Alberto Buitre - Oficio Rojo - Es MARCO RUBIO, senador republicano por la Florida. Hijo de inmigrantes cubanos, aspiró a ser el contendiente de su partido a la Presidencia de los Estados Unidos, pero fue derrotado por TRUMP. En ese entonces, atacó con dureza –y hasta con burlas-, la intención del magnate de construir un muro en la frontera con México. Pero al cabo de los meses y habiéndose convertido Trump en el presidente número 45 de EEUU, las posiciones del senador Rubio han cambiado y es hoy, uno de los más férreos defensores del muro.


Durante uno de los álgidos debates de la contienda republicana de febrero de 2016, Rubio criticó el muro de Trump, y hasta se dio el lujo de ironizar con ello. Dijo: “Si construye un muro de la misma forma en que erigió la torre Trump, estará utilizando a inmigrantes ilegales para hacerlo'”. Pero un año después, el discurso del senador de origen cubano, cambió por completo. En una conferencia de prensa en enero de 2017, se convirtió en uno de los primeros legisladores en apoyar la medida anti-inmigrante del nuevo presidente estadounidense: “Siempre he creído que necesitamos una barrera física” (…) “Funcionará para canalizar, y no es solo por la gente. Es por las drogas y todo lo demás”, dijo.

Semejante claudicación discursiva confirma lo que Trump dijo del mismo Rubio durante las internas republicanas: “Es un farsante”; algo que, a la vista de los acontecimientos, resultó ser cierto, rematando al mismo tiempo que el senador por Florida, es un “especialista en venirse abajo cuando está bajo presión”. Por supuesto, esto queda demostrado ante el tema del muro fronterizo. Y es que, ¿quién puede creerle a un político así?

MARCO RUBIO, en tanto político profesional, es la representación de lo que MARX –que no KARL, sino GROUCHO, el comediante–, dijo con tal vehemencia: “Estos son mis principios, sino les gusta, tengo otros”. Un lema que bien podrá abanderar las aspiraciones electorales por venir del senador. De por sí se ha de dudar del talante (que en este caso significa: desvergüenza) que el republicano asumirá a la hora de buscar otra vez el voto de la comunidad latina cuando, un día critica el muro, y al otro, lo apoya fervientemente.

Tal comunidad latina, mucha avecindada en Florida, sostiene lazos amorosos con sus familiares y amistades allende las fronteras de Estados Unidos, los cuales se verán sobajados ante el endurecimiento de las políticas migratorias del régimen-Trump. Medidas que han de implicar sufrimiento para ellos, ya por no poder pasar o por las humillaciones a las cuales se han de exponer con tal de alcanzar suelo estadounidense. Pues bien, ya podrán agradecer al senador Rubio por eso, a la sazón, un latino que traiciona latinos. Me hace pensar en las palabras del jefe revolucionario mexicano EMILIANO ZAPATA, quien, en las más tempestuosas épocas del movimiento armado, criticó a esos que “por complacer a tiranos, por un puñado de monedas, o por cohecho o soborno están traicionando y derramando la sangre de sus hermanos”.  Cien años después, y más al norte de suelo mexicano, pasando el muro, yace un senador cubano-estadounidense que obedece fielmente tal descripción.

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