Por Arthur González*/Martianos-Hermes-Cubainformación.- ¿Puede ser democrático un estado que solo les impone sus criterios a otros, a base de sanciones?


Por esa razón Estados Unidos es una dictadura que manipula las relaciones internacionales de acuerdo a sus intereses y aquellos que no se arrodillen a sus pies, son castigados con múltiples sanciones. Los ejemplos son muchos y se destacan Cuba, Rusia, China, Irán, Siria, Corea del Norte, Venezuela y Nicaragua, por solo mencionar los que más sanciones reciben.

Desde 1959 Estados Unidos inició una escalada de sanciones contra Cuba, al percatarse que el gobierno revolucionario no aceptaría someterse a sus órdenes, como hicieron los antecesores desde 1902.

Su respuesta dictatorial fue instrumentar restricciones comerciales para afectar la economía, evitar las satisfacciones del pueblo y demostrar que era deficiente y debían derrocarlo.

La primera sanción en julio de 1960, fue dejar de comprar el azúcar cubano y no venderle petróleo, creando un efecto negativo en la economía de la Isla, hasta que la URSS ofreció su ayuda.

La CIA, en marzo de 1960, inició actos de terrorismo con la exposición del buque francés La Coubre, que dejó un saldo de 101 muertos y decenas de mutilados física y psíquicamente, el primero de una larga lista contra el pueblo cubano.

El 19 de octubre de 1960 el régimen de Estados Unidos prohibió toda exportación de productos yanquis a Cuba, e inicia el reclutamiento de emigrados cubanos en Miami, para ejecutar una invasión armada. Internamente la CIA creó los primeros grupos contrarrevolucionarios que realizan acciones terroristas contra centros comerciales, de producción y servicios, cines, teatros y escuelas, actos dirigidos directamente contra la población civil.

En abril de 1961, se materializa la invasión armada por Bahía de Cochinos, con mercenarios cubanos entrenados por la CIA, derrocada en 67 horas. Ante la aplastante derrota, los yanquis planifican nuevos planes subversivos para desestabilizar al gobierno revolucionario, en la conocida Operación Mangosta, aprobada por J.F. Kennedy en febrero de 1962, que incluía una invasión con el ejército norteamericano, a partir de auto provocaciones que la justificarían.

Dicha Operación contenía tareas para perpetrar actos terroristas, acciones políticas, psicológicas y militares, operaciones de espionaje y el asesinato de sus gobernantes.

Un informe secreto del Comité de Inteligencia del Senado, confirmó ocho intentos de matar a Fidel Castro, entre 1960 y 1965, así como planes adicionales contra otros líderes cubanos, los que continuaron hasta casi finalizado el siglo XX.

Estos hechos bastan para demostrar que Estados Unidos es una dictadura y no un estado democrático, porque quienes no acepten sus órdenes, pagan su rebeldía con sanciones y la muerte.

En enero de 1961 rompen relaciones diplomáticas con La Habana y prohíben todos los viajes y transacciones financieras de los ciudadanos estadounidenses a Cuba. Ese año el Congreso estadounidense aprobó la Ley de Cooperación Internacional, que prohíbe toda ayuda a cualquier país comunista, incluida Cuba y aplica la Ley de Comercio con el Enemigo, único país que enfrenta esa sanción.

Un año más tarde formalizan la guerra económica, comercial y financiera, que consta con ese calificativo en la propia Operación Mangosta. Por presiones de la Casa Blanca, en 1962 Cuba es expulsada de la OEA para cercarla política y económicamente.

En 1963, el gobierno estadounidense emitió las Regulaciones al Control de los Activos Cubanos (CACR, por sus siglas en inglés), en virtud de la sección 5.b de laLey de Comercio con el Enemigo, de 1917. El objetivo expreso de esas sanciones dice: “aislar económicamente al gobierno cubano y privarlo de dólares estadounidenses”.

CACR prohíbe la exportación directa o indirecta de productos, servicios y tecnología estadounidenses a Cuba. La Oficina de Control de Bienes Extranjeros del Departamento del Tesoro, OFAC, es la encargada de aplicar esas disposiciones mediante un conjunto de regulaciones.

CACR establece para los que violen esas sanciones, castigos penales que oscilan entre 10 años de prisión, multas a empresas de hasta un millón de dólares estadounidenses y multas individuales de hasta 250.000 dólares. También pueden imponer castigos civiles de hasta 55.000 dólares.

La dictadura de Estados Unidos no conforme y frustrada al no alcanzar sus objetivos, aprueba en 1992 la Ley para la Democracia en Cuba (Ley Torricelli), que prohíbe a las filiales de empresas estadounidenses establecer relaciones comerciales con Cuba, prohíbe a los ciudadanos estadounidenses viajar a Cuba y prohíbe enviar remesas familiares.

Uno de los objetivos de dicha Ley es: “tratar de conseguir una transición pacífica a la democracia y la reanudación del crecimiento económico de Cuba, mediante la aplicación cuidadosa de sanciones contra el gobierno de Castro y apoyar al pueblo cubano”.

La Ley Torricelli pone como condición que: “los alimentos, medicinas y los suministros médicos para fines humanitarios, sólo pueden ponerse a disposición de Cuba cuando el gobierno cubano haya cambiado, mediante elecciones libres y justas”.

Cuba no cambia su rumbo socialista y, por tanto, Estados Unidos como dictadura total, aumenta sus sanciones para intentar doblegar al pueblo. En marzo de 1996, el presidente Bill Clinton firmó la entrada en vigor de la Ley para la Libertad y la Solidaridad Democrática Cubanas, conocida como Ley Helms-Burton y las sanciones adoptan una mayor fuerza de ley.

Esa ley pretende: “fortalecer las sanciones internacionales contra el Gobierno de Castro y planificar el apoyo a un gobierno de transición que conduzca a un gobierno electo democráticamente en la Isla”.

En octubre de 2003 el presidente yanqui creó la Comisión de Ayuda a una Cuba Libre, para elaborar planes y medidas que aceleren el proceso de transición en Cuba, hacia un denominado régimen “democrático y libre”. En mayo de 2004 aprueba el plan de tareas para llevar a efecto la soñada “Transición Pacífica a la Democracia”.

Barack Obama, a pesar de restablecer las relaciones diplomáticas, entre 2009 y 2016 impuso 52 multas a bancos extranjeros, ascendente a 14 mil 404 millones 358 mil 605 dólares, por violar las sanciones de Estados Unidos contra Cuba.

Al llegar Donald Trump a la presidencia, en enero de 2019, las sanciones se recrudecen, prohíbe las remesas familiares, la entrada de Cruceros a Cuba y los vuelos de Estados Unidos a provincias cubanas; suspende los intercambios culturales y académicos de norteamericanos a la Isla; activa el Título 3 de la Ley Helms-Burton, que permite demandar en tribunales estadounidenses, a personas afectadas por las nacionalizaciones después del 1 de enero de 1959 y prohíbe que bancos estadounidenses procesen transacciones bancarias relacionadas con Cuba, a través de terceros, operaciones conocidas como transacciones U-turn.

Sancionó a los jefes de las misiones médicas cubanas en el extranjero. Denegó licencias para el arrendamiento de aeronaves a aerolíneas estatales cubanas. Impuso la regla de denegar cualquier reexportación a Cuba, de artículos extranjeros que contengan más de un 10 % de componentes estadounidenses, prohibió el uso de dinero federal para intercambio cultural con la Isla y sancionó al Ministerio del Interior, de las Fuerzas Armadas y un amplio grupo de empresas y corporaciones comerciales cubanas, incluidos la casi totalidad de los hoteles del país.

243 fueron sus sanciones a Cuba, prueba fehaciente de su carácter de dictador

Antes de concluir su mandato, incluyó nuevamente a Cuba en la lista de Estado Patrocinador del Terrorismo.

Joe Biden continuó la misma línea, porque así es la dictadura yanqui, y en Julio 2021 sancionó al Ministro de las Fuerza Armadas Revolucionarias y a la Brigada Especial Nacional del Ministerio del Interior; al jefe de la Policía Nacional y a su vice director.

El 13 de agosto sanciona al ex jefe(retirado)de la Dirección Política del MININT, al jefe de la Sección Política de la Policía Nacional Revolucionaria y a la Dirección de Tropas de Prevención del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba. El 20 de agosto 2021 sancionó al Segundo jefe del Estado Mayor General y jefe de la Dirección de Operaciones de las FAR; al jefe del Ejército Central y al jefe de la Dirección de Establecimientos Penitenciarios del MININT.

Ni Adolfo Hitler asumió una actitud tan dictatorial como los presidentes yanquis, que hacen lo mismo contra Rusia, Venezuela, China, Irán, Nicaragua y Siria, en su desesperación por doblegarlos.

Nadie que se respete puede afirmar que Estados Unidos es una democracia, porque los hechos hablan por sí solos.

No se equivocó José Martí cuando dijo:

“Los pueblos de América son más libres y prósperos, a medida que se apartan más de los Estados Unidos”.

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