Los trabajadores del hospital pediátrico docente Juan Manuel Márquez analizaron el anteproyecto de Ley de Seguridad Social.
Iliana Hautrive - Trabajadores.cu.- Elevada cultura general, educación económica y madurez ideológica caracterizaron las intervenciones realizadas por los trabajadores del hospital pediátrico docente Juan Manuel Márquez, de Ciudad de La Habana, durante el análisis del anteproyecto de Ley de Seguridad Social, este martes en la tarde.
Dicho encuentro forma parte del proceso iniciado este primero de septiembre, en el que unos tres millones 400 mil trabajadores cubanos profundizarán en las modificaciones que se proponen a la actual ley No. 24, de Seguridad Social en la Isla, teniendo en cuenta la imperiosa necesidad de alargar la vida laboral de los ciudadanos frente al envejecimiento poblacional que transcurre en el país desde hace varias décadas.
Quizás el primer elemento demostrativo del interés que despertó la asamblea fue encontrar un teatro repleto de trabajadores de la salud, con sus batas blancas, quienes alcanzaron un 92% del total del personal del prestigioso centro de salud cubano, y en el que sólo quedaron en sus puestos los imprescindibles para garantizar la atención médica de los pacientes durante unas dos horas del citado encuentro.
Previamente el texto del anteproyecto había sido comentado en los matutinos y divulgado en los murales del centro, lo que fue resaltado por Nora Vázquez Pérez, secretaria general del buró sindical, lo que motivó que todos estuvieron debidamente preparados y listos para realizar los aportes que consideraran, en un ejercicio de verdadera democracia participativa en el que un cuerpo legal no es analizado y aprobado por unos escasos legisladores, en pocas horas, como sucede en muchas otras partes del mundo.
Precisamente eso lo resaltó el doctor Víctor Córdova, para demostrar que los trabajadores cubanos son partícipes del diseño de su seguridad social, y que allí respaldaban conscientemente el alargamiento de la vida laboral en el país hasta 60 años las mujeres, y 65 los hombres, con 30 años de servicio en ambos sexos, lo que tradicionalmente ocurre en el sector de la salud desde hace tiempo.
Un ejemplo de ello es el propio hospital Juan Manuel Márquez, que vió jubilarse a 12 de sus trabajadores entre enero y julio del presente año, 11 mujeres con una edad promedio de 57 años, y un hombre con 61.
El profesor Julián Pérez Amarillo es uno de los tantos ejemplos que existen en el sector de la salud cubana. Con 78 años de edad y 55 de servicios, alzó su voz en el plenario para apoyar esa prolongación de la vida laboral que plantea el anteproyecto, lo que está en correspondencia con el aumento de la expectativa de vida de los cubanos, y la satisfacción individual de ser útil a la sociedad mientras la persona matenga sus condiciones fìsicas y mentales.
Eso es lo que necesita el país, ratificó Alfredo Morales Cartaya, ministro del Trabajo y Seguridad Social de Cuba, quien al intervenir en el encuentro dejó bien sentada la posibilidad que da el anteproyecto de aprobar excepcionalmente la reincorporación de determinados trabajadores al mismo puesto que desempeñaban antes de jubilarse, como ahora ocurre con el sector educacional en Cuba, donde miles de educadores ya jubilados retornan de nuevo a las aulas.
Fué diáfana la doctora Silvia León Reyes: "Soy de las que ya estoy en al tercera edad, pero también formo parte del grupo que no queremos irnos del hospital y dejar de desempeñar la carrera que estudiamos. Se trata de defender la seguridad del país, al tener garantizados los recursos humanos para continuar el desarrollo social y económico."
Salvador Valdés Mesa, secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba, valoró la compensión que muestran los trabajadores de la Isla acerca de este anteproyecto. "Medidas como estas no pueden ser impuestas, y de este debate colectivo, donde los ciudadanos participan activamente, sin limitación alguna, saldrá una legislación más perfeccionada, para beneficio de todos", precisó.
