Noel Manzanares Blanco – Cubainformación.- En la versión anterior de esta serie, dejé ver cómo ni el reconocimiento de Donald J. acerca de que el señor Bolton quiere meterlo “en una guerra” expresado como una de “sus preocupaciones más serias”, ni la queja según la cual sus “asesores no deberían haberlo llevado a creer que el líder venezolano podría ser derrocado [en los últimos días], cuando Guaidó [el títere] lideró las protestas masivas en las calles que resultaron mortales”, ni el testimonio de respaldo que recibió la Isla recientemente al ser electa al Consejo Económico y Social de Naciones Unidas y contar con la presencia de más de siete mil profesionales de 53 países en la Feria Internacional de Turismo; nada de ello ha detenido las andanzas del jefe de la Casa “Oscura” contra nuestras Revoluciones (1). El asunto parece la de nunca acabar.
No asombra que la obsesión yanqui por asfixiar el Gobierno Constitucional de Nicolás Maduro incluya la violación de lo legislado en la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de Abril de 1961 (2).
A pesar de que el Canciller Jorge Arreaza exigió al departamento de Estado de EEUU el respeto a lo suscrito en dicha Convención y proteger el edificio de la embajada venezolana en Washington víctima de agresiones por parte de grupos de derecha que se negaban a suministrar los insumos básicos a los activistas que defendían las instalaciones (3), agentes de seguridad de la administración Trump “arrestaron y desalojaron a personas que habían ingresado ilegalmente” a la embajada —entiéndase, legalmente porque sí constaban con la aprobación del Palacio de Miraflores— y con ello respondieron al embajador designado por Guaidó, el mandatario inconstitucional que había solicitado ayuda a las autoridades estadounidenses en esa dirección (4).
Entretanto, el Imperialismo gringo en un comunicado anunció la “suspensión inmediata” de todos “los vuelos comerciales de pasajeros y de carga” basado “en la inestabilidad política en curso y el aumento de las tensiones en Venezuela y el riesgo involuntario asociado a las operaciones de vuelo”. En consecuencia, el Presidente Maduro rechazó esta medida por “atacar la libertad de circulación” de las personas; al tiempo que preguntó, alegó e inquirió: “¿Qué ganó el gobierno de Trump suspendiendo los vuelos comerciales? Nada, se hicieron daño a sí mismos y hacen daño a los ciudadanos que utilizan la libertad de circulación (...) atacó la libertad de circulación, es la verdad”. “¿Dónde está la libertad, Donald Trump? ¿Dónde está la libertad que ustedes pregonan?” (5).
A este desenfreno se acaba de sumar que al menos diez empresas de transporte marítimo han sido objeto de las sanciones estadounidenses, dificultando la llegada de rubros esenciales al país suramericano (6).
No obstante —y sin obviar que sujetos no chavistas ven la posibilidad de que la coalición internacional que apoya a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela corre “el riesgo de fracturarse” por discrepancias en torno a una intervención militar y las sanciones económicas contra la Revolución Bolivariana, según un informe divulgado en Miami (7)—, emergen actores mundiales que de modo respetuoso procuran una solución negociada entre el legítimo Gobierno de Venezuela y la oposición de ese país.
Maduro informó este fin de semana que se ha iniciado un nuevo proceso de diálogo con opositores de su país facilitado por la mediación de representantes de Noruega; que el ministro de Comunicación e Información, Jorge Rodríguez, y el gobernador del estado Miranda, Héctor Rodríguez, integraron la delegación que se trasladó a Oslo para ese fin; y que agradecía al Gobierno de la nación europea por recibir a su delegación. Además, puntualizó: “Se ha iniciado con buen pie las conversaciones para avanzar hacia acuerdos de paz, concordia, armonía y le pido el apoyo al pueblo” (8).
He aquí una percepción que no coincide exactamente con la postura de la misión del grupo de contacto internacional auspiciado por la Unión Europea que estuvo en Caracas el 16 y 17 de Mayo para reunirse con las diferentes partes en el conflicto de marras con la mirada puesta en “la posible vía para un camino electoral negociado” —informó la UE. Al respecto, hemos de recordar que Bruselas en general y Madrid en particular conciben esfuerzos diplomáticos para lograr un proceso político negociado que lleve a unas nuevas elecciones presidenciales “libres y justas” (9) o sea, que niegan la constitucionalidad del Gobierno de Maduro.
Así, escapó a la casualidad que el embajador de Venezuela en España, Mario Isea, le haya exigido al Ejecutivo ibérico que revoque su reconocimiento a Mr. Guaidó como presidente; y que debe asumir que “se precipitó” al reconocer a ese golpista y autoproclamado sin respaldo popular, al tomar la decisión “sobre la base de información inexacta”. La exigencia venezolana, de facto contempla que sea entregado un prófugo de la Justicia que llamó a los venezolanos a “salir juntos a la calle” con el objetivo de dar un golpe de Estado —tema ya tratado por los canales diplomáticos correspondientes—, quien responde al nombre de Leopoldo López (10) y ostenta una hoja de servicio como Mercenario (11).
En tal escenario, tampoco debe asombrar que el asunto de la hostilidad múltiple de Washington contra La Habana revela ribetes similares.
En medio del continuo rechazo interno y foráneo a la Ley Helms-Burton —por ejemplo, titulares de Relaciones Exteriores de Cuba y Canadá abordaron el engendro yanqui, además de la crisis en Venezuela (12)—, resultó noticia que los senadores estadounidenses John Boozman y Michael Bennet reintrodujeron un proyecto de ley bipartidista destinado a ampliar las exportaciones agrícolas a la Mayor de las Antillas mediante la eliminación de barreras al financiamiento privado. La propuesta, bautizada como Ley de expansión de las exportaciones agrícolas de 2019, busca apoyar a los productores de Arkansas, Colorado y todo el país con el levantamiento de las restricciones que impiden usar ese tipo de financiación en las ventas agrícolas en causa (13).
Sin embargo, una vez más el equipo Trump no deja de apelar a las fake news e intenta calificar a los programas de colaboración de salud de la Isla con otros países como una práctica de supuesta violación de derechos humanos de la mano de la pro yanqui OEA que en su show de turno habla de los “miles de médicos cubanos que son forzados a participar en las misiones de colaboración en el exterior en condiciones de esclavitud, para el beneficio económico del gobierno cubano” (14).
Es precisamente en este panorama que el Presidente Miguel Díaz-Canel incriminó al régimen estadounidense —lance que asumo como propio: “Nuevamente la mentira imperial intenta desprestigiar a los programas cubanos de colaboración de salud con otros países calificándolos como una práctica de 'esclavitud moderna' y de 'trata de personas'. Les molesta la solidaridad y el ejemplo de Cuba” —escribió primero en su cuenta de Twitter. Y en un segundo mensaje, denunció que “EE.UU. busca restablecer el programa de robo de cerebros hacia los médicos cubanos”, además de recordar que “más de 600.000 cubanos han prestado servicios médicos en más de 160 países en los últimos 55 años”, mientras en este archipiélago caribeño “se han formado de manera gratuita 35.613 profesionales de la salud de 138 países” (15).
En este apartado, traigo a colación que hace tres años sentí la necesidad de refutar un criterio parecido, pues en el análisis de la situación de una empresa estatal del patio que fungía como intermediaria y representante de los trabajadores cubanos, y que velaría porque no fueran violados los intereses de nuestro personal, negociaría los montos de sus salarios y, de paso, se quedaría con parte del salario acordado, se expuso: “Algo muy legítimo si no fuera porque su tajada de seguro será mayor que la del propio trabajador” —las negritas son mías. Entonces, acredité: Inexcusablemente, en el mejor de los casos, allí radica una falta de argumentos, porque la tajada mayor que se menciona “NO va para el bolsillo de alguien y SÍ se redistribuye en satisfacer necesidades del pueblo”. Sostengo esta tesis, por haber estado durante cuatro años como colaborador en Angola a través de nuestra Empresa ANTEX SA (16) —las negritas últimas, las coloco ahora.
Concluyo: si el objetivo del personaje primero de la Oficina Oval es romper la alianza Cuba-Venezuela (17) y con ello apuntalar la Doctrina Monroe (18), entonces se comprende que Trump incorpore más ataques a Caracas y La Habana a contrapelo de que, en el caso Venezuela, tropieza con la mediación civilizada de Noruega y que, en el de Cuba, enfrenta el proyecto bipartidista para ampliar ventas agrícolas. En este ambiente, asimismo se fortalece el espíritu antimperialista de nuestras Revoluciones llamadas a recibir más Solidaridad internacional —como ocurre en este minuto (19). ¡Amén!
Referencias:
2.- https://www.oas.org/legal/spanish/documentos/convencionviena.htm.
3.- https://telesurtv.net/news/canciller-venezuela-embajada-convenios-internacionales-20190509-0002.html.
4.- https://es.yahoo.com/noticias/arrestan-activistas-en-embajada-venezolana-en-eeuu-133309310.html.
6.- https://www.telesurtv.net/news/venezuela-sanciones-eeuu-navieras-clap-20190519-0012.html.
10.- https://www.hispantv.com/noticias/venezuela/428689/espana-revocar-reconocimiento-guaido-presidente.
12.- https://es.yahoo.com/vida-estilo/suena-cabecera-paquita-salas-voz-121746281.html.
15.- https://es.yahoo.com/noticias/d%C3%ADaz-canel-acusa-ee-uu-retomar-robo-cerebros-142222237.html.
16.- http://kaosenlared.net/cuba-y-la-contratacion-de-sus-profesionales/.
