A un costado del óvalo, Alejandro Parada se echó la enseña nacional sobre los hombros cuando confirmó su medalla de oro en el salto de longitud. Es también la forma de festejar una medalla que por un momento pareció imposible, pero que él, a punto de cumplir 19 años este 5 de julio, recuperó para Cuba a fuerza de ímpetu y talento. Son las historias de los dos primeros títulos para el atletismo nacional en San Salvador.

Hace un año ella se perdió el Campeonato Mundial por una lesión, justo en el mejor momento de su carrera. Desde entonces se dedicó a recuperarse, a retomar su forma, pero salvo las horas y horas de entrenamientos y unas pocas carreras en la temporada, Zurian no se había reencontrado con la verdadera competencia.

Ahora lo logró bajo una pertinaz lluvia en el Estadio Nacional Jorge El Mágico González, con una medalla de oro que cuenta cómo la mejor vallista larga cubana de los últimos 20 años está de vuelta en su mejor versión. Ayer lo anunció en las semifinales con su tiempo más rápido del año; hoy lo confirmó mejorando ese crono. Es la nueva campeona Centroamericana y del Caribe.

No tenía una prueba sencilla ante una rival como la panameña Gianna Woodruf, la única de las ocho que ha bajado de los 54 segundos en su vida. La cubana salió por el carril seis; la canalera por el cuatro. Hechavarría abrió impetuosa; una valla, otra, la tercera, y poco a poco comenzó a cruzar primero los obstáculos.

Por detrás la panameña la vio enfilar hacia la meta mucho más fuerte, en un alarde de potencia que muchas veces le falta a otros especialistas cubanos de los 400 metros con vallas. Luego miró el reloj: 55.52 s, lo mejor para ella desde las semifinales olímpicas de Tokio en 2021. Entonces , de rodillas sobre la pista azul de San Salvador, pudo disimular las lágrimas con la lluvia.

Para el atletismo cubano era la primera medalla de oro en estos juegos, en una prueba donde realmente no estaba pronosticada. Pero así es el deporte, así son los atletas de competencia. Woodruf (56.15 s) finalmente llegó en plata, mientras en bronce terminó la costarricense Daniela Rojas (56.58 s). Por Cuba también concursó Darielys Sentelle, pero finalizó octava con pobres 59.01 s.

Mientras tanto, para Alejandro la final también tuvo un matiz dramático. No llegó como el favorito al oro, pero en su primer salto el bronce olímpico y cuarto lugar mundial, Maykel Massó, cayó tendido sobre la arena de saltos luego de una lesión en su rodilla derecha. Momento triste para una de las más claras esperanzas cubanas en el cercano campeonato del orbe.

Mientras la lluvia obligó a la pausa, Massó recibió las primeras atenciones médicas para evaluarlo. Luego partió a un centro asistencial de San Salvador para conocer más a profundidad sobre su lesión y el posible tratamiento. Hasta ahora solo eso se sabe. Mientras, en el estadio Alejandro Parada recibió el peso del favoritismo y lo asumió como un consagrado.

Bajo una tempestad que nunca cedió y obligó a la cautela, tuvo un segundo salto de 7.70 m para ponerse al frente de la prueba. Pero aun no era suficiente. Lo intentó en el tercero y en el cuarto, hasta que por fin su quinta oportunidad lo llevó hasta los 7.88 m de la tranquilidad. Aun con lluvia y con apenas una ronda pendiente, no todos podían llegar hasta ahí.

No lo hicieron ni el jamaicano Jordan Yates Turnes ni el representante de Dominica, Tristan James, ambos con 7.65 m y disputándose la plata y el bronce por un segundo mejor brinco. Solo cuando todo acabó Alejandro tomó la bandera y la paseó frente al graderío de “El Mágico”. Muy cerca de él Zurian había hecho lo mismo, en una fiesta de dos títulos que espera abrir la senda dorada para el deporte rey cubano.