Por Lazaro Fariñas*/Foto Virgilio Ponce -Martianos.- NOTA 1.- Es curioso, por defender al pueblo cubano y su derecho de vivir en una nación libre y soberana, muchos de aquí me mandan a irme para allá, y otros de allá, me invitan para que vaya a vivir en sus casas o que me pase largas vacaciones en un pueblo de la isla. Me es curioso como ambos se imitan.
A esos que tanto quieren que viva en Cuba, les puedo decir que vivo en EEUU desde hace 61 años y que vine para acá porque no me quedó más remedio, ya que tuve que escoger entre una celda en la prisión de Isla de Pinos o un cuarto en la Embajada de Uruguay en La Habana.
Como fui libre para escoger hace más de sesenta años, les digo que siempre he sido libre para escoger en donde vivir, que tuve fuertes problemas y discrepancias con el gobierno cubano en aquella época, pero que nunca he tenido problemas con Cuba, que considero mi Patria, la cual nunca la he dejado de defender, de querer y de desearle lo mejor.
Así es que mejor no sigan perdiendo el tiempo dando consejos de a donde debo vivir, porque soy libre, y consecuente conmigo mismo por eso vivo donde yo quiera vivir…
NOTA 2
Opinión escrita por mí en septiembre de 2001 para el libro Absuelto Por La Historia de mi entrañable amigo, Luis Báez, publicado en La Habana.
Pensamiento Profundo
Apenas tenía 11 años cuando oí el nombre de Fidel Castro por primera vez. Fue en la época del ataque al Moncada. A pesar de que aquel acto heroico me impresionó enormemente, nunca he llegado a sentirme su seguidor. Es más, durante los años sesenta lo consideré mi adversario. Al pasar los años y madurar mi pensamiento sobre la Revolución Cubana, sobre este hombre y sus relaciones con los Estados Unidos, he llegado a la conclusión de que, sin una personalidad como la de Fidel, el sueño de nuestros independentistas del siglo IXX se hubiese quedado en solo eso, un sueño. De Fidel Castro se puede ser enemigo, adversario, amigo o admirador, lo que no se puede es ser indiferente. En los pocos momentos que he compartido con él, me he dado cuenta que es un conversador incansable, de un extraordinario carisma y de un pensamiento muy profundo. Definitivamente, entró como un bólido en la historia de Cuba y ahí ha permanecido por años como su principal actor. Estoy seguro de que, después de su muerte, permanecerá para siempre impregnado en ella. Algunos lo tratarán de condenar y otros de absolver, pero a Fidel nadie tendrá la potestad de arrancarle de su nombre la bandera de la soberanía y la independencia de nuestra patria, que ha mantenido en alto, contra viento y marea, en estos tiempos difíciles y duros por los cuales ha caminado nuestro pueblo a finales del siglo XX y principios del XXI.
NOTA 3
La actuación de la administración del Presidente de EEUU Joe Biden en relación con el incendio de grandes proporciones en la ciudad de Matanza me provoca vergüenza ajena. Es increíble que el Sr. Presidente haya actuado con tanta mezquindad ante tan inmensa tragedia. Yo que tanto quiero a este país del cual hace decenas de años que soy ciudadano, me siento avergonzado ante tan lamentable respuesta del gobierno tan diferente a las respuestas de los Presidentes Nicolás Maduro de Venezuela y Andrés Manuel López Obrador de México.
La respuesta de Biden empequeñece la imagen de los Estado Unidos ante la opinión pública internacional, la de Maduro Y López Obrador engrandecen la dignidad y la moral de sus respectivos pueblos.
Gracias a ambos Presidentes por haber actuado con tanta rapidez y solidaridad. Como cubano que ama a la tierra que me vio nacer lo agradezco de todo corazón.
*Lazaro Fariñas, periodista cubano, residente en EEUU.
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