La declaración final del noveno encuentro del Grupo de Puebla y del Consejo Latinoamericano de Justicia y Democracia (Clajud), concluido en la víspera en la ciudad mexicana de Puebla, realizó un llamado a la integración para la defensa de la integración de los países de América Latina y el Caribe.

Según declaraciones exclusivas a la multiplataforma informativa teleSUR, uno de los fundadores del Grupo, Marco Enríquez-Ominami, luego de dos jornadas de intensas sesiones, líderes de América Latina, el Caribe, España y Portugal plasmaron los acuerdos alcanzados en un texto fruto de debates y propuestas realizadas para enfrentar los desafíos de la crisis medioambiental y el reordenamiento geopolítico multipolar.

Asimismo, el texto denuncia las medidas coercitivas y unilaterales contra Venezuela y Cuba, a las que reconoce como violadoras de la carta de derechos humanos, constituyen una declaración de guerra y afectan a los más vulnerables.

Al respecto, expresa preocupación por el actual contexto político que vive la región, donde gana terreno una derecha antidemocrática, con ideología fascista que divide, se muestra contra el progreso y pone en riesgo el pluralismo.

En este sentido, alerta sobre el surgimiento de candidaturas de ultraderecha en Argentina y los descalificativos que ha emitido el candidato de extrema derecha de ese país contra el Papa Francisco; denuncia los intentos de sabotear la transición al Gobierno de Bernardo Arévalo en Guatemala, así como la guerra jurídica (lawfare) para deslegitimar al Movimiento Semilla mediante amenazas, allanamientos y detenciones arbitrarias.

Los declarantes expresan su confianza en que el proceso electoral ecuatoriano del próximo 15 de octubre “permita al país volver a la senda de la vitalidad democrática y reponerse de las consecuencias de la persecución política que han auspiciado medios e instituciones”.

El documento también insiste en que las intervenciones de potencias extranjeras, son contraproducentes para profundizar la democracia y la libertad de la región, e insta a superar la polarización a la que ha conducido la derecha radical.

“Recordamos que el escenario global, nos brinda a los habitantes de la región una oportunidad única para que, a través de una alianza regional, podamos defender nuestra autonomía, dignidad y la seguridad alimentaria y material de nuestros pueblos”, subrayó.

El Grupo también aplaude en su declaración la reactivación de organismos multilaterales como el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac)¸ comparte la voluntad de relanzar una nueva arquitectura financiera adaptada a las necesidades de la región y respalda el protagonismo geopolítico, soberano y ecológico que han tomado los actuales Gobiernos de Brasil y Colombia por la defensa de la Amazonía.

Propuestas concretas de la declaración

Inspirado en el liderazgo del presidente colombiano Gustavo Petro, el Grupo propuso la institución de un Modelo Solidario de Desarrollo en reemplazo del Modelo Neoliberal, basado “en la inclusión social, la generación de valor, la transición ecológica y energética, en una institucionalidad social y en la construcción de una nueva ciudadanía democrática".

En este sentido, se potencia la desdolarización de la economía mediante el uso de una canasta de monedas, como proponen los Brics, algunos países europeos y el mandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.

“Lamentablemente, esto está siendo manipulado mediáticamente en Ecuador para afectar la campaña electoral, haciendo creer que desdolarizar significa que las economías nacionales que utilizan el dólar como moneda nacional lo abandonen. Rechazamos esta campaña sucia”, puntualiza el texto.

El Grupo de Puebla también propone respaldar los esfuerzos del presidente colombiano, Gustavo Petro, para respaldar la paz, y enfatiza en que “la estrategia de Paz Total en Colombia es la paz de la región”.

Al respecto, insta a los países latinoamericanos y caribeños a acoger las propuestas de Petro de canjear la deuda por la acción climática y pagar por servicios ambientales, con el propósito de financiar la protección de la Amazonía.

Asimismo, llamó a “exigir a los países desarrollados que ratifiquen los protocolos y acuerdos globales de cuidado medioambiental y apostar por la promoción, difusión y acciones que permitan la concreción de los Acuerdos de Escazú”.

La declaración también expresó su voluntad de contribuir a la erradicación de todas las formas de discriminación y violencia de género, e instó a los Gobiernos progresistas a impulsar medidas “para erradicar todas las formas de violencia contra las mujeres, y promuevan la equidad, los derechos y las oportunidades con perspectiva feminista”.

Asimismo, el texto condena las acciones injerencistas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y la exacerbación de conflictos geopolíticos, como el de Ucrania.