Por Arthur González*/Martianos-Hermes-Cubainformación.- Envenenados por su odio contra la Revolución cubana y sus 60 años de fracasos en sus continuos intentos por derrocarla, Estados Unidos arremete con la obra más sagrada, que es la medicina, esa que salva vidas en los lugares más recónditos del mundo, algo que nunca aceptarían realizar los médicos yanquis.

Con el único propósito de arreciar la guerra económica y financiera contra Cuba, los yanquis se lanzan a demonizar la colaboración médica cubana, para cortar la entrada de divisas al país, y así lo declararon sin pudor Pompeo y Mnuchin, secretario del Tesoro de Estados Unidos, aunque con ello queden sin protección de salud cientos de miles de pacientes en el mundo.

Esa presión política fue aceptada por Jair Bolsonaro en Brasil, Lenin Moreno de Ecuador y la junta golpista en Bolivia, los tres lacayos de Washington. El resultado se constató durante la inesperada pandemia del Covid-19, que hizo colapsar los sistemas de salud de esos países, la no contar con la colaboración de los médicos cubanos y por supuesto, fueron los más humildes quienes pagaron con sus vidas, sin que a esos presidentes les importaran sus muertes.

No conforme, Estados Unidos presiona a la OMS y la OPS, amenazándoles con retirarles el apoyo financiero, sino rechazan públicamente la contratación del personal de la salud de Cuba, la cual pretenden calificar de “esclavitud”, en sus cruzadas mediáticas para desinformar a la opinión pública mundial, pero la realidad es mucho más fuerte que esa guerra psicológica made in USA.

En los últimos 10 años, Cuba ha prestado ayuda en 66 países del mundo, de estos 30 en África, 25 en América y 10 en Asia, Pacífico, Medio Oriente y Europa.

Se le suma el personal de la Salud que integra la Brigada Henry Reeve, los que acudieron a prestar su apoyo solidario contra la pandemia del Covid-19 en 35 países, a solicitud de sus gobiernos; de ellos 15 países del Caribe, 5 de Latinoamérica, 10 de África y 5 de Europa y el Medio Oriente, quienes como misioneros religiosos se enfrentan a la enfermedad con valentía y un alto nivel profesional y humano, como ningún otro Estado en el mundo ha hecho.

Ese gesto, que habla del valor y solidaridad de los médicos, enfermeros y técnicos de la salud de Cuba, irrita a los yanquis que se ven acorralados por sus mentiras y acciones criminales para estrangular a un pueblo, que no lanza bombas como ellos, sino brinda ayuda a la sanación de enfermos sin mirar otra cosa que la vida humana.

Cuando estén los resultados de la investigación que la OMS y OPS que realizarán debido al chantaje mezquino de Estados Unidos, tendrán que exponerle al Secretario de Estado Mike Pompeo, que en los pasados 10 años el personal médico de Cuba, según datos oficiales, atendió a más de 103,611,900 pacientes, de esta cifra más de 257,158,100 fueron niños; realizaron más de 705,600 intervenciones quirúrgicas y un poco más de 230,000 partos, elementos que hablan por sí solos de lo que hacen esos “esclavos”, como desean calificarlos quienes no son capaces de prestar tal servicio, aunque les paguen en oro.

En la mundialmente reconocida Operación Milagro, consistente en operaciones de cataratas y otras enfermedades oftalmológicas, las brigadas cubanas intervinieron quirúrgicamente, a cientos de miles de pacientes que pudieron recuperar su visión, hecho que bastaría para otorgale el Premio Nobel de la Paz a esos galenos.

Los yanquis han mentido tanto sobre Cuba, que ya es muy difícil creerse sus inventos fantasiosos contra los médicos y enfermeros cubanos.

El trabajo solidario de la medicina cubana ha sido reconocido entre otras personalidades, por la Dra. Erthatin Cousin, Directora ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos de la ONU; la Directora de la Organización Panamericana de la Salud, la Dra. Carosa F. Etienne y por Michael Marmot, Director del Instituto Internacional de Sociedad y Salud del colegio Universitario de Londres, así como y por Joaquín Molina, representante de la OPS/OMS en Brasil.

También ha sido reconocido por el Director del Instituto Nacional de Salud y Cuidados de Excelencia, profesor David Haslam y la Sra. Kalypso Chaikidou, directora de relaciones Internacionales y el Profesor Shah Ebraim, de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres y en el Centro del Sur de Asia para enfermedades Crónicas, de Nueva Delhi, India, durante sus visitas de trabajo a Cuba para comprobar sus avances.

La máxima dirección de la OMS reconoció la excelente labor de los médicos cubanos por su combate contra el Ébola en África y el Cólera en Haití.

Esperemos que Mike Pompeo y Donald Trump, no se infarten al comprobar los excelentes resultados de la labor humanitaria del personal cubano, porque la propaganda maliciosa de que son “esclavos” se irá al suelo de inmediato.

Sabio fue José Martí al afirmar:

“El deber de un hombre está allí donde es más útil”