“…y al dar con él, los celadores de la población, por sospechas de que ambos habíamos estado en una casa donde reinaba la peste, sellaron las puertas y no nos dejaron salir, … ni pude hallar mensajero alguno para traerla: tal temor tenían todos a contagiarse”. Romeo y Julieta de William Shakespiare.
Wilkie Delgado Correa
Frente a la pandemia hay una respuesta general que está determinada por la idiosincrasia del cubano que se cimenta en una cultura histórica que le confiere su resiliencia ante los rigores de la vida y le impulsa en sus mecanismos de defensa.
Los seres humanos siempre se han visto azotados por factores hostiles. Los han asediado gérmenes patógenos diversos causantes de enfermedades, otras especies animales, fuerzas físicas y químicas de su medio, que han interferido el curso normal de su vida. A medida que llega el envejecimiento de su organismo, su resistencia a estas fuerzas hostiles disminuye y por fin sucumbe. Pero siempre reacciona contra ellas. La naturaleza le ha dotado, como a todos los animales, del estímulo más poderoso, la fuerza para conservar su vida y perpetuar su especie.
Cada pueblo tiene su grado de civilización inherente, o sea, un estadio de progreso material y espiritual que se refleja en lo social, económico, cultural y político, y que les son propios como atributos de su cultura, que expresa el conjunto de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en épocas determinadas.
Ante una enfermedad como la COVID-19 que, dado su carácter de pandemia, afecta a todos los países del mundo, con millones de personas enfermas y cientos de miles fallecidas, cabe resaltar que para enfrentarla se ha debido recurrir, por primera vez en la historia de la humanidad, a la medida sanitaria de reclusión de los enfermos y al aislamiento social más o menos generalizado de las personas sanas y a otras medidas excepcionales a fin de evitar la propagación de la epidemia. De ahí que esta sea una experiencia histórica en el campo de la ciencia, la medicina, la epidemiología, la sociología y la cultura.
Cada pueblo, --según sus recursos, su organización y estrategias frente a la epidemia--, ha enfrentado un problema de vida o muerte, con resultados variables en cuanto a eficiencia, y en que la acción gubernamental y social ha sido un factor determinante del éxito o el fracaso.
En el abordaje del papel de la cultura cubana como comportamiento y actividad humana que afronta e interpreta la realidad o plasma lo imaginado con los recursos plásticos, lingüísticos, sonoros y visuales, en el presente se deben destacar algunos aspectos esenciales:
-Teniendo como antecedentes el hecho de que desde la antigüedad se ha comprobado la relación de la música con los enfermos y enfermedades específicas y señalado su uso como una especie de psicoterapia, es lógico entender que en la pandemia de la COVID-19, que afecta a las personas enfermas y sanas sometidas a distintas circunstancias y condiciones, la música haya jugado su papel particular.
En Cuba la música se ha transmitido con una intencionalidad especial como forma de recreación y bálsamo psicológico y espiritual ante el confinamiento predominante de los habitantes en sus domicilios, y ha incluido creaciones con temáticas especificas sobre la enfermedad y el protagonismo médico. El enfoque humorístico también ha estado presente. Y el género del punto cubano o del verso improvisado, declarado patrimonio inmaterial de la humanidad, ha hecho su contribución destacada en voz de artistas profesionales y de niños cultores de esta manifestación musical. Todos los géneros de la música cubana han estado representados en esta época y seguramente en el futuro esta experiencia coyuntural alcanzará una dimensión cimera con los recursos instrumentales plenos, con las instituciones y escenarios culturales restablecidos y con una elaboración de autoría de calidad superior. Un hecho creador singular es que como intérpretes han participado tanto artistas profesionales como aficionados e improvisados, utilizando las vías audiovisuales de la radio, la televisión y las redes sociales.
-Es conocido que la literatura en sus expresiones de novela, poesía y dramaturgia reviven aspectos de las realidades del mundo. Y los escritores, si bien deben ser veraces, disfrutan una mayor libertad creativa en comparación con los historiadores. Como personalidades representativas de la cultura nacional, han participado en actividades y mensajes que tienen el propósito de participación en el conjunto de acciones sociales para enfrentar la pandemia.
Ya que el escritor siempre utiliza su experiencia propia, anota lo que ha visto, lo que ha sentido y pensado, y también ha visto la enfermedad, antes y ahora, y conoce que un padecimiento grave o una circunstancia vital amenazadora puede ser el punto culminante en la vida de un hombre. Por su formación específica conoce que muchos grandes escritores fueron víctimas de enfermedades, la tuberculosis, como en el caso de Shelley, Keats, Whitman, Chéjov, Dostoiesvki y otros. También conoce que la literatura ha reflejado en forma directa las enfermedades presentes en los personajes de ficción o en el ambiente familiar y social que constituían su entorno. De ahí que la relación entre literatura y la medicina haya sido manifiesta en las obras más significativas en distintas épocas.
Como ejemplo de estas relaciones y el reflejo de las enfermedades en los asuntos de algunas obras, resalta la introducida por Shakespeare en su obra Romeo y Julieta, su primer tragedia escrita cuando contaba veintiocho años de edad, y publicada en 1597. En la obra se hace referencia a la peste y su introducción como un factor que determina el desenlace final de la muerte de Romeo y Julieta. He aquí el diálogo de dos de los personajes:
“Fray Lorenzo.- Esa voz debe ser la de fray Juan. ¡Bien venido de Mantua. ¿Qué dice Romeo? O si viene por escrito su pensamiento, dame la carta.
Fray Juan.- Yendo en busca de un hermano descalzo de nuestra Orden, que se hallaba en esta ciudad, visitando los enfermos, para que me acompañara, y al dar con él, los celadores de la población, por sospechas de que ambos habíamos estado en una casa donde reinaba la peste, sellaron las puertas y no nos dejaron salir. De suerte que aquí tuve que suspender mi diligencia para ir a Mantua.
Fray Lorenzo.- ¿Quién llevó entonces mi carta a Romeo?
Fray Juan.- No la pude mandar, aquí está de nuevo, ni pude hallar mensajero alguno para traerla: tal temor tenían todos a contagiarse.
Fray Lorenzo.- ¡Suerte fatal!”
Existen suficientes razones para justificar la aparición de personajes enfermos y descripciones de enfermedades en muchas obras de la literatura desde la antigüedad hasta nuestros días. Así Bocaccio describió muy bien la peste en la Introducción del Decamerón y la convirtió en el pretexto de su colección de cuentos. El médico y escritor Bullein publicó en 1564 un Diálogo contra la peste que mostraba como reaccionaban las personas ante la proximidad de la muerte. Por su parte Daniel Defoe, en El Diario del año de la peste, de 1722, describió el azote de la enfermedad en Inglaterra. A. J. Cronin en su obra Las llaves del reino, abordó los efectos de la peste teniendo como escenario a China. En fin, es larga la presencia del tema en la trama de las obras significativas de todos los tiempos.
En el futuro habrá ocasión para valorar cómo este periodo de pandemia generará un reflejo necesario en las obras de los creadores.
Si tenemos ejemplos de cómo experiencias específicas de confinamiento y otras situaciones han influido para que personas comunes o sobresalientes hayan producido obras de gran impacto y relevancia, es esperable la aparición de obras que reflejen este momento especial de nuestra historia. Los diarios son un género especial y de gran repercusión social. Baste recordar el Diario de Ana Frank, en el pasado, que refleja la experiencia vivida y sufrida por la adolescente y su familia en una buhardilla ante la persecución nazi. Es una obra estremecedora que dio testimonio de una época y fue fiel reflejo del comportamiento humano en condiciones especiales de auto aislamiento.
-La plástica también han hecho su aporte al reflejo y transmisión de un mensaje de alerta personal y social ante la pandemia, y está por ver en el futuro si alguna obra trascendente se cosechará, como síntesis de todo lo producido o concebible, tal como el Guernica de Picasso.
-Finalmente en el enfrentamiento a la pandemia hay una respuesta general que está determinada por la idiosincrasia, que incluye los rasgos, temperamento, carácter, etc., que son distintivos y propios de cada individuo y de la sociedad. Se cimenta en una cultura histórica que le confiere su resiliencia ante los rigores de la vida y le impulsa en sus mecanismos de defensa. En general, en Cuba este un factor favorable por la misión educativa de los componentes sociales, aunque exista una minoría ínfima que se aparte de la norma.
*Doctor en Ciencias Médicas. Profesor de Mérito y Doctor Honoris Causa de la Universidad de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba.