Milenio.- Diversas instituciones organizaron actividades para rendir homenaje al creador de una poesía que hizo eco en las inquietudes neorrománticas y metafísicas del momento, como en la trascendencia del amor y la muerte que ocuparon un espacio importante en su obra.


Ciudad de México • Para recordar y compartir con las nuevas generaciones, la vida y obra del poeta cubano Nicolás Guillén, quien murió el 17 de julio de 1989, durante tres días se realizó el coloquio “Nicolás Guillén y la cultura: todo mezclado”, en Camagüey, Cuba.

La fundación que lleva su nombre, informó que este 2011 ha sido un año de homenajes para el escritor y luchador social a favor de los negros, ya que, además, su poema “El apellido” llega a los seis decenios, y la institución celebra dos décadas de haber sido creada.

Además de adjudicar a este año como el de los afrodescendientes, el coloquio “Nicolás Guillén y la cultura: todo mezclado” se desarrolla en Camagüey del 13 al 15 de julio.

Además, la institución junto a la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), planea llevar a cabo un coloquio sobre la condición mestiza y sangre africana y esclava, que tendrá lugar los días 26 y 27 de octubre próximo en La Habana, Cuba.

Nicolás Cristóbal Guillén Batista nació en Camagüey, Cuba, el 10 de julio de 1902, hijo del periodista, poeta y revolucionario Nicolás Guillén Urra y de su esposa la señora Argelia Batista Arrieta.

Tras la muerte de su padre en manos de soldados, en 1917, llegó la ruina económica de su familia, pero Nicolás Guillén conservó el recuerdo de su padre siempre y, muchos años después, en la década de los 50, lo evocó intensamente en su "Elegía camagüeyana".

Por lo demás, su familia tenía un elevado nivel cultural y social.

El poeta estudió en su ciudad natal y se graduó del bachiller en 1919, sin embargo, se ganó la vida en varios empleos como tipógrafo y reportero, después se matriculó en Derecho en la Universidad de La Habana, para el curso 1921-1922, pero tuvo que abandonar la carrera un año después.

Durante 1919 y 1920 comenzó a publicar sus primeros versos y colaboró con revistas como Camagüey Gráfico, en su ciudad natal, y en Orto, de Manzanillo.

En ese mismo año fue corresponsal con el poeta Vicente Menéndez Roque de la página literaria del periódico “Las Dos Repúblicas”, cuya primera época había dirigido su padre.

Dos años después conforma un volumen de poesía, "Cerebro y corazón", marcado por la estética del modernismo, pero no llegó a publicarlo en ese momento, sino cuando, medio siglo más tarde aparecieron sus Obras completas.

Es sabido que al llegar a La Habana, hizo amistad con Rubén Martínez Villena, un Poeta de talla mayor y posteriormente Líder del Movimiento Obrero y Comunista a escala nacional.

Así, en el primer número de la revista universitaria “Alma Mater” publicó los sonetos "Al margen de mis libros de estudio" que sirvieron para denunciar el estado de un estudiante universitario en aquellos días, y así también pudo contactar con quien más hizo por Cuba en menos tiempo, Julio Antonio Mella.

El retorno a su natal Camagüey en 1922, lo condujo a la redacción del periódico “El Camagüeyano” y estuvo a cargo de la sección "Pisto Manchego", en la que mezclaba, con suma gracia, temas de actualidad nacional e internacional con el anuncio de productos comerciales; al tiempo que fundó Lis, una revista que duró poco.

En 1926, regresa a La Habana en busca de un cambio de vida. A través de algunas amistades, obtiene un trabajo en la Secretaría de Gobernación, y decide instalarse en la capital cubana.

Allí se intensificaron sus intereses literarios e intelectuales y conoció a Federico García Lorca. En esa época también conoce al poeta negro estadounidense Langston Hughes, cuya amistad e influencia son sumamente importantes para Guillén.

En abril de 1930 escribe sus “Motivos de son”, que al publicarse en el Diario de la Marina, lanzan al poeta a una especie de celebridad polémica, pero de amplia resonancia popular.

Esta publicación fue el ensalzamiento de la época, devino la entrada del “son” a la poesía como una forma rítmica apoyada en una visión de la gracia, el color y la vida explotada del negro cubano, lo que le trajo la atención de crítica y lectores.

Pero, aún con las críticas, un año después ve la luz “Sóngoro cosongo”, libro que es saludado con una carta del ya reconocido escritor, Miguel de Unamuno, y a partir de allí Guillén y su obra adquieren una difusión destinada al infinito.

Así llegan otras de sus obras como “Poemas mulatos” (1931), “West Indies Ltd.” (1934), “Cantos para soldados”, “Sones para turistas” (1937), “El son entero” (1947) y “La paloma de vuelo popular” (1958), en los que mostró su compromiso con la patria cubana y americana, con sus hermanos de raza y con todos los desheredados del mundo.

Pero también en "Elegía a un soldado vivo" (1937), lanza un verdadero programa revolucionario, además creó poemas para niños y mayores de edad en 1977, en donde demostró su capacidad para conjugar preocupaciones diversas y encontrar formas de expresión siempre renovadas, y en “Prosa de prisa” (1975-1976) se recogieron sus trabajos periodísticos, sin olvidar "Elegía a Jesús Menéndez" (1951), considerado su texto maestro.

También se dice que en 1937, el escritor Guillén formó parte de la delegación cubana que asistió al Segundo Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura, celebrado en Valencia en plena guerra civil española.

Después apareció militando en las filas del primer Partido Comunista de Cuba y, desde 1953 hasta 1958, durante la tiranía de Batista, tuvo que permanecer en exilio.

Con el triunfo de la revolución en enero de 1959, Nicolás Guillén regresa a su patria, y después de dos años, participa en el Primer Congreso Nacional de Escritores y Artistas de Cuba que tuvo lugar en La Habana, resultando electo Presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y en la cual permanece presidiendo hasta 1985.

Inició su producción literaria en el ámbito del posmodernismo y la afianzó en el de las experiencias vanguardistas de los años veinte, en cuyo contexto se convirtió pronto en el representante más destacado de la poesía negra o afroantillana. Además, su poesía hizo eco también en las inquietudes neorrománticas y metafísicas del momento, como en la trascendencia del amor y la muerte que ocuparon un espacio importante en su obra. Este poeta murió en La Habana el 16 de julio de 1989.

 

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Daniel Devita - Doble D.- La Casta fue grabado en estudios ÁGUILA MAGNÉTICA (Buenos Aires, Argentina) y VT ESTUDIO (La Habana, Cuba)....
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