Gerardo Moyá Noguera*.- Los organizadores de la "marcha cívica por el cambio" organizados y convocados por la plataforma llamada Archipiélago es como una serpiente, está dando los últimos coletazos. No cabe más cinismo. "Cambio"; ¿qué cambio? Cuando Cuba cambió fue finalmente en el 59 cuando el invicto comandante en jefe, Fidel Castro Ruz entró en La Habana con parte de su ejército rebelde, mientras el dictador Batista unas horas antes, había huido, con todo el dinero que puedo llevarse en sus maletas, a Miami o quién sabe dónde.
Lo ocurrido estos días en la hermosa ciudad de Camagüey, siendo su secretario del PCC el compañero Ariel Santana Santisteban, dijo: "Es nuestra responsabilidad mantener a Camagüey como baluarte de la ganadería en Cuba". La iglesia, la "no cristiana" se posicionó al lado de los " pacíficos" manifestantes, como ocurrió en nuestro país en el 36 y durante el golpe de estado contra la II República, y para más escarnio dicen llamarse cristianos. Cristiano, como lo fue Chávez, significa ni más ni menos ser seguidor de Cristo; significa cuando seguimos a Jesucristo, llegamos a ser la persona que el padre celestial desea que seamos y no lo que el representante del arzobispado de Camagüey afirma en la defensa al llamado "padre" Alberto Reyes. Los buenos, en este caso concreto, o sea, los ciudadanos cubanos que llevan más de 60 años resistiendo las tropelias del imperio. Organizados por las autoridades provinciales de Camagüey, se han personado frente a la sede del arzobispo en señal de protesta contra la no manifestación no autorizada por el gobierno de Díaz-Canel. Así y todo el arzobispo de Camagüey en connivencia con el "padre" Alberto Reyes "denunciaron" estas interferencias por parte del digno y combatiente pueblo de Camagüey. Y todavía hay más. Al arzobispo de Camagüey le diría que no mezcle el nombre del primer comunista, a mi modo de ver y saber, de la historia del mundo. Jesucristo fue crucificado y murió por todos nosotros, no como algunos (la mayoría) de sacerdotes que viven y mueren en sus cómodas camas. Por favor, cojan el retrovisor de la historia y se pregunten ¿cuántos mártires ha tenido y tiene la revolución cubana? Estos sí que fueron y son auténticos cristianos.
Gerardo Moyá Noguera
*Presidende de la Casa de Amistad Baleares-Cuba
