Ramón Pedregal Casanova.- “Soy antiimperialista. Me opongo a que el águila clave sus garras en cualquier otra tierra.” Del gran escritor estadounidense Mark Twain en su libro:“Antiimperialismo. Patriotas y traidores.”


Soy antiimperialista, no proimperialista, dígalo en voz alta, en voz baja, escribalo, y habrá sumado a sus valores, a su condición, un buen espacio de humanidad. El antiimperialismo cuenta en la Historia como un triunfo de la mejor representación de los pueblos. El imperialismo, por ser contra la soberanía, hace de su propio interés explotador, apropiarse de las riquezas del país y empobrece y divide a la población para impedir su confluencia en intereses comunes. El imperialismo dispone del látigo y el fusil con el que el capitalismo expansionista somete, es la manifestación más incivilizada, que en su máxima expresión se emplea en el asesinato político y la guerra para impedir la independencia a los demás. El imperialismo esta contra la legitimidad. Sus empleados envuelven el término legitimidad con un lenguaje tergiversador tan indefinido, tan borroso, de tal forma que ella misma haga apartar la vista del fondo, que la descolocación objetiva no permita saber en quién se apoyan, quién está detrás, cuál su el interés. Los empleados de la burguesía imperial son la avanzadilla traficante que prepara el terreno al imperio, lo prepara “para que el águila clave sus garras en cualquier otra tierra.”

El caso de un contracubano llamado Eliecer Ávila es un buen ejemplo del traficante mencionado. Habla como si no supiese que en Cuba se elige a los representantes desde la base social, los promueven el mismo pueblo en las asambleas, como si no supiese que son conocidos de todos los que se encuentran a su alrededor, vecinos, compañeros de trabajo, estudiantes, … el fondo es que sí sabe que no son los auspiciados por Wall Street. Sabe, y bien, que ese dolarizado que ponen y su equipo tan sólo es/son  “un comité que dirige los asuntos comunes de toda la burguesía”, como había escrito Marx en el Manifiesto. Él sabe perfectamente, que quienes pasan a formar ese comité son los nombrados por los dueños del emporio industrial-militar, por los financieros, por los fondistas de seguros, por los poseedores de grandes monopolios industriales y multinacionales petroleras. El sabe que los elegidos deben teatralizar una pelea en la que riñen para quitarse el sillón, los republicanos contra los demócratas y viceversa, las dos alas del águila a la que se refiere Mark Twain.

Eliecer habla de legitimidad, la legitimidad es lo conforme a un mandato legal, y quiere hacer pasar el mandato de una minoría dominante del mundo como lo más democrático, el imperio dice que viene a establecer la democracia, ¿es democracia actuar contra los pueblos?: es el mandato de la ocupación un mandato legal? ¿eso es lo que llama legitimidad? ¿es aceptable? Su legalidad se basa, según ese modelo, no en la elección formada sobre intereses igualitarios sino la elección sometida al más rico, que va a desembocar, qué casualidad histórica, con la fuerza militar del imperio que conduce la persecución de quienes defienden su propia independencia. Eliecer, como propagandista repite el guión que le fabrican los empleados de la gran burguesía imperial, ¿será casual que la rama dedicada a la difusión de noticias falsas aclame de manera sistemática en sus medios un discurso ideológico que defiende, activa o pasivamente, a la minoría poseedora de todo que se autoproclama legítima? Por eso no es casualidad que las mismas consignas que repite Eliecer las veamos repetidas por el cártel propagandístico, son afirmaciones secas de un lado y otro. Comprueben las cabeceras de los periódicos o atiendan a los artículos, ejemplo de ello es lo que se lee el día 4 en el diario Público para referirse a Cuba, y eso por poner un sólo ejemplo. El propagandista de ese panfleto que se presenta como independiente ha tomado tal cual el guión que le han pasado a él y al contracubano: hablan con desprecio de la prensa cubana, desconsideran la atención del pueblo puesta a la política del gobierno cubano, alarman los dos dirigiéndose a las familias advirtiendo de un  peligro inadvertido que corren los médicos y otro personal de solidaridad con Venezuela y  llaman ansiosos para que  vuelvan a la isla, y así una retahíla calcada de asuntos puestos en negativo, bajo un panorama de desafección política o  trágico, todo su discurso es conforme con el bloqueo, el aislamiento, la invasión de Venezuela o de Cuba según los objetivos de Trump; pero no es el único panfleto que se hace pasar por periódico, ya saben que todos los que llenan los oídos y los ojos del público bajo la influencia estadounidense elaboran sus noticias desde sus objetivos estratégicos, esconden el contexto o repiten con voz de loro, uno tras otro, las mismas afirmaciones simples, y es que no disponen de argumentos. Todo es tan hueco que podríamos devolverles sus palabras aplicadas a ellos mismos y nos quedaríamos igual. A consecuencia de todo ello hemos sabido que sus empresas periodísticas están en quiebra, sus lectores son escasos según una encuesta internacional, España es el segundo país del mundo en el que los medios tienen menos credibilidad, detrás de EEUU, aunque eso sí, el imperio es el dueño de 4 de las 5 factorías-agencias fabricantes y distribuidoras de “noticias” en el mundo. Hoy, por ejemplo, hablan, como si fuese un cataclismo natural y no provocado, que Cuba  se encuentra al borde de un nuevo “periodo especial”. De ser así ¿por qué no hablan de quien bloquea a Cuba en el mundo? ¿quien impone su interés contra le legitimidad de las Naciones Unidas que ha denunciado tales hechos? ¿por qué el imperialismo estadounidense quiere clavar sus garras en Cuba? Eliecer Ávila, ¿qué tienes que decir al que agrede al pueblo soberano de Cuba? A lo mejor eso explica el desparpajo repetidor del contracubano.

Esas agencias ponen los temas a tratar, los conceptos a manejar y la dirección en que deben articularse. Los repetidores presentan lo fabricado de forma alarmista, se les ve en la carretera de servicio en paralelo a Trump, Boltón, Pencé, Pompeo,  Abrams, “Narco” Rubio, conocido entre los suyos como “golpista en jefe”, … La diferencia de los matones mencionados con sus medios de propaganda esta en que emplean un lenguaje amenazante, agresivo, de desprecio por el Derecho Internacional y por el Tribunal Penal Internacional, y desafían al mundo y fomentan la guerra, la agresión continua en todos los órdenes. Ni los medios de propaganda ni sus amos son inocentes.

Una simple pregunta al contracubano Eliecer ¿se ha movilizado contra la ocupación imperial de Guantánamo y ha denunciado la ilegalidad y los crímenes de Lesa humanidad que en esa cárcel cometen los ocupantes? ¿se pone frente a Trump por su racismo, por su abandono de los Tratados Internacionales, por ser un estafador y, bajando más aún, por ser un individuo tan machista  que desprecia a la mujer y la utiliza en la prostitución? Eliecer se alimenta del odio fascista de Trump a Cuba: ese es su plato. Mirando a Sudamérica: ¿por qué le satisface tanto al contracubano Eliecer el fascista Bolsonaro? El ideario de Trump y Bolsonaro, el fascismo, fue rechazado por el mundo con la derrota de Hitler, ¿lo fue realmente rechazado por la minoría dominante en EEUU y sus aliados? ¿y por sus medios de propaganda?

Contamos aquí algunas declaraciones noticiosas con las que Eliecer comulga en silencio:

“Andrew McCabe, ex director adjunto del FBI declaró que en una reunión privada Trump dijo en 2017: Venezuela es ese país con el que deberíamos entrar en guerra, tiene todo ese petróleo y está justo en nuestra puerta trasera.”

“Bolton: En esta administración no tenemos miedo de usar la frase “Doctrina Monroe”, Venezuela es un país de nuestro hemisferio y ha sido el objetivo de todos los presidentes de EEUU (entonces se percató de que la frase no quedaba bien y la terminó de la siguiente manera) … desde Reagan hemos querido tener un hemisferio completamente democrático.” Continuó diciendo que EEUU, el régimen imperial, quiere imponer “una coalición lo más amplia posible para echar al gobierno de Nicolás Maduro.” Adivino la opinión de Eliecer Ávila. La última coalición de EEUU la hizo con el DAESH.

Trump, representante del poder imperial ha declarado que su plan, su objetivo, es acabar con el socialismo. Bolsonaro ha manifestado la misma intención, se ha puesto a la tarea de perseguir en Brasil a la obra solidaria cubana y a quien haya manifestado su simpatía o su proximidad ideológica: el contracubano no dice nada sobre la barbarie de sus admirado fascistas. Sus referentes imperial y brasileño han lanzado sus amenazas contra Venezuela y Cuba -Nicaragua sufrió una arremetida hace poco y sigue amenazada- y él repite como un loro palabras huecas que vienen escondiendo las garras que el águila quiere clavar en Cuba. Y Cuba, como Mark Twain, es antiimperialista.

Ramón Pedregal Casanova es autor de los libros: “Gaza 51 días”, “Palestina. Crónicas de vida y Resistencia”, “Dietario de Crisis”,  “Belver Yin en la perspectiva de género y Jesús Ferrero”, y “Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios”. Presidente de la Asociación Europea de Cooperación Internacional y Estudios Sociales  AMANE.  Miembro de la Comisión Europea de Apoyo a los Prisioneros Palestinos. Miembro del Frente Antiimperialista Internacionalista (FAI).

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