Laura V. Mor / Fotos y Video: Yaimi Ravelo: Victor Villalba Gutiérrez/ Resumen Latinoamericano – Cuba

La Habana, 31 de agosto de 2023.-  Cada 30 de Agosto, desde 2011, la Asamblea General de la ONU conmemora el Día Internacional de las Víctimas de las Desapariciones Forzadas, como una forma de rendir homenaje a las millones de personas desaparecidas alrededor del mundo, mantener viva la memoria y plantear estrategias a nivel de Estados para refrenarlas.

La Convención Internacional para la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas –ratificada por Argentina en 2007 y por Cuba en 2009- es un Tratado de Derechos Humanos adoptado en la Asamblea General de Naciones Unidas el 20 de diciembre de 2006 que entró en vigor en 2010 y se constituyó en el primer instrumento específico para combatir las desapariciones forzadas, tipificadas en su artículo 2 como  “el arresto, la detención, el secuestro o cualquier otra forma de privación de libertad que sean obra de agentes del Estado o por personas o grupos de personas que actúan con la autorización, el apoyo o la aquiescencia del Estado, seguida de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o del ocultamiento de la suerte o el paradero de la persona desaparecida, sustrayéndola a la protección de la ley”.

Conmemorando este día, Luis Ilarregui, Embajador argentino en Cuba, resaltó la importancia de mantener viva la memoria desde la institucionalidad del aparato estatal, pero también desde obras como la que este jueves llevaron a cabo Ramiro Poce y Yamila Zabala, ambos hijos de desaparecidos argentinos a manos de las fuerzas de seguridad durante el terrorismo de Estado en Argentina y militantes de la agrupación Hijos por la Identidad y la Justicia, contra el Olvido y el Silencio (HIJOS).

“Ahora siempre”, un libro que reúne más de 50 textos basados en la propia experiencia de hijos e hijas de detenidos-desaparecidos ante el horror de la dictadura cívico-militar instaurada en Argentina entre 1976 y 1983.

Adela Segarra, exdiputada nacional y compañera del actual Embajador argentino, recordó el rol del Estado argentino en las últimas décadas en materia de Derechos Humanos y en lo referido a las políticas que apuntan a la búsqueda de verdad y justicia sobre lo ocurrido durante la última dictadura cívico-militar en Argentina. En ese sentido, reivindicó la importancia de continuar en ese camino desde la institucionalidad, teniendo en cuenta la corriente negacionista que intenta instaurar agenda en la opinión pública y los medios hegemónicos de comunicación en Argentina en particular y con la “derechización” política a nivel mundial.

 “La figura de la desaparición forzada es muy dolorosa porque se extiende en el tiempo”, señaló la abogada argentina Yamila Zabala Rodríguez, durante la conmemoración realizada en el Espacio de la Memoria de la Embajada de Argentina en Cuba.

Recalcó la importancia de hoy poder hablarlo, algo que no ocurría en la década del ´90, donde reinaba en Argentina una “sensación de impunidad” avalada por los indultos que el entonces Presidente Carlos Menem había otorgado a los cuadros militares condenados en el Juicio a las Juntas de 1985.

“Empezamos a construir nuestra propia voz”, dijo Yamila.  De eso se trata “Ahora siempre”, el libro presentado este jueves en Cuba, Con el objetivo de recolectar la mayor cantidad de escritos posibles de aquellos compañeros y compañeras que fueron parte de HIJOS en estas tres décadas, surgió la idea de esta obra colectiva, ganándole a ese silencio impuesto del que hablaba Yamila.

“Ahora siempre” aunque es un libro que habla del dolor y la incertidumbre vivida a lo largo de los años, no necesariamente es un libro sobre la tristeza; sino que -como explicó Ramiro Pose, comunicador social e hijo de desaparecidos- relata a través de cada texto la forma en que cada uno, individual pero colectivamente, pudo transformarse y acompañarse en la búsqueda de verdad y justicia, en esa memoria practicada todos los días, como comentó Yamila.

El largo camino para (re)construir su identidad, sus anhelos y esperanzas, los recuerdos de sus padres, los sentimientos de aquellos días y los de hoy se plasman en cada historia individual de esta creación colectiva que –como expresó Ramiro- “se siente como propia”. Algunos en forma de poesía, otros como relatos históricos, pero todos apelando a esa reconstrucción histórica tan necesaria de la propia historia más allá de lo jurídico, en ese “generar nuestra propia voz”, que mencionaba Ramiro, tantas veces silenciada.