por las leyes de ese Estado.

Creo que uno puede tener simpatías por el candidato o gobernante de otra nación pero no tiene el derecho de hacer campaña política para su elección, a menos que forme parte de una de esas empresas que ahora se contratan para organizarlas, lo cual tampoco creo que esté permitido si los actores no son nacionales o al menos residentes del país.

Fariñas no es tanto de culpar por esa declaración, con la cual obviamente procura asegurar su coima. En cambio, Joe García no tiene razones ni necesidad de hacerlo, porque para ganar no tiene que convencer a los llamados “intransigentes”, “combatientes verticales” y otros títulos honoríficos que, con excepción de unos pocos, el resto los ostenta siempre y cuando haya un “marine”, un agente de la CIA, del FBI u otro funcionario estadounidense con poder militar, amparándolo. Esa gente de todas formas va a despreciar a García porque su favorito y protegido es Curbelo.

Joe García realiza buenas labores en la Cámara, trabaja para su Distrito y dedica más tiempo a proponer soluciones para su comunidad, que a la “guerrita fría”que mantienen con Cuba algunos pícaros de la política electorera en Washington o revanchistas por problemas de familia como los Díaz Balart o gente que no saben reconocer cuando han perdido la pelea.

Joe García no necesita del “Coco”. Déjele ese estilo a Curbelo quien está más obligado al discurso “anticastrista” porque el tipo de elemento que lo protege y financia, si no son menos inteligente que los de la Fundación Nacional Cubano Americana, tienen menos sentido del pragmatismo estadounidense a la hora de negociar y hacer política.

No creo que a la personalidad de Joe García le quede bien envolverse con peseteros y gente de solar, dirigentes políticos de bolsillo y para su bolsillo, que sólo vivirán el tiempo que duren las asignaciones del Departamento de Estado estadounidense.

Porque si podemos estar seguros de algo, es que estas personas no tienen pueblo que los financien, ni quienes hoy los respaldan son capaces de rasparse sus bolsillos por una causa patriótica que sólo defenderán, en la medida que piensen que los pueda hacer más millonarios.

De muy buena fe le recomendamos al Representante García que haga política para su Distrito, olvidándose de esos pícaros rencorosos, pero no de los cubanos que allí viven y que son víctimas de políticas inmorales nacidas al calor de pasiones pasadas.

Así lo veo y así lo digo.

*Lorenzo Gonzalo, periodista cubano residente en EE.UU., Subdirector de Radio Miami.

Enviado por el autor a: Martianos-Hermes-Cubainformación

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