Esa prepotencia les impide analizar e interpretar la realidad de Cuba, al tomar por verdades los inventos de los miembros de los grupos “opositores” que crearon para intentar destruir un proceso popular verdaderamente revolucionario, que cambió radicalmente la historia en la Isla y en el hemisferio occidental.
Al leer algunos de los informes secretos hoy desclasificados, los menos avezados en temas de política internacional se percatan de cuan errados han estado en los últimos 60 años sus analistas, que incluso los llevó a la aplastante derrota cuando se decidieron a invadir a Cuba por las playas de Bahía de Cochinos, algo que se puede comprobar en las más recientes desclasificaciones del Volumen V de esa historia contada oficialmente por la CIA.
Pero tantos traspiés no le hacen enmendar su obstinada posición y un hecho que lo corrobora son las declaraciones el pasado 31/10/2016, de la Sub Secretaria de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Mari Carmen Aponte, respecto a sus “preocupaciones” por una reunión que sostuvo uno de los más antiguos colaboradores al servicio de Estados Unidos, el pinareño Dagoberto Valdés, con funcionarios estadounidenses a mediados de octubre en La Habana.
Para la Sub Secretaria dicho encuentro pudo ser la causa de las “amenazas” que dice Dagoberto haber recibido de un oficial de la Seguridad del Estado de Cuba
La preocupación de ella se basa en el encuentro que sostuvo una delegación del Departamento de Estado, con ella al frente, con varios de los “disidentes” cubanos, fabricados, entrenados y financiados por Estados Unidos, entre ellos el citado pinareño, nada menos que en la residencia del encargado de negocios yanqui en La Habana.
Según ese asalariado, auto denominado “director de Centro de Estudios Culturales Convivencia”, entidad que no tiene la menor traza de legalidad ni es conocida por el pueblo cubano, el pasado jueves 27 de octubre fue convocado a las oficinas de la Seguridad del Estado, en la cual afirma que le advirtieron que “a partir de ese día su vida sería muy difícil”.
Creerle a ese asalariado tal invento es una de las tantas razones de los continuos fallos en su política hacia Cuba.
Hace varias décadas, Dagoberto Valdés fue denunciado como agente CIA por el propio presidente Fidel Castro y jamás ha tenido problemas por sus actividades ilegales.
Fue protegido por el Obispado católico de Pinar del Río y le dieron cobertura en los años 90 para que iniciara su trabajo de subversión, mediante una revista ilegal denominada Vitral, la cual le dio publicidad en el exterior a las actividades contra la Revolución.
Bajo la sombrilla protectora de la Iglesia Católica, Dagoberto fue nombrado miembro de la Comisión Pontificia de Justicia y Paz de la Santa Sede, lo que posibilitó sus viajes al exterior, incluido a los Estados Unidos, para recibir preparación con el interés en que imitara el proceso polaco encabezado por Lech Walesa.
En esos años le otorgaron varios premios para afianzar su figura internacional y nunca fue molestado por la seguridad cubana.
Permanentemente recibió apoyo de varias embajadas europeas acreditadas en La Habana, que le suministraban los medios precisos para su revista y era asiduo a las reuniones convocadas por “diplomáticos” de la Sección de Intereses de Estados Unidos, sin el menor problema.
¿A qué se debe ahora la campaña de que la Seguridad le hará la vida difícil? ¿Estará buscando recuperar el “protagonismo” perdido cuando la iglesia le retiró su apoyo? ¿Andará escaso de dinero para continuar su buena vida sin necesidad de trabajar, o será alguna orientación de la propia Seguridad cubana para elevarlo a planos estelares?
La vida ha demostrado que cualesquiera de estas variables pueden ser la clave de la actual situación, porque ejemplos sobran.
Mientras tanto, el Departamento de Estado continua su camino errático sin poder dar en el blanco deseado.
No en vano José Martí escribió:
“En silencio ha tenido que ser, porque hay cosas que para lograrlas han de andar ocultas, y de proclamarse en lo que son, levantarían dificultades demasiado recias para alcanzar sobre ellas el fin.”
*Arthur González, cubano, especialista en relaciones Cuba-EE.UU., editor del Blog El Heraldo Cubano.
Enviado por el autor a: Martianos-Hermes-Cubainformación