Zelaya consideró el cuartelazo del 28 de junio en Honduras como la mayor crisis política ocurrida en el área desde los conflictos armados de los años 80 y denunció que la asonada mantiene paralizados los procesos de desarrollo e integración.

En un mensaje a los presidentes centroamericanos, publicado hoy, denunció el mandatario hondureño que su secuestro y destierro a Costa Rica fue una conspiración político militar para detener las transformaciones sociales impulsadas por su gobierno.

"Debemos actuar con diligencia para que la historia brutal de guerras, de violencia, golpes de Estado con secuelas de muertes y sangre que creímos superada en Centroamérica, no regrese", afirmó.

Zelaya, quien desde su retorno al país el 21 de septiembre se encuentra en la embajada de Brasil, recordó que el pueblo hondureño en resistencia realiza una gesta pacífica y heroica y ha puesto una gran cuota de sacrificio.

Denunció que en los seis meses de régimen de facto se reportaron más de cuatro mil 200 violaciones a los derechos humanos, 130 asesinatos de miembros de la resistencia, cinco jóvenes masacrados durante manifestaciones pacíficas y más de tres mil detenciones.

Por otra parte -dijo- varios medios de comunicación recibieron amenazas y dos de ellos, Radio Globo y el canal 36, fueron cerrados y ocupados militarmente.

"Detener estos actos criminales contra nuestras democracias es una obligación moral de todo centroamericano", declaró Zelaya y llamó a sus homólogos del área a no apoyar al presidente surgido de las elecciones efectuadas bajo el golpe de Estado.