Noel Manzanares Blanco – Cubainformación.- Desde Washington circula un reporte de prensa según el cual diplomáticos estadounidenses han escuchado que el Presidente Constitucional de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, planea presentar una petición contra el gobierno de Donald J. Trump en la Asamblea General de Naciones Unidas, firmada por millones de venezolanos/as (1). Agrego que en esta oportunidad, no se trata de una invención yanqui sino de una posibilidad avalada por esa suerte de “obsesión de un imposible” que caracteriza a DJT contra la Revolución Bolivariana (2). Pero ahí no se detiene la trama.
Solamente en lo que va de este mes, son múltiples las noticias acerca de las jugarretas anti-venezolanas concretadas por algunos de los aliados de la Oficina Oval.
Amparados en la protección que brinda el “Norte revuelto y brutal” —y sin descontar que en “Las bases militares en Colombia, el Comando Sur de EEUU y el plan contra Venezuela” firmado por Eleazar Díaz Rangel hace poco más de año y medio se argumenta que “nunca como ahora el peligro de una agresión militar ha estado presente y debemos verlo como una posibilidad real en la actual política de Washington” (3)—, en los últimos días se explicó cómo tuvo lugar la desintegración del más reciente plan terrorista contra la nación sudamericana concebido como una gestión vandálica planificada desde Bogotá y a cargo del ex general venezolano Clíver Alcalá Cordones (4). Ello, según lo manifestado al cierre de Agosto por el Vicepresidente de Comunicación, Turismo y Cultura, Jorge Rodríguez, en una rueda de prensa —no de espalda a un artículo de Bloomberg.
En este contexto, ¿casualmente? Maduro dijo tras una reunión con el alto mando militar, su gabinete y altos funcionarios del Estado: “En los últimos tres meses se ha intentado desde la inteligencia del gobierno colombiano, captar suboficiales y oficiales venezolanos para afectar el sistema de radares, el sistema de defensa aérea y sus aviones, el sistema defensa antiaérea y el sistema misilístico venezolano”. “Afortunadamente los servicios de inteligencia (y) la moral de nuestros (...) soldados ha podido contrarrestar, detener y atajar esas pretensiones de penetrar la capacidad de defensa de Venezuela” (5).
Y asimismo ¿casualmente? me resultó interesante el juicio que consta en el rótulo “¿Estamos frente a una guerra entre Colombia y Venezuela?” donde Marco Teruggi refiere que el propio Maduro decretó la alerta naranja por la amenaza de guerra desde su vecino y anunció que habrá ejercicios militares en todo el eje de frontera —seguramente, pensando que había que estar preparado militarmente para evitar/persuadir acerca del no a la guerra; y de paso inquiere Teruggi —para luego argüir: “¿Puede darse una guerra entre ambos países? ¿O acaso la guerra comenzó años atrás y nadie lo anunció?” (6).
Por demás, asistimos a un escenario enrarecido por la mismísima Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos que largamente complementa la cruzada de Trump contra el pueblo venezolano y su Revolución (7), toda vez que ella en las últimas horas reflejó un bochorno para los sectores de la Izquierda en Latinoamérica, a saber:
“Mi oficina ha seguido documentando casos de posibles ejecuciones extrajudiciales cometidas por miembros de las Fuerzas de Acción Especiales de la Policía Nacional —conocidas como FAES— en algunos barrios del país”. “Tan sólo en el pasado mes de julio la organización no-gubernamental 'Monitor de Víctimas' identificó 57 nuevos casos de presuntas ejecuciones cometidas por miembros del FAES en Caracas” (8) —lance desmontado por Venezuela en el Consejo de DDHH (9).
Así, me imagino que se comprenda mi posición al reprochar no solo que un vocero yanqui anunciara que Trump preparaba “otras herramientas” para presionar al Presidente Constitucional de Venezuela Nicolás Maduro y sacarlo del papel que le otorgó el pueblo (10), sino que también voté a favor de que la pasada Cumbre del G7 fuera una oportunidad para que los Movimientos sociales se pronuncien contra el “odiador en jefe” y en apoyo de las actitudes del Gobierno venezolano (11). Todo, al tiempo que he insistido/insisto en que las personas amantes del progreso de las grandes mayorías reflejen repudio de cara a las embestidas Made in USA.
Concluyo: dando por hecho que me siento completamente involucrado con que nuestras Fuerzas Armadas Revolucionarias se sumen a la recogida de rúbricas que tiene lugar en varios sitios de la Mayor de las Antillas en respaldo y apoyo a la Revolución Bolivariana y Chavista, a la Unión Cívico-Militar de su pueblo y a su Presidente Constitucional Nicolás Maduro Moros, en un justo reclamo del cese de las brutales agresiones multilaterales de Estados Unidos contra Venezuela (12); acredito que sobran razones para que representantes del Palacio de Miraflores en la venidera Asamblea General de la ONU acusen al jefe de la Casa “Oscura” por sus innumerables acciones contra el grueso de venezolanos/as, como una muestra más de que llegó la hora de paralizar a Trump en sus desmanes vs. el mundo y como un reclamo a que podamos contar en tal sentido con la buena voluntad de hombres y mujeres de cualquier latitud. ¡Amén!
Referencias:
1.- https://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/america-latina/venezuela-es/article234918702.html.
4.- http://misionverdad.com/la-guerra-en-venezuela/cliver-alcala-terrorismo-colombia.
12.- http://www.juventudrebelde.cu/cuba/2019-09-09/firmas-de-solidaridad-con-venezuela.
