Mesa Redonda - Foto: Alexandre Meneghini/ Reuters.- Delegados y periodistas que cubrieron el evento analizarán este jueves en la Mesa Redonda la trascendencia y repercusión del 8vo Congreso del Partido Comunista de Cuba​.


Cuba: Un Congreso del pueblo

Ángel Guerra Cabrera - La Jornada

La mayor de las Antillas vive un momento trascendental de su historia. A 60 años de la fulminante victoria sobre la invasión mercenaria de Playa Girón, orquestada por el Pentágono y la CIA, se ha producido un cambio generacional en la dirección del Partido Comunista de Cuba (PCC) de forma muy ordenada, calma y democrática. De los veteranos guerrilleros de la Sierra Maestra a los pinos nuevos surgidos en las luchas de las décadas posteriores al triunfo de la revolución, incluidas las misiones internacionalistas, civiles o militares. Todo ello cimentado en el espíritu fraterno, la identidad de ideas y la confianza mutua que une a las distintas hornadas de revolucionarios. La celebración del octavo Congreso del PCC ha estado signada por circunstancias objetivas muy adversas, pero a la vez, por la voluntad de su dirección y su militancia de desarrollar un agudo ejercicio de reflexión crítica y autocrítica sobre los aspectos fundamentales de la vida sociopolítica y económica del país. Ni la pandemia, ni la honda crisis económica que ha ocasionado, ni la cruda versión trumpista del bloqueo han podido impedirlo. Debe valorarse que las 231 medidas añadidas por Trump al cerco no se limitaron a la simple derogación de las tibias, aunque en conjunto positivas acciones de flexibilización económica adoptadas por el presidente Obama, que nunca suprimió el bloqueo. No. Muchas de ellas fueron concebidas para hacer un daño sin precedente a la familia cubana y a eslabones fundamentales de la economía de la isla. Entre ellas, los formidables obstáculos a la importación de combustible, al acceso a créditos y materia prima para la industria farmacéutica en medio de la difusión de la pandemia, las extremas disposiciones adoptadas para que los emigrados no pudieran hacer llegar remesas a sus familiares, o la calumniosa campaña contra la cooperación médica cubana.

La sólida estructura conceptual y el particular timbre emocional patriótico, latinoamericanista y humanista del informe central presentado por Raúl Castro a la cita, en su condición de primer secretario del PCC, fue un extraordinario detonador de un vibrante congreso que, por otra parte, tuvo una esmerada preparación previa y se destacó por la calidad de los 300 delegados elegidos desde las bases, así como de los invitados. El informe delineó la situación de Cuba en el mundo, enriquecido en su temática con ejemplos vívidos y argumentos convincentes y muy bien sustentados, los que crearon un clima muy favorable para el desarrollo de los debates. Sin pretender mencionar todos, fueron tratados diversos temas en tres comisiones: los resultados económicos alcanzados desde el séptimo congreso, insuficientes por muchas razones, entre ellas las ya mencionadas; la actualización –o dicho de otra forma– las importantes modificaciones al modelo económico socialista; la actualización de los lineamientos de la política económica y social del partido y la revolución; la batalla ideológica, simbólica y cultural contra el imperialismo estadunidense y su quinta columna mercenaria, que pretende presentar como oposición; la necesidad de que el PCC se acerque cada día más a los jóvenes, a sus intereses y problemas, de continuar profundizando el diálogo con los sectores estudiantiles, profesionales e intelectuales y artistas en general, los problemas de la política de cuadros y del funcionamiento interno de la organización.

Los debates, además de su carácter crítico, estuvieron acompañados de una alta dosis de optimismo y ánimo de victoria. Para mí estas premisas y la presencia de las ideas y realizaciones de Fidel en los cuatro días de sesiones, son las características principales de este congreso histórico, sustancioso por sus temas, intervenciones y resoluciones, cargado de la expresión de nobles sentimientos enraizados en la identidad nacional e internacionalista de un comunismo como el cubano, inspirado en la ética y el antimperialismo de José Martí en armónica interacción con las ideas de Marx, Engels y Lenin.

Vísperas del congreso, bajo la dirección del presidente Miguel Díaz-Canel, en quien el máximo órgano partidista depositó la máxima responsabilidad del partido, hasta ahora desempeñada por Raúl, se desarrolló un debate a escala nacional con la intervención de destacados productores privados, presidentes de cooperativas y directores de empresas estatales del sector agropecuario, que unidos a centros de investigación y académicos realizaron un fructífero intercambio sobre la producción y distribución, principalmente orientado a la satisfacción de la alimentación popular, hoy con carencias por la crisis, por el bloqueo redoblado y por errores y deficiencias que fueron objeto de discusiones honestas y profundas. Como veremos, Cuba ha cambiado y sigue cambiando para hacer su socialismo más sólido, democrático e invencible, algo que enloquece a los enemigos de la Revolución.

 

Sellado el 8vo. Congreso PCC en Cuba, ¡La Lucha Sigue!

Lic. José A. Amesty R.

Sin duda alguna, la conclusión del 8vo. Congreso del Partido Comunista de Cuba, nos deja para la historia dos sendos discursos, dos joyas de discursos, el primero el Informe Central del Quinquenio a la Asamblea del Partido, por el General de Ejército, Maestro de Revolucionarios, Raúl Castro Ruz, el cual suscitó análisis, identificó retos, delineó pautas, acentuó el rumbo.

El otro discurso del Presidente Miguel Díaz-Canel, en quien el Máximo Órgano Partidista, depositó la máxima responsabilidad del Partido, hasta ahora desempeñada por Raúl Castro.

Sin duda, con las riendas sostenidas ahora por otras manos, Cuba transita la misma ruta, y allí sigue Fidel presente.

Ante la máxima de ¡La Lucha Sigue!, deseamos resaltar algunos desafíos y tareas a seguir, tanto del Partido como de la Revolución, presentes en los dos discursos, como expresión de esta verdad ineludible, La Lucha Continua. Algunas veces citaremos y otras, atrevida y respetuosamente interpretaremos, a estos dos colosos: Raúl y Díaz-Canel.

Ya lo enfatizaba Díaz-Canel en su intervención: “Lo que recibimos hoy no son cargos y tareas; no es solo la conducción de un país. Lo que tenemos delante es una obra heroica descomunal, es el osado alzamiento de Céspedes, es la misma intransigencia de Maceo, el empuje libertario de los cimarrones, es la luz de Martí”. Precedidos por “el liderazgo universal del Che, el liderazgo profundo de Fidel y la continuidad y ejemplaridad de Raúl”.

El principal desafío es y continúa siendo: el asociado a “los intentos de dominación y hegemonía de nuestros pueblos por el Gobierno estadounidense y el brutal bloqueo, cuyo alcance extraterritorial nos impacta en casi todos los frentes y que en los últimos cuatro años se elevó a niveles cualitativamente superiores”.

“Nadie con un mínimo de honestidad y conocimiento económico puede desconocer que ese cerco constituye el principal obstáculo para el desarrollo de nuestro país y para avanzar hacia la prosperidad y el bienestar”.Agravados más aún, por la crisis económica global y la pandemia.

Se recalca que la labor del Partido, debe estar concentrada en la Defensa de la Revolución, en medio de tiempos de incertidumbre económica, de incertidumbre mundial y enormes desafíos medioambientales, bajo el embate de una pandemia que ha reconfigurado las dinámicas del mundo.

Se acentúa también, mantener la voluntad de desarrollar relaciones de amistad y de cooperación con cualquier país del mundo. Sintiendo satisfacción al practicar la solidaridad internacionalista, aun con países cuya ideología gubernamental no compartimos.

Continuar la tarea titánica de atender las necesidades y demandas del pueblo cubano, aunque tarea ardua y difícil pero necesaria, para el bienestar del mismo.

En estas tareas estamos desafiados a innovar constantemente, cambiando todo lo que deba ser cambiado sin renunciar a nuestros más dignos principios, sin apartarnos jamás del concepto de Revolución que nos legó el líder invicto de esta proeza.

Se afirma que vale la pena defender el Socialismo, porque es la defensa de un mundo más justo, la posibilidad de defender un espacio donde caben todos, como en ningún otro sistema; continuando como PCC en la defensa de nuestras esencias, la independencia, la soberanía, la democracia socialista, la paz, la eficiencia económica, la seguridad y las conquistas económicas y sociales del Socialismo, agregando la prosperidad que abarque desde la alimentación hasta la recreación, y que incluya el conocimiento científico.

Para lograr estos propósitos, es ineludible la fuerza principal: La Unidad, los sueños, las preocupaciones, pero también las angustias ante peligros comunes. Defenderemos esa Unidad, sin dar lugar a prejuicios que dividen injustamente a las personas.

En cuanto a la comunicación interna del Partido y con el Pueblo,la dinámica de este tiempo nos obliga a buscar dinámicas más ágiles, breves y novedosas de comunicar orientaciones. La principal premisa es no mentir jamás, ni violar principios éticos.

“La verdad, clara y oportunamente expresada, es inseparable del deber permanente de ser y dar el ejemplo. Un pueblo como el nuestro solo reconocerá en la vanguardia a quienes sepamos actuar como fieles revolucionarios. Lo más revolucionario dentro de la Revolución es y debe ser siempre el Partido.

Ante las dificultades que tenemos y que continuarán, “No podemos dejarnos vencer por el peso de las mismas. Es necesario darle una nueva vitalidad a la movilización popular, cuyas iniciativas nos fortalecen. La rutina ha minado muchos de nuestros procesos y apremia sacudirse las inercias sobre temas de prioridad que requieren acciones y con la participación de los cuadros en la vida nacional. Debemos hacer que el crecimiento de las filas del Partido sea un proceso que suscite interés genuino con repercusión social, generar métodos de trabajo atractivos”.

Otro desafío ineludible, “Es nuestra misión de ser abanderados en la pelea contra la corrupción, el abuso de poder, el favoritismo y la doble moral. Que nuestro comportamiento en el trabajo, ante la sociedad, la familia y el círculo de amistades sea coherente con los valores que defendemos”.

Más Tareas y Desafíos, para Seguir con la Lucha:

  1. La informatización de todos los procesos al interior de la organización, el apoyo de la ciencia y la innovación, para el abordaje y solución de los temas más complejos, así como el desarrollo creativo de la comunicación social.
  2. Una actividad activa y proactiva de la militancia, en función de movilizar las energías de un país, para alcanzar los objetivos de desarrollo, particularmente la seguridad y soberanía alimentaria, el desarrollo industrial y el problema energético, pero también, y en primer lugar, la preparación para la defensa.
  3. Continuar trabajando en la implementación de la Constitución, y en la búsqueda de equidad y justicia social y el ejercicio pleno de los Derechos Humanos, para alcanzar un socialismo próspero, democrático y sostenible. El éxito de esos propósitos depende de la capacidad para dialogar con nuestra población, entusiasmar y reconstruir valores que den mayor sentido y trascendencia del compromiso social.
  4. En esto que insistimos de continuar con la lucha adelante, “la virtud estará en saber cerrar filas en la Defensa de la Patria, que nos confiaron los que nos han precedido. Ni en la peor de las circunstancias los militantes, pueden ser espectadores pasivos, o que el compañero de fila se enfrente en solitario a los provocadores. A la Revolución la defienden los revolucionarios”.
  5. Se reconoce como critica que, “el quinquenio que evalúa este congreso “no muestra buenos resultados económicos. “Demuestra ineficiencias e ineficacias del sistema empresarial y del sector presupuestado, se presentan problemas estructurales que afectan su desenvolvimiento, el exceso de gastos que no resultan imprescindibles y la falta de recursos materiales y financieros, trabas innecesarias y el burocratismo… Son elementos que lastran nuestra economía y cuya eliminación depende de nosotros.
  6. “Hay conceptos básicos en cualquier tipo de economía, que debemos entronizar, como el ahorro y la economía circular. Se impone también desterrar la mentalidad importadora. Para superar la crisis, hay que dinamizar la actualización del modelo de desarrollo con la participación de todos los actores económicos, desde la empresa estatal, las MiPyMe y las cooperativas”.
  7. En otro orden de ideas, “debemos, con nuestros propios esfuerzos y reconociendo que el camino está en nosotros, isla dentro, con la menor dependencia extranjera posible, satisfacer la producción de alimentos, lograr mejor aprovechamiento de las fuentes renovables de energía, aprovechar las oportunidades turísticas.
  8. En cuanto a los Cuadros de la Revolución, “deben sobresalir por su dedicación a las tareas, su afán de superación, su modestia y la sensibilidad suficiente, para ponerse en el lugar de los demás; anteponiendo el nosotros al yo. Tienen la responsabilidad de dialogar sinceramente, de corazón”.
  9. Se valora y recuerda, como desafío y tarea a continuar, la prevención que tuvo el Comandante en Jefe Fidel Castro, bajo el precepto martiano de prever, continuar impulsando la biotecnología en días muy inciertos para Cuba, así como la producción de fármacos y vacunas, y la formación de médicos para la nación y el mundo. Él es referencia continua cuando Cuba emerge salvándose de su peor pandemia en siglos.

Adelante Cuba Heroica, veamos y honremos a Fidel en estos desafíos y tareas. ¡Cuba Vive! ¡Patria o Muerte! ¡Venceremos!

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