Geraldina Colotti - Resumen Latinoamericano / Cubainformación.- «Sra. Reina Isabel de Inglaterra, voy a escribirle porque durante 43 años, en Argentina, he dedicado mi vida a los que tienen menos … En estos días, me di cuenta de que su país, siempre colonialista, ha decidido robar los ahorros en oro del pueblo venezolano, depositados en los bancos ingleses … De una mujer del pueblo a una mujer que reina: ¿no parece un abuso de su parte? ¿No parece escandaloso este robo?

Tania Díaz, vicepresidenta de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), lee la carta enviada a la Reina de Inglaterra por Hebe de Bonafini, cofundadora de la Asociación de Madres de la Plaza de Mayo en Argentina. Estamos en el medio del programa no. 26 “En línea con BRICS-PSUV”, realizado por Beverly Serrano y Antonio Páez y dirigido por Tania Díaz, vicepresidenta de la comisión de Propaganda Agitación y Comunicación (APC) del PSUV.

El episodio se titula “Bitácora de la emergencia global- Sanciones, robo de oro y territorio. Saqueo imperial. ¿Ceder o luchar? «. La militante palestina Susana Kalhil, en línea desde Canadá, el eurodiputado español de Izquierda Unida, Manu Pineda, en línea desde Bruselas, y la que escrive, en conexión desde Italia, discuten con Tania.

Los países europeos, tanto los que operan dentro de la Unión Europea como los que, como Gran Bretaña, han salido de ella, siguen las indicaciones de Donald Trump, dedicándose a verdaderas operaciones de piratería internacional contra la Venezuela bolivariana.

Cientos de millones de euros en valores, divisas y oro están bloqueados en los bancos británicos, portugueses, belgas y alemanes, y mientras tanto continúan generando intereses en beneficio de los bancos y en detrimento del pueblo venezolano.

¿Por qué esos oro y valores se encuentran fuera del país? Debido al sistema financiero capitalista, que impone sus mecanismos a nivel mundial. Solo la reserva de oro mantenida en los bancos autorizados para evaluarla, de hecho, permite obtener un préstamo a los países del sur que poseen el oro, proporcional a esa evaluación.

Aunque Venezuela ya pagó el préstamo solicitado, el oro se mantuvo en bancos europeos tras el bloqueo económico-financiero decidido por Trump en 2018. En ese momento, el diputado de extrema derecha, Juan Guaidó, aún no se había proclamado «presidente de interino» de un país donde nadie lo ha elegido.

Sin embargo, ahora, con un fallo arbitrario y peligroso porque crea un precedente sobre la jurisdicción internacional, un tribunal inglés decide apoderarse del oro de Venezuela. Una decisión obviamente política. Como pretexto, de hecho, cita un pronunciamiento igualmente extraño de la Corte Suprema inglesa con el que se reconoce a como el representante de la República Bolivariana de Venezuela, no a su legítimo presidente Maduro, sino al títere de Trump.

Desde los Estados Unidos hasta Europa, se está formando una especie de nuevo Plan Cóndor económico, legal y financiero en el que los sicarios de cuello blanco de los bancos, de las instituciones y de los tribunales jurídicos sin competencias desempeñan la función de asesinos. Que para nombrar al legítimo embajador en Gran Bretaña sea el presidente Nicolás Maduro, a quien debe responder el representante de la diplomacia inglesa en Caracas, no hay duda.

No obstante, el objetivo es crear un poder paralelo que erosione con la fuerza la legalidad de las instituciones internacionales, segun la voluntad del gran gendarme norteamericano. Cuando los organismos internacionales se interponen, son ignorados (como en el caso de la ONU con respecto a Palestina), se les niega y se construyen otras instituciones artificiales, maleables y cómplices.

Se otorga crédito a representantes directos de los intereses de América del Norte. En este caso, surgió una figura oscura que responde al nombre de Vanessa Neumann, una empresaria a sueldo de la CIA. La autonombrada «embajadora» de Guaidó, a pesar de ser ciudadana estadounidense, está planeando vender la zona rica en petróleo del Esequibo, disputada por Venezuela y Guyana, a Inglaterra.

Para el nuevo colonialismo europeo, lo importante es apropiarse del botín, desafiando cualquier legalidad internacional. Una tendencia ya clara en el momento del ataque a Libia, cuando Muammar Gaddafi fue asesinado para que los bancos europeos pudieran mantener el oro depositado en sus cajas fuertes, donde continúa dando sus frutos.

En aquel entonces, el comandante Chávez tuvo la intuición de repatriar gran parte del oro de Venezuela de los bancos europeos. En ese momento había una gran esperanza de que las nuevas correlaciones de fuerza no asimétricas pudieran imponer otras dinámicas en la globalización capitalista, comenzando por la integración sur-sur.

 La sentencia absurda en primera instancia de la corte inglesa, contra la cual ha apelado el gobierno bolivariano, corre el riesgo de crear un precedente también para otros bancos europeos, como el alemán, que son aún más rapaces en tiempos de coronavirus.

Para poner su mano sobre los inmensos recursos de Venezuela, que no benefician a la oligarquía, sino al pueblo organizado en el socialismo bolivariano, la «vieja Europa» procede con la hipocresía habitual: por un lado se proclama campeón de democracia, por el otro empuja incluso para «sancionar» a los diputados de la derecha moderada que aceptaron el diálogo con el gobierno bolivariano en vista de las parlamentarias el próximo 6 de diciembre. Al mismo tiempo, evita que diputadas como Tania Díaz o Gladys Requena, segunda vicepresidenta del ANC, viajen a Europa y traigan las razones de Venezuela a las instituciones internacionales.

Un complejo sistema de lobby mueve las decisiones del Parlamento Europeo, dentro del cual actúan personajes como Leopoldo López Gil, padre del líder de Voluntad Popular quien, según el Wall Street Journal, es el «gurú de Guaidó». El artículo en el periódico estadounidense confirmó lo que el gobierno bolivariano denunció con respecto a los planes de golpe organizados por López en la embajada española, donde se refugió después de escapar de la prisión y participar en el intento de golpe de Estado del 30 de abril de 2019.

En consequencia, Maduro le había dado a la embajadora de la UE 72 horas para abandonar el país. La decisión volvió atrás después de un acuerdo diplomático y una declaración conjunta entre el canciller Jorge Arreaza, y el jefe de la diplomacia europea, Joseph Borrell.

 Un doble éxito para la diplomacia bolivariana que, por un lado ha levantado una bandera de dignidad contra el neocolonialismo europeo, por otro, ha obtenido un reconocimiento de facto de la UE, una organización que comenzó a emitir «sanciones» en 2017 y que, en su mayoría, reconoce el autoproclamado.

Pero los ataques contra Venezuela también sirven para enmascarar los escándalos que estallan en varios países europeos, comenzando desde España, donde se vuelven a lanzar las noticias falsas decididas por los centros de pensamiento de Miami. El programa BRICS-PSUV mencionó la difusión de un informe reciente de la CIA desclasificado en 2011 y redactado en 1984, que se refiere al ex presidente español Felipe González. En ese informe, se explica cómo González, ex secretario general del Partido Socialista Español (PSOE) había creado un «grupo mercenario» paramilitar, controlado por el ejército, para eliminar a los militantes de ETA.

Se trata del GAL, que ha actuado sin ser molestado contra los vascos también en territorio francés. En 1982, las «democracias» de la vieja Europa, en Italia practicaron la tortura de estado por orden de los Estados Unidos. En Inglaterra no se hizo menos con los militantes del IRA, y Alemania ya había «suicidado» en prisión a los líderes guerrilleros de la RAF.

La hipocresía de los gobiernos europeos, bien apoyada por los principales medios de comunicación, alimenta la confusión sobre la realidad venezolana. También se puede ver en Italia, donde, con razón de los eurodiputados de derecha y centro izquierda, que apoyan al autoproclamado en el Parlamento Europeo, se presiona al gobierno para que abandone la actitud de «neutralidad» moderada y se adhiera plenamente a la línea Trump.

La información que llega al lector italiano tiene como objetivo crear confusión. Los autoproclamados enviados se presentan como «representantes de la Asamblea Nacional en Italia», representantes del «ala democrática de Venezuela», y son recibidos en el Vaticano para agradecer al Papa por la beatificación de Gregorio Hernández, el «médico de los pobres»… Como si la oligarquía venezolana tuviera el destino de los pobres en su corazón.

Y, de hecho, Mariela Magallanes y Armando Armas, representantes en Italia de la Asamblea Nacional y Presidenta de la Comisión de Asuntos Exteriores de la república virtual de Guaidó, se reunieron con el partido de extrema derecha Fratelli d’Italia, que reafirmó «el compromiso con una verdadera transición democrática en Venezuela, donde el 85% de la población sufre hambre y 11,000 niños aún mueren de desnutrición».

Es porque se preocupan por los niños de Venezuela que, en lugar de permitir que la ONU use la venta del oro venezolano para comprar medicinas y alimentos, el Parlamento Europeo apoya las sanciones de Trump. Es por eso que la Unión Europea durante la «conferencia mundial de donantes» decide proporcionar fondos millonarios no al gobierno bolivariano que asiste a más de 60.000 migrantes venezolanos que regresan, sino a los gobiernos neoliberales de América Latina que organizan la desestabilización de Venezuela .

Mientras escribimos, se está discutiendo una nueva moción en el Parlamento Europeo sobre la «situación humanitaria y política en Venezuela y la crisis migratoria», preparada por el Partido Popular Europeo, el primer grupo político del Hemiciclo donde actúa Leopoldo López Gil. Entre los argumentos presentados, también las noticias falsas publicadas por ABC, según las cuales Hugo Chávez habría entregado una maleta con 3,5 millones de euros al Movimiento 5 Estrellas, ahora al gobierno en Italia.

Muy activo, el eurodiputado de simpatías monárquicas, Antonio Tajani. Hace años, Tajani atacó al diputado chavista Dario Vivas en el aeropuerto y, después de que ABC difundiera la fake news sobre la supuesta maleta, se fue bajo la embajada venezolana en Italia para gritar contra el «dictador» Maduro

Mientras tanto, la ofensiva de las grandes agencias humanitarias financiada por la CIA ha comenzado a desacreditar la democracia participativa de Venezuela y preparar el terreno para ignorar las elecciones parlamentarias.

Y la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, también ha agregado su lenguaje bifurcado al de la Unión Europea. Por un lado, admitió, de hecho, que el gobierno bolivariano ha abierto todas las puertas a su institución y que las sanciones de Trump y la UE han tenido graves consecuencias para el pueblo venezolano, pero por el otro, ha seguido con la acusación a Venezuela de violar los derechos humanos.

El eurodiputado español Manu Pineda, elegido para Izquierda Unida (IU), en nombre de su formación rechazó las «acciones arbitrarias, injustas, ilegales e ilegítimas» del Parlamento Europeo, porque siguien los deseos de Trump, y «violan la ley internacional, además de los principios democráticos y la soberanía de Venezuela».

Izquierda Unida denuncia «la actitud hipócrita de la Unión Europea que, mientras pretende comprometerse a elecciones legislativas ‘inclusivas y creíbles’ en Venezuela, sanciona a los sectores de izquierda y derecha que trabajan por el diálogo y la búsqueda de acuerdos democráticos, muy lejos por las estrategias violentas que los Estados Unidos imponen».

Y, desde Italia, el Partido de la Refundación Comunista-Izquierda Europea también ha lanzado una campaña europea para la suspensión de las sanciones contra Venezuela. «Creemos, escribe el llamamiento, que las medidas coercitivas unilaterales implementadas e intensificadas por el presidente Trump contra el gobierno de la República Bolivariana de Venezuela son ilegales e injustificadas». Además, “en las circunstancias actuales que enfrenta la humanidad con la pandemia de Covid-19, se convierten en medidas inhumanas que socavan el esfuerzo internacional para superar la difícil situación actual».