Cubadebate,  con información de AIN.- María Nery Urquiza, especialista del Centro de Información, Gestión y Educación Ambiental de Cuba (CIGEA) recomendó este miércoles a los gobiernos municipales establecer el Manejo Sostenible de Tierra (MST), con vistas a prevenir, recuperar y rehabilitar los suelos.

La utilización de este indicador de desempeño es un instrumento para el monitoreo de la eficiencia en el uso y cambio de los terrenos, sobre todo en el caso de su entrega en usufructo, señaló Urquiza al hablar en la Comisión de Energía y Medio Ambiente, del Parlamento cubano.

Sugirió en su intervención, en el Palacio de las Convenciones de La Habana, que el MTS debe ser incluido en la Estrategia Integral de Desarrollo municipal y en otras disposiciones regulatorias, bajo la dirección del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.

Urquiza explicó que su introducción tiene en cuenta el manejo de la topografía, depósitos minerales, agua y clima, incluidas las comunidades humanas, animales y vegetales que se han desarrollado por la interacción de sus condiciones biofísicas y socio económicas.

Sin embargo, aclaró, es esencial que los usuarios de las áreas terrestres adopten una nueva forma de pensar y actuar en la utilización de los recursos naturales disponibles, en función del auge de la sociedad y de la economía, de sus necesidades y el mantenimiento de las capacidades de los ecosistemas.

Por sus resultados, Cuba es uno de los países seleccionados para poner en práctica ese indicador de desempeño ambiental, que requiere la Convención de la ONU de Lucha contra la Desertificación y la Sequía para el seguimiento de la evolución y tendencias de los fenómenos de degradación de las tierras.

Los otros son, por decisión de la Organización de Naciones Unidas en el 2008, Argentina, República Popular China, Túnez, Senegal y Kenya.

Valoran conexión del Polo Científico con la economía cubana

La Comisión de Asuntos Económicos del Parlamento consideró el protagonismo del Polo Científico del Oeste de La Habana como una experiencia novedosa de la conexión de la ciencia con la productividad y la economía.

Una intervención del doctor Agustín Lage, director del Centro de Ingeniería Molecular, en presencia de José Miyar Barrueco, ministro de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, permitió a los diputados conocer las potencialidades de las instituciones que lo forman, no solo en el campo de la biotecnología, sino también las productivas y financieras.

Explicó que las exportaciones y servicios del Polo se extienden por más de 50 países, aporta además 141 medicamentos al Sistema de Salud y exhibe un balance financiero positivo, dado el bajo costo por peso y la alta productividad logrados.

Argumentó que es un sector en el cual se compite por la innovación y diferenciación de sus productos, y en el que la empresa asume un ciclo completo, desde la investigación científica hasta el desarrollo, la producción y comercialización de los resultados.

Añadió que la disociación entre la transición demográfica y el desarrollo económico, y los escasos recursos energéticos y naturales de la Isla, son algunas de las razones para fomentar empresas de alta tecnología, con vistas a que la ciencia algún día ocupe el primer lugar en la economía nacional, como pidió en 1993 el Comandante en Jefe Fidel Castro.

Este tipo de organizaciones, abundó, deberán conectar la ciencia con la economía, tener capacidades exportadoras basadas en productos innovadores que se sustituyan rápidamente, emplear fuerzas de trabajo altamente calificadas, y con un impacto tangible y creciente en todos los sectores sociales.

Así como la Revolución Cubana extendió la educación a toda la sociedad -comentó-, hoy debemos introducir la práctica científica en la vida de cada ciudadano, convertirla en un componente de su cultura general.

Por su parte, Miyar Barrueco opinó que el éxito del Polo Científico del Oeste de La Habana se mide por lo que sea capaz de impactar en el desarrollo económico del país, de ahí su vínculo permanente con las necesidades y problemas de la nación para contribuir a solucionarlos.

Recordó los desvelos de Fidel, al crearlo en la década de los años 90 del siglo pasado, confiado en las potencialidades de sus investigadores y productores, y por ello subrayó que el desarrollo paulatino de sus instituciones ha sido una obra exclusiva de la Revolución.