El coordinador general del Frente Nacional contra el golpe de Estado, Juan Barahona, apuntó que una asamblea con representantes de todo el país el pasado domingo decidió que "esta es la tarea fundamental".

Uno de los documentos aprobados por los delegados expresa que el Frente ha asumido el compromiso para la instalación de una asamblea nacional constituyente popular, participativa, incluyente y democrática.

Esa alianza surgió horas después de la asonada castrense del 28 de junio pasado y en sus demandas iniciales se incluyó la elaboración de una carta magna, junto a la restitución del orden constitucional y del presidente derrocado, Manuel Zelaya.

Abundando sobre el tema, el abogado Rodin Rivera explicó que incluso la reinstalación del estadista no significa la restauración del orden constitucional, porque los otros poderes del Estado son golpistas: la Corte Suprema de Justicia y el Congreso Nacional.

En los antecedentes del golpe aparece en primer plano la oposición a la constituyente de los sectores que ocuparon el poder por la fuerza, a la cual aspiró llegar Zelaya mediante una consulta a la población el 28 de junio.

Se trataba de una encuesta, popularmente conocida como la cuarta urna, que frustró el secuestro de Zelaya y su traslado a Costa Rica por los militares, con apoyo de la mayoría de los legisladores y la Corte Suprema.

Los perfiles de la futura constituyente no están totalmente delineados, pero los miembros de la resistencia avizoran una carta magna con una democracia realmente participativa y una sociedad más justa y equitativa.

En lo que sí están de acuerdo todos los dirigentes consultados, es que la lograrán.

La asamblea nacional constituyente va con Zelaya o sin él, porque es un derecho y una aspiración del pueblo hondureño para transformar nuestra sociedad, afirmó Barahona.