El supuesto “paraíso encantado”, del que tanto presumen los yanquis, está en una seria crisis al ponerse de manifiesto las debilidades de su sistema de las cuales no hablan, ni le fabrican campañas mediáticas para demostrar los problemas de su sociedad, pero que la propia vida se encarga de evidenciar, ante la paulatina depauperación del llamado “American way of life”, vendido al mundo como el mejor.


Esa sociedad que no se preocupa por satisfacer las necesidades básicas de su gente, como la salud, la educación y la cultura, carece de sistemas gratuitos y universales. Su principal industria es la guerra, para llenar los bolsillos de los magnates a costa de la muerte de millones de personas, incluida la de los propios estadounidenses, unido a las secuelas que arrastran aquellos que quedan con vida.

Hoy, Estados Unidos expone fracturas en su economía muy difíciles de resolver. El amplio negocio de las drogas, la prostitución, el juego y la industria de la pornografía, incluida la infantil, degradan día a día una sociedad enferma que venden a los demás como lo más supremo.

La venta libre de armas de todo tipo, provoca constantes tiroteos causantes de muertes masivas en centros escolares y un profundo daño psicológico en los sobrevivientes, sin que el gobierno tome medidas para prohibirlas, porque quienes manejan las riendas del negocio sufragan financieramente a senadores, representantes y hasta candidatos presidenciales, en un sistema electoral realmente corrupto donde se elige a quien más dinero disponga para costear las campañas, cada vez más costosas.

Datos oficiales exponen que las ventas de armas se dispararon un 64% entre 2019 y 2020, mientras se suspendieron muchos programas de prevención de la violencia. Por eso, la cantidad de niños menores de 18 años que mataron con un arma de fuego, creció de 836 en 2019 a 1,150 en 2020.

Otro elemento que afirma la decadencia del régimen imperial yanqui, lo expuso el doctor Selwyn Rogers, director fundador del centro de trauma de UChicago Medicine, quien aseguró que el número de menores de 16 años que llegan al hospital con heridas de bala, se duplicó en los últimos seis años.

A esto se suma que los adolescentes acusados de tiroteos son sancionados como adultos y enviados a cárceles de mayores, enfrentándose a castigos más severos, declaró Josh Rovner, director de justicia juvenil en Sentencing Project, quien apoya una reforma del sistema judicial.

Agregó que, solo en 2019, aproximadamente 53,000 menores fueron acusados como adultos y adolescentes, situación que amplía las probabilidades de ser victimizados mientras están presos; pero esta cruel realidad no es sancionada por el Parlamento Europeo, la OEA, ni la Comisión de Derechos Humanos de la ONU.

La pandemia de la Covid-19 puso al descubierto otras debilidades del aparentemente “poderoso” sistema yanqui, al no poseer una medicina comunitaria al alcance de todos, lo que provocó cientos de miles de muertos, enterrados en fosas cavadas en la tierra, escenario solo visto en países del llamado tercer mundo.

El incremento de indigentes en las calles durmiendo y comiendo de la basura, prueba la declinación de ese sistema capitalista que se precipita rápidamente barranca abajo y sin frenos, igualado a países subdesarrollados de Latinoamérica, África y Asia, donde los ricos son cada día más ricos y los pobres más pobres.

Las violaciones al fisco de muchos magnates, como el mismo ex presidente Donald Trump, prueban el agotamiento del régimen, reflejada también en otros países donde los ricos guardan sus jugosas ganancias en los llamados paraísos fiscales, para no abonar impuestos.

Hoy, producto del conflicto ucraniano-ruso, aupado por Estados Unidos en su intento por cercar militarmente a Rusia y con las sanciones a Moscú para arruinar su economía, el mundo paga el incremento del precio a los alimentos, el combustible, las medicinas, el servicio de agua y el de electricidad, más los alquileres, los precios de compra de viviendas y otros artículos de primera necesidad, hechos que ocasionaron una inflación incontrolable, incluso en el llamado “paraíso yanqui”, donde esa inflación lleva aparejada el hambre.

En Estados Unidos un número creciente de padres enfrentan fuertes dificultades para la adquisición de alimentos para sus hijos, debido a la rápida subida de precios, realidad que disparó las alarmas en las familias, según resultados de una encuesta ejecutada por la empresa IPSOS, publicados el 14 de marzo 2023 por la organización estadounidense Share Our Strength (Comparte Nuestra Fortaleza), cuyo objetivo es erradicar el hambre y la pobreza.

Dicho estudio arrojó que el 58 % de las familias de ingresos medios y el 68% de las que tienen ingresos bajos, en el último año han presentado mayores dificultades porque la actual inflación triplicó los precios, impidiéndoles poner en la mesa tres comidas diarias, unido a la elevación de los costos en todos los servicios básicos de un hogar.

Como consecuencia, se afirma que en Estados Unidos hay 12 millones de niños que sufren algún tipo de desnutrición y desde principios del 2020 la inseguridad alimentaria creció un 60 %, en parte por la situación económica sufrida por la pandemia de la Covid-19, ligado a las causas descritas anteriormente, que provocan la incontrolada inflación y la actual situación laboral que amenaza con aumentar el desempleo en los próximos meses.

La crisis bancaria, amortiguada por las acciones del gobierno para no desatar un caos similar al ocurrido en el 2008, prueba fehacientemente el fracaso del régimen estadounidense, aunque el actual presidente anuncie un plan para combatir el hambre en Estados Unidos, mediante una inversión de solo 8,000 millones de dólares, suma ridícula comparada con los 77,500,000,000 millones de dólares, asignados a Ucrania en un solo año, para sostener la guerra contra Rusia.

Ante esta realidad, la congresista yanqui Marjorie Taylor Greene, escribió en su cuenta de Twitter:

“La implicación de Estados Unidos en el conflicto en Ucrania, acarreará a su país males económicos nunca vistos y el dólar será reemplazado por el yuan. La guerra en Ucrania de los belicistas va a sumir a los estadounidenses en males económicos nunca vistos […] si cae el dólar. Ellos serán los culpables y Estados Unidos nunca se recuperará”.

Allá los que sigan creyendo en el paraíso estadounidense, porque como afirmó José Martí:

“Decir Estados Unidos no quiere decir perfección suma… ni de ellos tenemos nada que aprender”

 

 

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