Por Arthur González - En Estados Unidos cualquier cosa puede ocurrir por ser el país de las mayores excentricidades, incluso las declaraciones de altos funcionarios, como fue el caso del “fraude electoral”; considerar el virus de la Covid-19 como “un simple catarro”, o la recomendación de “tomar cloro” para eliminarlo.


Pero todo tiene límites y calificar a Cuba de país terrorista, como afirmó en días pasados una congresista por Florida, al presentar una ley denominada Ley Force, con el propósito de cortarle al presidente de Estados Unidos, la posibilidad de sacar a la Isla de la espuria lista de países patrocinadores del terrorismo, demuestra su mala memoria y el derroche de cinismo.

En declaraciones a la prensa, la susodicha representante aseguró que “Cuba es un país terrorista”, sin presentar prueba alguna evidenciando su desconocimiento de quién es el verdadero estado terrorista.

Nacida en Miami, junto a ladrones, asesinos y torturadores del régimen del dictador Fulgencio Batista acogidos por el gobierno estadounidense como “refugiados”, en una etapa de su carrera periodística vivió en luna de miel con las autoridades comunistas de la Isla, donde desayunaba y cenaba con altos dirigentes, pero presiones de la mafia anticubana, la obligaron a dar un giro en su posición, convirtiéndose en una acérrima enemiga de Cuba.

Para conocer en verdad de quién es el país patrocinador del terrorismo, debería leerse el libro de la estadounidense Jane Franklin: “Cuba-Cronología de una historia”, publicado en 1997, que recoge la historia de los sucesos vividos desde 1959 hasta el 26 de diciembre de 1995 y las acciones ejecutadas por el régimen yanqui contra Cuba.

En esa cronología, la Congresista “desmemoriada” o carente de conocimientos históricos, comprobará que el 2 de febrero de 1959, a solo un mes de triunfo revolucionario, el ciudadano estadounidense Allen Mayer, fue arrestado llegar a Cuba en una avioneta, con el objetivo de asesinar a Fidel Castro.

Antes de mentir sobre Cuba, debe estudiar la verdad histórica y estudiar el acta (desclasificada) de la reunión 400 del Consejo de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, celebrada el 26 de marzo de 1959, donde el director de la CIA, Allen Dulles, planteó elementos contra la Revolución que marcaron decididamente la política anticubana y su escalada subversiva, incluidas las acciones terroristas.

Desde antes del triunfo revolucionario, ya la CIA ejecutaba actividades para evitar que Fidel Castro asumiera el poder, como se plasma en el libro autobiográfico del oficial David Atlee Phillips, The Night Watch, publicado en 1977.

El 13 de agosto de 1959, Cuba frustró un plan de invasión a la Isla, con la participación del gobierno de República Dominicana en vínculos con la CIA, para el cual, en abril de 1959, William Morgan, agente estadounidense infiltrado en el ejército revolucionario, estableció contacto en Miami con el cónsul dominicano, coronel Augusto Fernando.

Los días 11 y 21 de octubre de 1959, aviones procedentes de Estados Unidos bombardearon centrales azucareros en las provincias de Pinar del Río y Camagüey.

El mismo 21 de octubre otro avión arrojó bombas y ametralló en varias calles de la capital cubana, causándole la muerte a dos personas y 45 heridos. En declaración ante el FBI, el traidor Pedro Luis Díaz Lanz, confesó ser el autor del crimen, pero Estados Unidos se negó a extraditarlo.

Ese mismo mes, el día 22, otro avión yanqui bombardeó un tren de pasajeros en la provincia de Las Villas. Acciones terroristas a solo meses del triunfo revolucionario, que financió el régimen de Estados Unidos.

Tales actos continuaron en 1960 cuando el 21 de enero otro avión procedente del norte, lanzó bombas de cien libras sobre la ciudad de La Habana, causando daños de consideración. Algo similar ocurrió los días 28 y 29 en la provincia de Oriente y el 7 de febrero, para incendiar campos de caña de azúcar.

El 18 de febrero 1960, explotó el avión piloteado por el estadounidense Robert Ellis Frost, cuando bombardeaba un central azucarero en la provincia de Matanzas. Ante la denuncia de Cuba, el Departamento de Estado reconoció que la aeronave partió de territorio yanqui.

El 4 de marzo de 1960 la CIA hizo estallar en el puerto de La Habana, el buque francés La Coubre, cargado con 31 toneladas de municiones y 44 de granadas para fusiles FAL, adquiridas en Bélgica. La acción terrorista, dejó un saldo de 101 muertos, mayormente destrozados y quemados, más 200 heridos y mutilados.

En declaraciones del coronel Sheffield Edwards, el 30 de mayo de 1975, ante el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, el entonces director del Office of Security de la CIA, reconoció que, desde el mes de agosto de 1960, la agencia inició el reclutamiento de miembros del llamado crimen organizado (mafia italo-norteamericana), para ayudar al asesinato de Fidel Castro, ante el pedido de Richard Merwin Bissell Jr., entonces jefe de operaciones encubiertas de la CIA.

¿No recuerda la representante que ahora acusa a Cuba de ser un país terrorista, que personas al servicio de la CIA, colocaron petacas incendiarias confeccionadas por esa agencia, en varios centros comerciales de La Habana, como El encanto, el 13 de abril de 1961, donde murió quemada viva una empleada, y posteriormente La Época, los llamados Ten Cents de la cadena yanqui F.W. Woolworth Co. y Flogar?

En este último, uno de sus autores fue Carlos Alberto Montaner confeso, juzgado y después de fugarse de la cárcel, fue acogido en Estados Unidos donde goza de plena libertad.

Debe estudiar un poco de historia para conocer las confesiones del inspector general de la CIA, Lyman Kirkpatrick, publicadas el 1ro de marzo de 1998 en el diario Miami Herald, donde afirmó:

“En febrero de 1961 se realizaron 6 exitosas operaciones anfibias en Cuba, para llevar armas y explosivos, que redujeron a cenizas El Encanto”.

¿Intentará ocultar el crimen del 6 de octubre de 1976, cuando Orlando Bosch y Luis Posada Carriles, prepararon la explosión de un avión civil cubano, causándole la muerte a 73 seres humanos, sin que fueran juzgados?  Por el contrario, ambos recibieron refugio en Miami, a pesar de acumular decenas de asesinatos conocidos por el FBI.

La lista de actos terroristas contra Cuba es interminable, incluso respaldados por el plan presentado por la CIA ante el Grupo permanente del Consejo Nacional de Seguridad, aprobado por el presidente J.F. Kennedy, el 8 de junio de 1963, titulado: “Política encubierta y programa integrado de acciones propuestas hacia Cuba”, que contempla la organización de operaciones para la represalia económica y los objetivos de sabotajes.

Dicho documento expresa:

“Los sabotajes en este programa son tanto un arma económica como un estímulo a la resistencia; debe existir una visible y dramática evidencia del sabotaje…”

Entonces: ¿Quién es el verdadero país patrocinador del terrorismo?

Por eso afirmó José Martí:

“La historia no es cera que se amolda a nuestras manos caprichosas”.

 

 

La Columna es un espacio libre de opinión personal de autoras y autores amigos de Cuba, que no representa necesariamente la línea editorial de Cubainformación.

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