Michel E Torres Corona - Cubadebate.- Hay un dicho que reza: “el papel aguanta todo lo que tú le pongas”.


Es un dicho analógico, por supuesto, porque en el mundo moderno el papel ha sido rebasado con creces. Hoy las redes digitales son el sitio idóneo para decir lo que sea, sin consecuencias aparentes. Esa libérrima condición propicia en los usuarios una sensación de impunidad, que a su vez determina en buena medida que se exacerben los peores instintos y conductas de los seres humanos.

Esa sensación de impunidad brinda a legiones de odiadores y trolls en internet la posibilidad de insultar y calumniar sin atisbo alguno de remordimiento, sin que exista un ejercicio de poder sancionador que les ponga freno. Ello influye de manera ostensible en el clima de toxicidad, intolerancia y violencia que muchas veces parece imperar en las redes digitales. Comienza entonces a conformarse una clara frontera entre lo que hace una persona en las redes y lo que hace frente a frente.

Esa frontera en Cuba siempre es nítida y no suele desdibujarse, salvo en aquel día ominoso del 11 de julio del año pasado. Ese día, las líneas se difuminaron y se dio una ósmosis en la que se desbordó lo peor del país: se empezaron a esparcir en las redes videos de vandalismo y fotos de las manifestaciones, algunas tergiversadas o por completo falsas.

A su vez, ese discurso de odio logró infiltrarse en las calles cubanas y, por primera vez en muchos años, se pudo escuchar a personas que le decían “claria” a otros, gente que gritó a los cuatro vientos que iba a quemar a los comunistas.

Un mes después de aquello salió la primera emisión del programa Con Filo, con Karima Oliva como conductora y guionista, y la percepción de que necesitábamos un espacio en el cual se dirimieran y analizaran polémicas que, por lo general, tenían su génesis en el ciberespacio. Esas controversias que se suscitan a cada rato, a veces entre los mismos revolucionarios, son el combustible predilecto para el quiebre de la unidad y la implosión del sistema. Había que perder el miedo y dejar atrás la paranoia: hablar, sin ambages ni afeites, de esos ataques que trataban de intimidarnos, de esas campañas plagadas de fake news.

El programa intentó siempre (e intenta) aportar herramientas, recursos cognitivos y habilidades al público televidente, para que se cuestionen todo lo que ven o escuchan en las redes digitales. Incluso, que nos cuestionen a nosotros, pero que no se pierda por incultura todo lo avanzado en materia de informatización. Ha tratado también de ser una tribuna para que todo aquel individuo o colectivo, teórico o activista, que defiende a la Revolución en sus ámbitos más íntimos, pueda llegar a mucha más gente.

Un año y casi cien programas después, seguimos batallando contra la toxicidad y la desinformación, seguimos aguantando los iracundos y a veces francamente pueriles ataques de los odiadores, seguimos defendiendo a la Revolución y al proyecto socialista refrendado en nuestra Carta Magna. Somos eso: un programa de contrapropaganda, un instrumento al servicio de la resistencia contra la guerra cognitiva que nuestros enemigos libran contra Cuba, un arma para rasgar la costura de la manipulación mediática.

¿Y ustedes, estimados lectores? ¿Qué creen del programa? ¿Ya hicieron su publicación en Facebook o su tuit en saludo a la emisión cien de Con Filo?

(Tomado de Granma)

 

Con Filo y las cien buenas provocaciones

Soledad Cruz Guerra

Con Filo anda ya por las cien buenas provocaciones, desafiando malos hábitos comunicacionales, descartando discursos trillados, esgrimiendo el desenfado inteligente y la ironía como armas frente a una guerra mediática que, si no fuera por el daño que ocasiona en mentes no suficientemente fortalecidas ante la avalancha, daría risa por sus ridículos argumentos, sus disparatadas propuestas y tanto sin sentido transformado en odio.

Con Filo tiene razón en burlarse de patéticos personajes que arremeten con medias verdades y descaradas mentiras contra Cuba, como si este fuera el único país del mundo que sufriera la crisis que se va extendiendo y profundizando por el planeta.

Con Filo no niega los problemas ciertos y agudizados en la sociedad cubana, reconoce errores, la necesidad de ser eficientes ante desaguisados que demuestran lo contrario, pero en su defensa al derecho a la soberanía, a arreglar nuestros problemas por nosotros mismos, se siente una bocanada de aire fresco que no disminuye la veracidad de los enfoques, la seriedad de las respuestas al ataque constante sino que propicia una mirada aguda desde el revolucionador espíritu de los más jóvenes comunicadores.

Pero, ATENCIÓN, renovarse es un imperativo del pasar de los días y las emisiones. Larga vida a este afilado espacio de martes y jueves en las noches de Cubavisión.

(Tomado del perfil de Facebook de la autora)

Opinión
Lo último
La Columna
Cuba otra vez en la calle... desistan ya!
CUBA No Es Miami.- Tanto lo pidieron que se les hizo realidad... creo que es hora de desistir... los cubanos se tiraron a la calle! Aquí solo la evidencia de la capital cubana... pronto tenbremos más... Dale play #cubanoesmiami Suscr&ia...
La Revista