Granma.- Por primera vez el método cubano de alfabetización Yo sí puedo cruza el Atlántico y llega a Europa para ayudar a miles de ciudadanos de la región española de Andalucía.

En varios puntos de la capital andaluza Sevilla, se desarrolla un pilotaje con el cual organizaciones políticas como el Partido Comunista y la Juventud Comunista de Andalucía y otros amigos progresistas, iniciaron una experiencia única en el Viejo Continente, destaca hoy el rotativo Granma.

El proyecto se acomete con audacia y la voluntad de muchos jóvenes españoles, quienes comenzaron hace ya un tiempo el censo y la captación de facilitadores, para lograr que más de una veintena de personas hayan obtenido ya su certificación de letrado, en un esfuerzo en el que intervienen funcionarios del Ayuntamiento de la capital andaluza.

Francisco Manuel Silva, delegado de Juventud y Deporte del Ayuntamiento y secretario político provincial de la Juventud Comunista de Andalucía, explicó la "aplicación del método Yo sí puedo tiene ante todo el carácter pionero de las políticas de izquierda que estamos intentando utilizar en la ciudad.

"Es la primera vez, subrayó, que se aplica en Europa. Para nosotros significa además la denuncia de que los datos oficiales sobre el analfabetismo en nuestra localidad sea la muestra del subdesarrollo intelectual y cultural al que han sometido a nuestros ciudadanos.

Reveló que de los 700 mil habitantes de esa región, unos 400 mil no tienen ningún título académico y 20 mil son analfabetos totales, mientras otros 40 mil "son personas sobre las que no conocemos su nivel de instrucción, por lo que es muy probablemente sean analfabetas también.

"Sin embargo, agregó, las autoridades regionales negaban la existencia de esos analfabetos. Sobre esos individuos nunca se había volcado ninguna política de instrucción y con la puesta en práctica del novedoso método cubano se demuestra cómo el llamado Primer Mundo tiene que aprender de los países emergentes, pero con políticas alternativas realmente humanas ".

"Demuestra además, cómo un país libre, socialista, puede ayudar a un país capitalista, que se supone opulento y rico, pero que esconde lo que no quiere enseñar al resto del mundo ", concluyó Silva.
(AIN)