Integrantes del grupo Obsesión promueven encuentros con públicos diversos en el Anfiteatro del Centro Histórico de La Habana. Foto: Archivo IPS Cuba.

Redacción IPS Cuba

El dúo Obsesión ofrece talleres de aproximación a la cultura hip hop, por primera vez en el Anfiteatro del Centro Histórico de La Habana.

La Habana, 20 may. Pionero en el desarrollo de la cultura hip hop en la isla, el dúo Obsesión inició esta experiencia en el municipio de Regla, en la periferia de la capital cubana. De modo experimental, fuera de su sede histórica, realizó un primer encuentro con un grupo interesado en la esencia, las modalidades y la cosmovisión de la expresión cultural.

A la convocatoria del taller de Obsesión, en el Anfiteatro del Centro Histórico habanero, no solo acudieron personas conocedoras y exponentes del hip hop, sino que también participaron estudiantes, DJs, periodistas, musicólogos y productores.

Ese grupo heterogéneo encontró, en las experiencias del dúo conformado por Magia López y Alexey Rodríguez (El Tipo este), nuevas maneras de enfrentarse y conocer desde lo cultural características de una singular manera de expresión.

Sobre la necesidad de mantener y extender los talleres, Rodríguez apunta: “Estamos comprometidos con lo que hacemos. El taller nos permite también sentirnos útiles; nos da la posibilidad de intercambiar, aprender, estimular el debate. Todo nos hace bien y se convierte en una puerta abierta a la creación de nuevas canciones por la diversidad de temas que se abordan”.

Amplitud de aristas

A partir de técnicas participativas que posibilitan comprender el hip hop como arte y herramienta social, y luego de cinco años realizando este tipo de talleres, el dúo emprendió el proyecto Maestra, concebido como parte de la reconocida iniciativa sociocultural El Club del Espendrú.

“El proyecto Maestra pasó por varias etapas y si en un principio se centraba en docentes que ayudaban a jóvenes para prepararse antes de las pruebas de ingreso a la universidad, incluso en tiempo de pandemia, asumió un taller vinculado con la salud mental”, explica López.

Después de esta etapa, dice, abrió su diapasón y, de igual manera, respaldó aspectos relacionados con la salud emocional. Inició talleres de comunicación para mostrar cómo acceder y establecer una relación amigable y responsable con las redes sociales.

“Por ese camino, nos ha interesado también enfocar talleres en las mujeres que crean sus emprendimientos de manera empírica y con muy pocas herramientas. Todos ellos impartidos por personal especializado en diferentes esferas”, asegura la artista.

Otra línea de apoyo, enfatiza, es el taller sobre distribución digital de la música que comparte herramientas sobre distribución y comercialización digital. “Siguiendo el ámbito de la música, apoyamos a los artistas del rap, centrados sobre todo en la expresión corporal, los textos, la manera de construir mejor algunos conceptos de manera colectiva”.

Según apunta, Obsesión “sigue muy enfocado en trabajar con la comunidad y con personas interesadas en seguir abriendo sus espacios de educación a través del hip hop. Es el caso del proyecto Rima, amor y poesía. Realmente es un trabajo muy difícil pues no abundan las personas que hagan la labor de promoción y organización de eventos de esta índole”.

Conocimiento inclusivo

López también acota que, con independencia del tema debatido en cada taller, tratan de ser “lo más coherentes posible, teniendo en cuenta que, como cultura, el hip hop es inclusivo. Es parte de su esencia y tiene esa capacidad de aglutinar sin distinciones”.

En tal sentido, recalca la importancia de que cada tallerista sienta comodidad, “para dejar aflorar un espíritu solidario que a veces se nos duerme,  porque estamos en una tensión social que contrae, en más de una oportunidad, nuestros sentidos”.

Según cuenta, a partir de la propuesta del Anfiteatro, el dúo tuvo la idea de extender los talleres a ese espacio, donde participaran personas que “quisieran conectarse con la cultura hip hop, sin ser necesariamente artistas, seguidores o consumidores de un mundo muy profundo y rico en matices, por ser solidario, comunitario y social”.

Las personas reunidas en el Anfiteatro coincidieron en calificar el taller como una “experiencia provechosa y muy adecuada a las exigencias de los tiempos”. Un joven de 16 años expresó su satisfacción por “el dinamismo y la mirada abierta y desprejuiciada” hacia el hip hop como expresión cultural.

Por su parte, los gestores resaltaron: “Todos nos nutrimos y crecemos en la medida que nos formulamos muchas preguntas. Partimos de que todas las personas tienen un saber y es importante compartir y construir saberes nuevos. Es una dinámica de aprendizaje que alimenta nuestra creativa Obsesión”. (2023)