El partido VP que patrocina a Juan Guaidó tiene una historia lamentable para los venezolanos. Poco después de que Henrique Capriles, el candidato presidencial de la coalición opositora Mesa Redonda de Unidad Democrática reconociera su derrota en enero de 2014, su líder, Leopoldo López, lanzó el movimiento “La Salida”, en un intento por derrocar a Nicolás Maduro. Los activistas de VP formaron tropas de choque para las protestas de guarimbas que en 2014 dejaron 43 venezolanos muertos, 800 heridos y una gran cantidad de propiedades dañadas. Docenas más murieron en una nueva ola de protestas respaldadas por el VP en 2017.
Aunque el VP ha sido efectivo en avivar la violencia, no ha logrado, sin embargo, ganar muchos votos. Ocupó el 8% de los escaños en las elecciones de 2015, en las que la oposición obtuvo el control de la Asamblea Nacional. Con 14 de los 167 diputados en la Asamblea, VP obtuvo la mayoría de los cuatro escaños en la coalición de la Mesa Redonda de Unidad Democrática. En las elecciones regionales de diciembre de 2012, su vicepresidente fue apenas el sexto partido más exitoso y tuvo un desempeño algo mejor en las elecciones municipales del año siguiente.
Fundado a finales de 2009 por Leopoldo López, el VP siempre se ha destacado por sus estrechos contactos con Estados Unidos, especialmente por sus relaciones con representantes diplomáticos de esa nación, según ha informado el Wall Street Journal.
López estudió en la Kennedy School of Government de la Universidad estadounidense de Harvard.
En lo interno, López maneja de manera hábil sus lejanos parentescos como tataranieto del líder independentista de América Latina Simón Bolívar, y su condición de bisnieto de un presidente y nieto de un miembro de un gabinete presidencial.
Entre 2000 y 2008 fue alcalde del Chacao, municipio venezolano de unos 65.000 habitantes.
Durante el golpe militar de 2002 López orquestó las protestas públicas contra el presidente legítimo y líder revolucionario Hugo Chávez y desempeñó un papel principal en el “arresto ciudadano” del ministro del Interior venezolano. En 2014 Leopoldo López fue sentenciado y condenado a 13 años de prisión por la fiscalía y el Tribunal Supremo de Justicia por incitar, planear y haber liderado la violencia durante las protestas de las guarimbas en ese año.
Se conoce que funcionarios canadienses tuvieron cercano contacto con emisarios de López tras su condena. En noviembre de 2014, su esposa Lilian Adriana Tintori Parra, conocida deportista y activista política venezolana, visitó Ottawa para reunirse con el ministro de Asuntos Exteriores John Baird, colega suyo en el gabinete conservador de Jason Kenney, Primer Ministro de Alberta desde 2019, y líder del Partido Conservador de esa provincia desde 2017. Tras conocer a la esposa de López, Baird demandó la libertad de éste y de otros terroristas presos políticos del VP.
Tres meses después, Carlos Vecchio, Coordinador Nacional de Política del gobierno fantasma de Guaidó, visitó Ottawa junto con Diana López, hermana de Leopoldo López, y Orlando Viera-Blanco para hablar ante la Subcomisión de Derechos Humanos de la Comisión Permanente de Asuntos Exteriores y Desarrollo Internacional de Naciones Unidas donde, en conferencia de prensa, atacaron al gobierno venezolano y en un foro de la Universidad McGill discursearon sobre la supuesta “crisis por declive de la democracia y la represión de los derechos humanos en Venezuela”.
El gobierno espectral de Juan Guaidó nombró a Carlos Vecchio y Orlando Viera-Blanco como sus embajadores en Estados Unidos y Canadá, respectivamente. En octubre de 2017 Vecchio y la diputada Bibiana Lucas asistieron a una reunión de un grupo Anti-Maduro, celebrada en Toronto.
Canadá indudablemente ha fortalecido la posición de línea dura del VP dentro de la oposición. Un artículo del Wall Street Journal de febrero titulado “¿Qué diablos está pasando?”, pregunta ¿Cómo es que un pequeño grupo se incautó del control de la oposición?
Como escribe el escritor y activista político de Montreal Yves Engler, los venezolanos no necesitaban que Canadá viniera a dar impulso a un partido marginal que solo podrá contribuir a llevar a su país a un conflicto cada vez más grave y complejo.
*Manuel E. Yepe, periodista cubano especializado en política internacional, profesor asociado del Instituto de Relaciones Internacionales Raúl Roa de La Habana, miembro del Secretariado del Movimiento Cubano por la Paz.
- Especial para el diario POR ESTO! de Mérida, México.