Osmany Sánchez - Blog La Joven Cuba.- Ya estamos acostumbrado a que un pequeño grupo de personas en Miami haga carrera política y fortuna promoviendo medidas contra el pueblo cubano. Sí, contra el pueblo cubano, porque hay que ser muy cínico para decir que estrangular la economía cubana es una medida en beneficio del pueblo, sobre todo si se ha estado haciendo durante más de sesenta años.
Los que promueven esas políticas no la sufren porque no tienen familias en Cuba. Les da lo mismo, mientras más duro el bloqueo mejor para ellos, porque su política está definida por aquellos intereses que pagan sus campañas y sobre todo por el odio.
No se puede decir que se entienda su forma de actuar, pero al menos queda claro que tienen una motivación política y que lo demás no les importa, pero ¿cómo entender que un emigrado cubano con sus familiares en Cuba los apoye? Décadas de propaganda contra Cuba han llevado a los emigrados económicos cubanos a defender a personas con las que nada o muy poco tienen en común.
Duele ver como en las redes sociales estos emigrados apoyan la medida de cambiar la visa B2 de cinco años a tres meses y a una sola entrada. Reproducen artículos escritos por otros donde justifican dicha medida y de paso acusan al gobierno cubano de ser el culpable.
Uno me dice que a él no le afecta porque puede salir a cualquier país, y que de todas formas tres meses bastan para visitar a la familia. No tiene en cuenta por ejemplo que para sacar la visa hay que ir a otro país y de paso gastar buena cantidad de dinero sin la certeza de que la recibirá.
¿Cómo se puede odiar tanto, no se dan cuenta de que ellos mismos se perjudican?
Si de verdad les preocupa el tema de la reciprocidad por qué no luchan por la retirada de la Base Naval de Guantánamo, Cuba no tiene una base militar en los Estados Unidos. O que quiten el bloqueo contra Cuba porque Cuba no bloquea a los Estados Unidos.
Si el tema es únicamente el de los viajes, entonces deberían luchar a favor del derecho de los ciudadanos norteamericanos a viajar libremente a Cuba.
Unos pocos dictan la política de odio y luego encuentran quienes se apuñalen ellos mismos y los apoyen.
Estoy a favor de todo lo que signifique un mayor acercamiento entre los cubanos que viven dentro y fuera de Cuba. Creo que se debería analizar y eliminar algunas de las trabas planteadas por los emigrados respecto al costo y uso del pasaporte. En eso la mayoría está de acuerdo y creo que la voluntad política apunta en esa dirección.
Los medios pagados por el gobierno de los Estados Unidos promueven una campaña a favor de la medida y en contra del gobierno cubano a quien culpan de todos los males. Su apuesta es por el odio, por el odio de unos pocos que lamentablemente, encuentra respaldo en lugar de rechazo por aquellos que se verán afectados.
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