Wilkie Delgado Correa* - Cubainformación.- En conclusión, estas pueden ser las respuestas a esos flojos, confundidos o vendidos, algunos de los cuales han llegado al extremo de profanar la bandera nacional y los bustos de Martí y otros delitos, que azuzados y pagados desde el extranjero pretenden provocar un motín desde un supuesto movimiento espurio de cultura.


Maestro, permítame que le llame de esta forma tan conocida por el pueblo cubano y que refleje un aspecto cardinal de su misión en vida y la siemprevida de estos años y del futuro. Permítame que  intente conversarle en espíritu sobre asuntos que en su tiempo fueron desvelos y ocupación suyos, porque lo eran de su patria y de nuestra América, y que hoy permanecen vigentes, claro que con sus variantes de épocas y circunstancias, y rondan en nuestras existencias y en el destino de nuestras naciones, como si hubieran cambiado poco, en este largo lapso, la filosofía política, ideológica, cultural y social.

Maestro, en este mundo actual y en este momento particular de la historia, la comunicación entre los hombres de uno a otro confín se realiza con una prontitud y fidelidad antes insospechadas  a pesar de  que aún no esté al alcance y se halle, hasta vedada, a una parte  mayoritaria de la humanidad que es víctima de la pobreza, la  marginación y la incultura.  

En este mundo que vivimos, extenso y disímil,  con grandes contrastes en la distribución de sus riquezas materiales y espirituales, con extraordinarios desafíos para el alcance de su pleno desarrollo y felicidad, nos corresponde actuar y contribuir con una obra nacida de lo mejor de nosotros mismos, como Ud. lo hiciera en su época, a que, paso a paso, la humanidad se conozca mejor, se empeñe en convertir en realidad viejos y nuevos sueños, se transforme en protagonista  de su propio destino y viva al fin liberada del miedo y la mise­ria en un clima de prosperidad y paz. Por un mundo mejor vale la pena luchar un día y otro y hasta toda la vida. Es parte del deber desinteresado que todos los hombres tenemos con esta huma­nidad que constituye la patria común de todos. Para suerte, Maestro, su frase “Patria es humanidad”, es esencia de la política cubana.

Por una consecuencia de su legado, Maestro, la vida y la obra buena de todos los hombres y, en especial, la de los grandes hombres que han descollado por su consagración y aportes al desarrollo de las mejores causas de los hombres y de los pueblos, debe ser el cimiento sólido sobre el cual se erija la construcción de una humanidad más plena, unida y feliz.

Maestro, nuestra Patria de hoy, la suya, acosada todavía por el mismo “vecino hostil”, que Ud. denunciara, se rige por esta idea esencial: “La Revolución ha venido a enseñar, a Cuba, cómo está constituida, y qué puede esperar o temer del porvenir”.

Y para esos trasnochados, Maestro, para aquellos que odian y pretenden aún deshacer el fruto alcanzado gracias a la Revolución Cubana, la obra más acabada y trascendente de nuestro pueblo a lo largo de sus duras batallas por la felicidad, cabe ponerles enfrente el valladar de sus palabras: ”Cuba reclama su independencia a que tiene derecho por la vida propia que sabe que posee, por la enérgica constancia de sus hijos, por la riqueza de su territorio, por la natural independencia de éste, y, más que por todo, y esta razón está sobre todas las razones, porque así es la voluntad firme y unánime del pueblo cubano”.

¡Qué bien que Ud. lo supo expresar, Maestro, con aquella frase lapidaria en una coyuntura respecto a Cuba!: “Bribones”, les calificó, y ante sus estupideces era necesario castigarlos como se merecían. Porque era su convicción de que República es el mundo de muchos, el valor de todos, igual mérito; ódiese la bajeza, el disimulo, la hipocresía, la falsa virtud, la vileza que suele enmascararse con frases llameantes y hasta simpáticas”.

¿Cuánta bajeza y cuanta sinrazón esgrimen algunos personajes ya sean enanos o grandes, maduros o inmaduros, intelectuales o artistas asociados a causas promovidas por la nación que justamente Ud. calificara en su tiempo como: “Vecino esencialmente hostil y diverso…vecino avieso… desdeñoso vecino… Roma americana”.

Maestro, ante los flojos, confundidos o vendidos de hoy y sobre el maridaje posible entre los Estados Unidos y los vendepatrias de adentro y de afuera, qué bueno que Ud. nos legara, para todos los tiempos, ideas como las siguientes:

“Yo no necesito ganar una batalla hoy; sino que, al ganarla, desplegar por el aire el estandarte de la victoria del mañana, una victoria sesuda y permanente que nos haga libres…,ahora y después”.

“Los hombres van en dos bandos. Los que aman y fundan y los que aman y deshacen”.

“A un plan obedece nuestro enemigo: el de enconarnos, dispersarnos, dividirnos, ahogarnos. Por eso obedecemos nosotros a otro plan: enseñarnos, burlarlo, hacer por fin nuestra patria libre. Plan contra plan. Sin plan de resistencia no se puede vencer un plan de ataque”.

“El enemigo tiene que trabajar por el enemigo… “…abrir la casa a nuestros enemigos es darnos a ellos”…”lo decisivo se ha de hacer de modo que el enemigo no lo vea…”

“Es preciso que Cuba sepa quiénes y para qué, quieren la anexión (...) Esta clase de hombres que favorecen vehementemente la anexión de Cuba a los Estados Unidos (...) Todos los tímidos, todos los irresolutos, todos los observadores ligeros, todos los apegados a la riqueza, tienen tentaciones marcadas a apoyar esta solución (...)”

“El pecado no está en equivocarse de ruta, y creer que sea remedio lo que no lo es, sino en perpetuar el carácter flojo e indeciso”. “Cuba es así, y hay rábanos y coles, nacidos en suelo cubano, que desconfían de su país (...)”

 “Los más sórdidos e inútiles, los más serviles y mercenarios, befan o rebajan el sacrificio noble a que jamás ayudaron con sangre, ni bolsa, o que por cortedad de alma, no pueden entender ni amar”.

“De los gruñones, de los descontentos, de los impotentes, no hay que sacar modelo (...)”

“Esos cómodos son ladrones; son desertores; son míseros, que en el corazón del combate huyen, y dejan por tierra las armas.”

“Los que se miran flojos, y se ven flojos, todo lo tienen por flojo, lo mismo que ellos; sin ver que Cuba está ahíta de valor (...)” “No se da un paso en Cuba sin encontrar una virtud (...) En mi tierra hay todas las virtudes que se necesitan para hacerla por fin respetada y dichosa (...) porque la mayor parte de los cubanos somos buenos.”

“(...) Y en Cuba no peleamos por la libertad humana solamente; ni por el bienestar (...) ni por el bien exclusivo de la isla idolatrada, que nos ilumina y fortalece con su simple nombre: peleamos en Cuba para asegurar, con la nuestra, la independencia hispanoamericana.”

“El país va a donde debe… Se calla lo que no es preciso decir… Mucho daño hace en este mundo la cobardía, mucho la indecisión, mucho la política importada… Los pueblos continúan, no retroceden… El cubano sabe que hay un camino al frente, pero no sabe que haya ningún camino atrás… El cubano es indómito… es independiente, moderado y altivo. Es su dueño, y no quiere dueños… A tiempo, y con dignidad, haremos lo que debemos”.

“… ¿Qué deben hacer los verdaderos amantes de la patria…?: Predicar revolución… Estamos aquí para impedir que el enemigo acorrale al abanderado, o caiga en malas manos la bandera:…Aquí somos la vigilancia y el amor, la cordialidad y la centinela, la pasión, razonada por el juicio, de cuanto lleve con decoro el nombre de cubano”.

“Quizás crean que falta a Cuba las dotes superiores, con que han de contar los pueblos para aspirar con éxito a su independencia: la constancia, la abnegación y la unión…En nosotros hay masa pública, que conoce y adora la libertad, que la habla y la escribe, que la razona y la acomoda a lo verdadero, que la defenderá con las uñas y con los dientes… ¡Allí estaremos todos, defendiéndola! No hay placer como el de defenderla: el cubano, antes que la libertad, se arranca la vida.

“Las malas acciones me entristecen, como si las cometiera yo, y las buenas me dan bríos para pelear… Son algunos los vendidos y muchos los venales, pero de un bufido del honor puede echarse atrás a los que, por hábito de rebaño, o el apetito de las lentejas, se salen de las filas en cuanto oyen el látigo que los convoca, o ven el plato puesto… ¡Para todo hay en este mundo imbéciles y viles!... De traidores está América cansada, y que sólo le hablan de su muerte fatal y de su ineptitud Hay que cargar los barcos de esos insectos dañinos, que les roen el hueso a la patria que los nutre”.

“El pueblo más grande no es aquel en que una riqueza desigual y desenfrenada produce hombres crudos y sórdidos y mujeres venales y egoístas; pueblo grande, cualquiera que sea su tamaño, es aquel que da hombres generosos y mujeres puras. No es rico el pueblo donde hay algunos hombres ricos, sino aquel donde cada uno tiene un poco de riqueza. En economía política y en buen gobierno distribuir es hacer venturosos”.

”La honradez es el vigor en la defensa de lo que se cree, la serenidad ante las exigencias de los equivocados, ante el clamoreo de los soberbios, ante las tormentas que levantan los que entienden mejor su propio provecho que el provecho patrio”.

“Los peligros no se han de ver cuando se les tiene encima, sino cuando se les puede evitar… Para todo hay ciegos, y cada empleo tiene en el mundo su hombre… Pueden creer los hombres superficiales, los hombres ilusorios, los hombres imitativos, que un pueblo fuerte y complacido en su primacía, reconocerá paridad a un pueblo mínimo”.

“No deduzco de los vítores que sean reconocidos por los Estados Unidos los derechos cubanos: tengo fe en que el martirio se impone, y que lo heroico vence. Ni esperamos su reconocimiento, ni lo necesitamos para vencer… Pero si los gobiernos se hacen egoístas, y los pueblos ricos se apegan a sus riquezas y obran como avaros viejos, la humanidad es en cambio perpetuamente joven. El entusiasmo no ha tenido nunca canas… Podrán los gobiernos desconocernos, los pueblos tendrán siempre que amarnos y admirarnos”.

¡Oh, no!: la simpatía no puede estar con la boca del león… La yanquimanía… Esos se han manchado ofreciendo a los Estados Unidos pedazos de la tierra nacional o ayuda contra sus repúblicas hermanas…, esos pretenden entregar sus ruinas a un extranjero ávido y desdeñoso…; esos desertores que piden fusiles en los ejércitos de América del Norte…; esos que dicen y viven… esos sietemesinos… los que no tienen fe en su tierra son hombres de siete meses”.

La libertad cuesta muy cara,  y   es  necesario, o resignarse  a vivir sin ella, o  decidirse a comprarla  por su precio…  Ningún beneficio  se adquiere sin gran costo… Que nadie goce de un beneficio cuyo precio no ha pagado”.

“Unos hombres  piensan en sí más  que  en sus  semejantes,  y  aborrecen los  procedimientos de justicia de que les puedan venir incomodidades o riesgos. Otros hombres aman a sus semejantes más que a sí propios, a sus  hijos más  que a la misma vida… y se exponen a la muerte por dar vida a la patria”.

“…Hemos peleado como  hombres, algunas veces  como gigantes, para ser libres”.

“Esto es muerte o vida y no cabe errar…;  un error en  Cuba, es un  error en  América, es un error en la humanidad moderna. Quien se levanta hoy con Cuba,  se levanta  para todos  los tiempos”.

”…de nuestras esperanzas, de  nuestros métodos, de  nuestros compromisos,  de nuestros propósitos, de eso, como del plan de las batallas se habla después de haberlas dado…”

”Eso  es lo que debemos hacer  todos juntos, los de mañana y  los  de  ayer,  los convencidos de siempre y los que se vayan convenciendo…; juntos, pues, de una vez,  para hoy y para el porvenir…”

”Que todos nos ocupemos,  juntos  siempre, en  conocer  lo que tratamos de mejorar,  todos juntos. Que la Patria tiene hoy  una  gran necesidad,  y es desertor el  que no acuda hoy mismo a ella…”

”De mi  natural inquietud, nada le diré: sepa sólo que mi energía  para obrar  es tanta como  mi prudencia  para decidir. Ni me aloco, ni pierdo minuto. Es  la revolución lo que tenemos  que salvar…

La revolución  nos  salvará. La revolución puede ser. La revolución crece”.

”A los que a la par que se oponen a la Revolución, admiran a este  pueblo, ¿cómo pudo ser este pueblo lo que  es,  sino  por la  Revolución?”

Siento que jamás acabarán mis luchas…  Tengo  razón para ir más contento  y seguro  de lo que usted pudiera imaginarse. No son  inútiles la verdad y la ternura”.

“¡Cómo me regocijo al volver hacia atrás  mis ojos,  de no haber  concebido   un solo pensamiento,  ni dicho una sola palabra de intransigencia o de odio, ni siquiera cuando, para encauzar males que no se  podían suprimir,  para  dar forma útil a grandezas adorables, tenía las manos puestas en la  guerra!”

”No  hay más medio de vivir después de muerto,  haber sido  un  hombre  de  todos  los  tiempos, o  un  hombre de su  tiempo”.

”Debemos vivir en nuestros tiempos, batallar en ellos, decir lo cierto bravamente,  desamar el bienestar impuro y vivir  virilmente… Se  ha de vivir y morir abrazado  a la verdad.  Y así,  si se cae, se cae en una hermosa compañía…Triunfaremos”.

“Lo que tengo que decir, antes que se me apague la voz y mi corazón  cese de latir en este mundo,  es que mi patria posee  todas las virtudes…” “La lucha no ha cesado… La nueva generación es digna de sus padres… Sólo con la vida cesará entre nosotros la batalla por la libertad”.

En conclusión, estas pueden ser las respuestas a esos flojos, confundidos o vendidos, algunos de los cuales han llegado al extremo de profanar la bandera nacional y los bustos de Martí y otros delitos, que azuzados y pagados desde el extranjero pretenden provocar un motín desde un supuesto movimiento espurio de cultura.

 

* Doctor en Ciencias Médicas, Doctor Honoris Causa, Profesor Titular, Consultante y Profesor de Mérito de la Universidad de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba. 

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